¡De la indignación al poder!

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Magnolia Agudelo Velásquez

Con la elección en Colombia de Gustavo Petro a la presidencia y Francia Márquez a la vicepresidencia, se abren las puertas para el cambio y el camino hacia un gobierno de transición democrática que busque resolver problemas estructurales. Las propuestas programáticas de la campaña centradas en las mujeres, la juventud, las personas LGBTIQ y pueblos étnicos; su movilización, y el liderazgo de la vicepresidenta Francia fueron claves para la victoria de la izquierda el pasado 19 de junio.

Es de reconocer el hecho histórico de la elección de la primera mujer vicepresidenta afro y feminista, con vocería de las mujeres y de los pueblos étnicos, con un amplio reconocimiento a nivel internacional por sus luchas contra la minería, en defensa de la casa común y por la biodiversidad, con gran comprensión de la realidad colombiana, defensora del Acuerdo de Paz y los derechos humanos.

En conversación con diversas mujeres sobre el triunfo de Gustavo Petro y Francia Márquez, ellas opinaron. Hermencia Palacios, directiva sindical y social del Chocó, manifiestó: “Este triunfo representa la esperanza y la lucha que desde los territorios han realizado las mujeres de manera constante contra el patriarcado, el despojo y en defensa de una vida libre de violencias, por un trabajo digno, por producir la tierra, por una educación liberadora y salud pública, gratuita, de calidad y universal”.

Para la estudiante Valentina Olave significa el triunfo de la esperanza en Colombia. Reitera la voluntad de un país, que, cansado de la guerra, la desigualdad y la pobreza, le da un voto de confianza a sus dirigentes para realizar los cambios profundos que necesita nuestra sociedad: “Este histórico resultado reafirma mi confianza en que es posible construir un país en paz, con justicia social, donde se respete la naturaleza y todas las personas puedan vivir en condiciones dignas”.

Para Medenis Berrío lideresa afro del consejo comunitario San Juan de Palos Prieto: “Este triunfo significa un nuevo comienzo. El pueblo ganó el primer gobierno popular, con el cual me siento bien representada con una mujer negra como vicepresidenta. Este es el cambio que Colombia necesitaba”.

Para Yoana Rojas Loperena indígena wayuu: “El triunfo representa alzar la voz de esas personas que fueron asesinadas por luchar por una sociedad más justa. Por la libertad de expresión de los líderes sociales y, como mujer indígena significa preservar la cultura y nuestros usos y costumbres. Por nuestros derechos a la educación y la salud”.

Para Evangelina Durán Núñez del consejo comunitario de la comunidad negra de Aracataca “el triunfo es el resultado de un inconformismo con el sistema político, social y económico que por décadas había hecho invisible a las mal llamadas ‘minorías étnicas’, que hoy son mayoría por luchar unidos afros, negros, raizales, palanqueros e indígenas”.

Para Beatriz Hernández desde el Magdalena el triunfo significa la reconciliación del país: “Es la esperanza, la gobernanza popular donde vamos a importar todos, todas y el territorio. Es decir, es gobernar para nosotros y nosotras, pero también para los animales y para la biodiversidad”.

Como lo expresó nuestro presidente electo Gustavo Petro: “A partir de hoy Colombia cambia, un cambio real nos conduce al planteamiento de la política del amor que consiste en dejar los sectarismos atrás. Las elecciones mostraron dos países, en medio de la diversidad trabajaremos por una sola Colombia”.