martes, abril 30, 2024
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Otro preso palestino se está muriendo en la cárcel: el doloroso caso de Samer al-Issawi

María Jesús García

Samer Issawi está muriendo, está con ventilación asistida, y si muere finalmente será un crimen, otro atentado terrorista de Israel, con la complicidad del aliado principal EEUU, la complicidad del traidor Abbas más preocupado en “dorarle la píldora» a Israel y EEUU que defender realmente los intereses del pueblo palestino, la complicidad y consentimiento de la comunidad internacional con la ONU al frente que son otros títeres más de Israel y EEUU -otros lameculos, hablando claro-, la complicidad de la UE y el silencio de la mayor parte del mundo que se llama “civilizado, democrático y progre” pero que no tiene nada de ninguna de las tres cosas al dejar morir de forma inhumana a un prisionero palestino en una cárcel de los mayores terroristas del mundo que son los sionistas…

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Sergio Faisal Tapia, activista palestino en huelga de hambre en solidaridad con Samer Issawi se ofreció a ingresar en la cárcel israelí a cambio de que dieran la Libertad definitiva sin condiciones previas a Samer. No le hicieron ningún caso, nadie medió a favor de Samer para que le liberasen ni se hizo ninguna movilización mundial; yo me ofrecí a Israel a cambio de Samer y de los otros presos en huelga de hambre a través de un email y a través de facebook y tampoco me hicieron caso alguno, debieron pensar que era una “mindungui” y no merecía siquiera la pena leerme ni escucharme…

Pues bien, Samer está muriendo, y si muere finalmente, será un crimen terrorista de Israel, de EEUU, de la UE, de la ANP, de la ONU, de toda la comunidad internacional… y del mal llamado mundo “civilizado y progre” en su gran mayoría cómplice por su silencio y pasividad frente a la tortura criminal que se ejerce con los prisioneros palestinos, en particular con Samer y todos los que están en huelga de hambre así como la que se ejerce a diario contra el millón y medio de palestinos que viven en Gaza en la mayor cárcel del mundo al aire libre…

¡No sé de verdad como puede alguien con esos crímenes a sus espaldas conciliar el sueño por las noches… Supongo que porque no saben siquiera lo que es tener eso que se llama conciencia.

El preso palestino, que lleva meses en huelga de hambre, rechaza beber agua

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El preso palestino Samer al Issawi, que lleva más de siete meses en huelga de hambre, dejó el lunes de ingerir agua, según ha informado este martes su abogado, Jawad Bulus, a la agencia palestina de noticias Maan.

Bulus ha indicado que Al Issawi ha decidido rechazar el agua en protesta por tener que permanecer esposado a la cama del centro médico Kaplan, en el que se encuentra hospitalizado. Asimismo, protesta por tener restricciones incluso para ir al baño.

El lunes, el abogado del Club de Prisioneros Palestinos Fawwz Shlodi dijo que Al Issawi se encuentra hospitalizado en el centro médico bajo constante supervisión, al tiempo que resaltó que se encuentra en una sala vigilado por tres guardas y con sus pies atados a la cama.

Al Issawi forma parte del grupo de 1.027 prisioneros palestinos que fueron liberados por Israel en 2011 a cambio de la entrega del soldado Gilad Shalit, que fue capturado en junio de 2006 por miembros de las Brigadas Al Qassam —brazo armado de Hamás— y de los Comités de Resistencia Popular. Sin embargo, Al Issawi fue detenido posteriormente, al igual que otros 13 palestinos.

La semana pasada, Amnistía Internacional (AI) pidió a las autoridades israelíes que garanticen atención la médica adecuada a Al Issawi o que le pongan en libertad para que pueda recibir el tratamiento urgente que necesita.

Según la organización, desde que fue detenido en julio de 2012, fue privado del acceso a su abogado durante 23 días y trasladado posteriormente a la prisión de Nafha, en pleno desierto del Néguev.

Por su parte, el secretario general de Naciones Unidas, Ban Ki Moon, ha expresado su preocupación por el “rápido deterioro” del estado de salud de los presos palestinos en huelga de hambre y ha instado a Israel a “respetar plenamente” los derechos de los reclusos palestinos. Asimismo, ha reclamado que los presos en régimen de detención administrativa sean imputados y juzgados con garantías o, en caso contrario, puestos inmediatamente en libertad.

El presidente de la Autoridad Palestina, Mahmud Abbas, y el secretario general de la Liga Árabe, Nabil Elarabi, han escrito recientemente a Ban para manifestar su preocupación por este conflicto sobre los presos. El secretario general de Naciones Unidas también trató este tema durante una conversación telefónica con el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu.

