Una victoria por la vida

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César Santoyo Santos
@Cesar_Santoyo_S

Con absoluto regocijo escribo estas líneas esperando al filo de los acontecimientos para indicar que si se produjo un triunfo de las gentes de a pie que se manifestaron colmadas de esperanza para transformar 212 años de rezago político, de costumbres y prácticas excluyentes, llenas de privilegios para élites lejanas de la realidad de desarrollo, paz y concordia entre nacionales. Se instala el 19 de junio de 2022 como la fecha del primer gobierno de arraigo popular, étnico, diverso y profundamente democrático al abrazar más de 11 millones de votos en todo Colombia.

Todas las personas que caminaron el pacífico que sueña con una dimensión distinta de la felicidad, la justicia social y laboriosidad de las comunidades negras, indígenas y que con los departamentos que lo componen, supondrán una mirada ecosistémica, basada en el agua y el respeto al planeta, con el que nuevos equilibrios entre crecimiento económico, la descarbonización de la economía, la reconversión energética, los tendrá como protagonistas sin demora en la preservación de la especie, el futuro del agua y del planeta. Por ejemplo, cada encuentro, cada alabao, cada arullo, al compás de la alegría negra y el trabajo de las poblaciones indígenas muestran la exigencia de paz, de dialogo regional y de cambio que debemos celebrar con este paso trascendental.

Resaltar el papel del movimiento de Derechos Humanos que tendrá en sus hombros la tarea de seguir una movilización sin antecedentes por construir una agenda acorde con este trascendental momento en el que su entrega y disciplina debe llamarnos a elaborar una institucionalidad para la superación del conflicto armado en todas sus dimensiones, la apertura de diálogos regionales que brinden todas las garantías a la defensa de la vida, los derechos humanos y las libertades ciudadanas, tendrá la tarea de seguir acompañando a las víctimas que colmaron sin temor las urnas en los territorios donde la guerra les silenciaba, es esta victoria contra el callar de la violencia y el temor.

Las rebeldías de la juventud, la resistencia de campesinos, de terrasgueros, de trabajadores, los y las nadies engalanan esa victoria. La necesidad de superar el odio y entender las mínimas condiciones que tenemos como sociedad para que haya pilares sólidos de impulso del Estado Social de Derecho, tal como lo plantea el nuevo presidente de la república, para consolidar fuerzas productivas, desarrollo y procesos sociales capaces de hacer la paz completa, estable, duradera y reconozcan a toda la población Colombiana como el sustento de la felicidad y la prosperidad; incluso su discurso convoca al empresariado y a los sectores más dinámicos de la sociedad para que caminemos a un momento que será de potenciar la vida, la educación, el saber, para beneficio de Colombia, de toda nuestra América y hagamos este aporte a la humanidad.

También queda el reto de consolidar el acuerdo final y el sistema integral de paz para que comprendamos y superemos décadas de dolor, violencia, exclusión y racismo. Cada una de las entidades que lo conforman, al igual que las que componen la rama judicial han sido convocadas para que haya un gobierno respetuoso de la independencia judicial.  En fin, es un triunfo que conmemora a cada una de las personas que dieron su vida para lograrlo, recordarles a todas con la clásica frase “A la vida por fin daremos todo, a la muerte jamás daremos nada”.