Santanderismo radical
Un ejemplo típico y patético del santanderismo criollo está ocurriendo en Bogotá. El conocido cineasta y columnista de El Espectador, Lisandro Duque Naranjo, fue nombrado director de Canal Capital en remplazo de Hollman Morris, pero no ha podido posesionarse porque no tiene título académico de idoneidad para el cargo. Guardadas proporciones es como si a Gabo se lo hubieran exigido para escribir sus crónicas y reportajes en El Espectador y otros diarios y revistas del país y del exterior. Es el colmo que una persona de tantas calidades intelectuales y humanas como Lisandro Duque, galardonado en el país y en el exterior por varias de sus películas, esté sometido a semejante tratamiento ridículo.
Las FARC y Alzate
Sigue siendo un misterio por qué el general Rubén Darío Alzate terminó en poder de las FARC-EP, situación que significó la peor crisis del proceso de paz de La Habana en dos años que lleva la mesa de diálogo. En la primera reunión poscrisis, los generales Mora y Naranjo escucharon de boca de Iván Márquez, jefe de la Delegación de las FARC-EP, que su organización le creía al general Alzate.
Según un miembro de la delegación gubernamental, testigo de la conversación, el general Mora se mostró sorprendido y de forma muy grata, porque temían que la guerrilla conociera otra versión comprometedora, quizás más real, contada por él mismo a los guerrilleros en los días del cautiverio. En un reportaje al diario El Colombiano el comandante Pastor Alape corroboró la versión de Márquez. Las FARC le creen a Alzate.
Otro libro sobre la paz
El director de VOZ, Carlos A. Lozano Guillén, reconocido facilitador de paz, presentará en febrero otro libro sobre la paz en Colombia. Es el tercero acerca de los diálogos de La Habana. El sugestivo título es “Las FARC-EP sí quieren la paz” y el autor prometió revelar algunos secretos de sus gestiones en el gobierno de Álvaro Uribe Vélez y de Juan Manuel Santos. “Uribe nos puso a Álvaro Leyva y a mí a buscar a Manuel Marulanda y luego quiso meternos a la cárcel”, dijo hace unos meses el dirigente comunista. Ahora contará cómo fueron las gestiones realizadas. También explicará cómo fue su intervención en la parte secreta de los diálogos de La Habana. Promete ser un libro interesante, editado por Ediciones Izquierda Viva.
Uribe y la impunidad
Si hay alguien que goce de impunidad en Colombia es el ahora senador Álvaro Uribe Vélez. En la Comisión de Acusaciones de la Cámara de Representantes reposan 261 expedientes con igual cantidad de denuncias presentadas por ciudadanos que reclaman justicia. “Las hay para todos los gustos”, desde graves hechos como su relación con el paramilitarismo y el narcotráfico, hasta quejas disciplinarias debido a actuaciones suyas no ajustadas a la ley. Lo grave: lo poco ha hecho la comisión. En lo que más se avanzó fue en la de las “chuzadas” pero se hicieron diligencias para la galería, nada sustantivo. Esta figura de la Comisión de Acusaciones no es eficiente, significa impunidad y sinvergüencería. “Comisión de Absoluciones”, le dicen.