Samer Issawi, más de ocho meses en huelga de hambre para exigir justicia, dignidad y libertad

Red Solidaria contra la Ocupación de Palestina

Samer Issawi, palestino de 33 años encarcelado en la prisión israelí de Ofer, ha batido todos los récords de huelga de hambre habidos en el mundo, al superar los ocho meses sin ingerir alimentos. Después de ocho meses de someter su organismo a esta forma de protesta, su estado de salud se ha deteriorado hasta el punto de poderle fallar un órgano vital en cualquier momento.

Samer Issawi fue detenido en su casa de Jerusalén Este en abril 2002 cuando el ejército israelí invadió la mayoría de las ciudades palestinas de Cisjordania. Israel le condenó entonces a 30 años de prisión acusándole de pertenecer al Frente Popular de Liberación de Palestina, un partido político palestino que el gobierno israelí logró introducir en la lista de organizaciones terroristas de la Unión Europea.

Después de pasar 10 años en cárceles israelíes, Samer Issawi fue uno de los más de mil presos palestinos canjeados por el soldado Gilad Shalit en octubre 2011. Ocho meses después de su liberación, en julio del año pasado, Samer Issawi fue arrestado por el ejército israelí en Hizma, una localidad que, según el ordenamiento territorial israelí, queda dentro de los límites municipales de Jerusalén. Alegando que había incumplido las condiciones de su liberación que le obligaban a permanecer en Jerusalén, las fuerzas israelíes encarcelaron nuevamente a Samer.

Aunque ningún tribunal israelí militar o civil le ha acusado formalmente de cometer un delito penal, se le comunicó que, por haber supuestamente infringido la prohibición de entrar en Cisjordania, debería acabar de cumplir la pena por la que fue condenado a 30 años de cárcel en 2002.

El mismo mes, Samer Issawi inició la huelga de hambre más larga de la historia, en señal de protesta contra una detención que las organizaciones de derechos humanos coinciden en calificar de arbitraria, y con el propósito de exigir su inmediata puesta en libertad. Por la flagrante injusticia que entraña su caso, Samer Issawi ha despertado un movimiento de solidaridad que sólo puede ser comparado con los que acompañaron a Khader Adnan o Hana Shalabi en sus respectivas huelgas de hambre en 2011.

El pasado sábado, a modo de presión psicológica para que Samer abandone su huelga de hambre, según afirma la familia, el ejército israelí incursionó de noche en la casa familiar y detuvo a su hermano, Sadi Issawi, para supuestamente interrogarle.

En la actualidad, hay otros cuatro presos palestinos en huelga de hambre en cárceles israelíes. Aymen Sharawna, también liberado en el intercambio con Shalit y arrestado otra vez el 21 de enero de 2012 y tres prisioneros más, Jafar Azzidine, Yousef Yassin y Tarek Qa’adan, que llevan 65 días en ayuno voluntario después de haber sido arrestados el 22 de noviembre bajo detención administrativa, lo que significa ser encarcelado sin cargos ni juicio.

Hoy en día, la detención administrativa, práctica ilegal bajo el derecho internacional, afecta a cerca de 200 personas palestinas. En total, hay más de 4.500 palestinos en cárceles israelíes, muchos en situación de aislamiento e incomunicación, y sometidos a tortura en un país, Israel, que no ha firmado la Convención Internacional contra la Tortura de Naciones Unidas.

El fallecimiento de Samer Issawi podría desatar la cólera de un pueblo que en los últimos meses, ha acusado con calma tensa una serie considerable de humillaciones, vulneraciones y crímenes de guerra. El estallido de un movimiento de rebeldía similar –o distinto- al que sublevó a la población palestina en la primera intifada, podría frustrar las expectativas de los diplomáticos -en activo y retirados- que intentan relanzar el timo y el negocio de lo que se ha venido publicitando como proceso de paz, pero que en realidad ha sido un proceso de colonización, apartheid y limpieza étnica.

Ni estos diplomáticos, ni la Autoridad Palestina, ni el gobierno israelí tienen interés alguno en que salte la chispa. Razón por la cual, además de las consideraciones humanitarias que se le debería presuponer a quien ostenta el cargo de alta representante de la Unión Europea, Catherine Ashton, expresó finalmente el pasado viernes su “preocupación” por la situación de los presos palestinos en huelga de hambre.

¿Será a raíz de esta llamada de atención que las autoridades israelíes han anunciado una audiencia urgente para tratar el caso Samer Issawi? ¿Qué capacidad tendrán los amigos europeos de Israel de evitar el escándalo de otro crimen odioso? En una carta enviada a su familia a través de su abogado, Samer ha declarado:

“Le digo a mi pueblo que soy más fuerte que el ejército de ocupación y sus leyes racistas. Yo, Samer Al-Assawi, hijo de Jerusalén, dicto mi última voluntad en caso de que yo caiga como un mártir: llevarás mi alma como un grito por todos los presos, mujeres y hombres, un grito por la libertad, por la emancipación y la salvación de aquellos que han experimentado la pesadilla de la cárcel y su terrible oscuridad”.

Resumen Latinoamericano

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