miércoles, mayo 1, 2024
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Relaciones Cuba-Estados Unidos: Hora del pragmatismo

A partir del 20 de julio próximo, ambos gobiernos abrirán embajadas en La Habana y Washington, en un paso histórico hacia la normalización de relaciones. Quedan pendientes en la agenda el levantamiento del bloqueo económico a la isla y el tema de Guantánamo.

En manos de estos dos hombres, Raúl Castro y Barack Obama, está la suerte de las relaciones entre las dos naciones.
En manos de estos dos hombres, Raúl Castro y Barack Obama, está la suerte de las relaciones entre las dos naciones.

Alberto Acevedo

Las declaraciones del presidente Obama y de su secretario de Estado, John Kerry, el pasado 30 de junio y una posterior “Declaración del gobierno revolucionario” en La Habana, confirmando en forma bilateral la decisión de ambos gobiernos de abrir sedes diplomáticas en sus países más de cincuenta años después de haber interrumpido relaciones tras el triunfo de la revolución socialista en la mayor de las Antillas, fue recibida en el mundo diplomático como un paso histórico, que contribuirá no solo a establecer nuevos acuerdos de cooperación, sino a crear un ambiente de confianza en el resto del continente.

El mandatario norteamericano, en un discurso a la nación, dijo que “no podemos hacer rehén al futuro de Cuba por lo que ocurrió en el pasado. Y de eso se trata, una opción entre el futuro y el pasado. Estadounidenses y cubanos están listos para seguir adelante”.

“Sí hay quienes quieren darle la vuelta al reloj y redoblar la política de aislamiento, pero es necesario darnos cuenta que ese enfoque no funciona. No ha funcionado por 50 años, aleja a Estados Unidos del futuro de Cuba y sólo hace la vida más complicada para los cubanos”, puntualizó Barack Obama.

De las declaraciones de ambos gobiernos se desprende la intención de abrir las sedes diplomáticas, en Washington y La Habana, este 20 de julio próximo, lo que estaría acompañado del nombramiento de embajadores. Sin embargo, esto será posible solo en el caso de los cubanos, puesto que en los Estados Unidos, Obama necesita que el Congreso le dé el visto bueno al nombramiento de la persona que postule para encabezar la legación diplomática en Cuba.

Pero esta normalización de relaciones no lo será tanto. En la declaración del gobierno cubano se plantea que nunca estas relaciones serán completamente normales, mientras no se resuelva el asunto del embargo económico, financiero y comercial, que ha pesado sobre la economía y el pueblo de la isla por más de medio siglo. Ese bloqueo ha tenido un costo inconmensurable y se requiere levantar el conjunto de medidas económicas sancionatorias para avanzar en la construcción de lazos de amistad y cooperación entre las dos naciones.

Temas pendientes

Otro obstáculo en el camino de la cooperación es la devolución de Guantánamo a la soberanía del gobierno cubano, una franja de tierra usurpada ilegalmente por Estados Unidos y en la que aún mantiene una base naval de su ejército. Esa franja de tierra pasó a manos norteamericanas en tiempos de ocupación colonial.

En el tipo de relaciones que ambas naciones construirán a partir de este momento pesa también la idea norteamericana de que éstas van a conducir, seguramente, a la ‘normalización’ de un proceso democrático. La idea de democracia que tienen los Estados Unidos es bien distinta a la que manejan los cubanos.

Para aquellos, democracia es desarticulación del régimen socialista y regreso a la propiedad privada, en manos de los viejos y corruptos representantes de la burguesía derrocada con la caída del dictador Fulgencio Batista.

Un reciente informe del Departamento de Estado, conocido el 25 de junio, que hace una evaluación de los derechos humanos en el continente, sigue considerando a Cuba como “un estado autoritario, liderado por Raúl Castro”. Y en esta perspectiva, la Casa Blanca sigue alimentando fondos para “programas de promoción de la democracia”, es decir: para la subversión y desestabilización del gobierno de la isla. Y claro, con ases como esos debajo de la manga, no se puede pretender que las relaciones bilaterales marchen por buen camino. Estos también son temas de la agenda diplomática que habrá que discutir entre los dos gobiernos.

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