miércoles, mayo 1, 2024
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El mundo: Entre convulsiones y esperanzas

En el año que termina, un escalamiento de la guerra en varios países del Medio Oriente, provocaciones contra Venezuela, Cuba y otros países con gobiernos progresistas en América Latina y notables esfuerzos de respuesta de los pueblos a los planes imperiales, marcaron la agenda política

Alberto Acevedo

La cumbre de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y del Caribe (Celac), que con la asistencia de 40 jefes de Estado, sesionó en La Habana, el 28 de enero, sentó la pauta de lo que, a lo largo del año, sería el signo de una incesante búsqueda de los pueblos del continente para encontrar respuestas frente a la ofensiva de las grandes potencias occidentales por retrotraer los procesos de cambios democráticos en la última década.

Celac propuso convertir a América Latina en zona de paz, blindarla frente a eventuales conflictos internos y agresiones imperiales y trabajar mancomunadamente en la lucha contra la pobreza y por el desarrollo participativo. Como reconocimiento al ejemplo de Cuba socialista, entregó la presidencia del organismo al mandatario de ese país, Raúl Castro Ruz.

La vigorosa estrategia integradora continuó su curso con la reunión de cancilleres de Unasur, en Caracas, el 25 de marzo, que respaldó el proceso bolivariano en Venezuela y condenó “cualquier tentativa de ruptura del orden constitucional”, postura que fue secundada por el Consejo Permanente de la OEA, la Unión Europea, Mercosur y el bloque de países no alineados.

Otro hito integrador los constituyó la reunión en Santa Cruz de la Sierra (Bolivia), del Grupo de los 77+China, con presencia de delegaciones al más alto nivel de 177 países, los días 14 y 15 de junio, el más dinámico organismo de cooperación de las Naciones Unidas.

Integración y solidaridad

Otras expresiones de unidad se dieron con la reunión en La Paz (Bolivia), el 25 de agosto, del Foro de Sao Paulo, que llamó a las organizaciones populares a encontrar alternativas frente a la crisis del capitalismo y respaldó a los gobiernos progresistas de América Latina, temas de los que también se ocupó el Encuentro Internacional de Partidos Comunistas y Obreros, que sesionó el 15 de noviembre en Guayaquil (Ecuador), con delegaciones de 53 partidos políticos de 45 países.

También las fuerzas de la reacción se movieron. Venezuela estuvo todo el tiempo en la mira de los planes norteamericanos para desestabilizar el gobierno bolivariano de Nicolás Maduro y sepultar la obra redentora iniciada con Chávez. Se pusieron en marcha las denominadas ‘guarimbas’, una especie de barricadas promovidas por la derecha más reaccionaria, y financiada con dineros del Pentágono, a través de la Usaid. Maduro denunció en repetidas ocasiones la existencia de intentos de golpe de estado contra el proceso de transformaciones sociales.

Nicolás Maduro adopta un lenguaje conciliador frente a la crisis, y logra con un sector representativo de la opositora Mesa de Unidad Democrática instalar una mesa de diálogo, mientras el canciller Elías Jaua denuncia ante Unasur y los No Alineados los planes de la reacción contra su gobierno. Estos planes siniestros tienen expresión dramática en el asesinato, en el mes de agosto, del joven diputado del PSUV Robert Serra, emblemático dirigente del chavismo.

Contra Cuba

Cuba no escapó tampoco a los planes intervencionistas de la Casa Blanca. En el mes de abril, la agencia noticiosa Associated Press revela la existencia de un plan generalizado de espionaje en La Habana y otras ciudades, denominado ‘Zunzuneo’, que tenía como trasfondo armar ‘partidos de oposición’ para desestabilizar el gobierno socialista.

Cuatro meses después, la misma agencia revela la existencia de un grupo de “jóvenes viajeros”, muchachos de diversa condición, reclutados por la CIA en países de Centroamérica y que viajaron a Cuba, en plan de intercambio, para desarrollar una labor antisocialista y subversiva en la isla. El gobierno contrarresta estas actividades y se gana un acreditado prestigio internacional, que tiene, entre otras expresiones, el rechazo casi unánime de la ONU al bloqueo económico y comercial por parte de Estados Unidos y la liberación en febrero de Fernando González, el segundo de los cinco patriotas cubanos encarcelados en Miami.

La versión maquillada de esta ofensiva contra los pueblos en el continente tiene expresiones como la VIII Cumbre de mandatarios de la Alianza Pacífico, en febrero, en Cartagena, catalogada como intento de paralización de la auténtica integración regional, y la reunión en Cartagena, en julio, de los denominados líderes de la ‘Tercera vía’.

México ensangrentado

La oleada de niños inmigrantes, provenientes de México y otros países centroamericanos, a razón de 400 por día en su mayor momento, que cruzaron la frontera sur de los Estados Unidos en busca del ‘sueño americano’, el decreto de Obama para beneficiar a unos cinco mil residentes indocumentados, son otras manifestaciones de la política internacional en el continente.

La continuidad de gobiernos de perfil progresista en Brasil, Bolivia, Uruguay, Chile y El Salvador, es otro signo de la época en América Latina. La estremecedora desaparición de 43 estudiantes normalistas de una escuela de Ayotzinapa, en México y las elecciones parlamentarias del 4 de noviembre en Estados Unidos, en las que Obama pierde el control de la Cámara y el Senado, cierran esta mirada somera a los sucesos políticos en el continente.

El redoble de tambores de guerra marcó gran parte de los acontecimientos en otras regiones del planeta. En enero comenzó una escalada intervencionista por parte de Estados Unidos y sus aliados contra Siria, que aunque pareció encontrar una salida diplomática con la denominada Cumbre de Ginebra, más tarde se tradujo en intervención abierta, bajo el pretexto de la lucha que Obama declaró contra el denominado Estado Islámico.

Dolor de Palestina

En el Medio Oriente, paradójicamente la ONU declara el 2014 como el año internacional de solidaridad con Palestina, pero ese pueblo vuelve a ser objeto de una criminal ofensiva de guerra por parte de Israel, que dejó a la Franja de Gaza semidestruida, centenares de muertos y heridos y miles de desplazados.

La península de Crimea fue otro de los escenarios de la política intervencionista de Estados Unidos y sus aliados de la OTAN. Los agentes de Occidente se infiltraron en partidos políticos de tendencia fascista, que promovieron una suerte de ‘revolución rosa’, que provocó la salida del gobernante Víctor Yanokóvich y la instalación de un gobierno títere de la Casa Blanca.

El secuestro de 270 niñas en Nigeria por parte del grupo fundamentalista Boko Haram, las elecciones al parlamento europeo, que marcaron un avance de la derecha, el referéndum independentista en Escocia y nuevos brotes de racismo en Estados Unidos, podrían completar esta mirada al mundo en el año que termina.

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