Día diez del paro y el descontento social se mueve
Hernán Camacho- Oficina de Prensa marcha Patriótica
Crecen las cifras de manifestantes como las razones para protestar. La indignación de las gentes del común se traduce en tomar como propias las demandas campesinas y hacen que “el tal paro” sí exista, y corra como pólvora por las regiones.
Once son los días que llevan campesinos, obreros, desempleados, camioneros agolpados en carreteras, calles y plazas de la Colombia departamental, la olvidada por los titulares de prensa, pero la que se levanta con rebeldía y espera ser escuchada. Las marchas convocadas en todo el país le notificaron a Santos que el pueblo colombiano no está dispuesto seguir soportando vaivenes en las soluciones estructurales a la crisis social que padece.
La represión fue la respuesta de un gobierno que se muestra nervioso y apela a la fuerza para acallar la voz de los inconformes. La multitud de colores, consignas y ruanas entremezcló, hoy 29 de agosto día de la marcha nacional en apoyo al paro, la inconformidad de los colombianos y la unidad popular para enfrentar los problemas sustanciales que padecen todos.
En la capital del país 200 mil voces se manifestaron a lo largo de la Carrera Séptima. Un desfile de banderas demostró la fuerza del paro y la movilización social. Allá se expuso todas las problemáticas que pasan por el tema agrario, epicentro del paro, hasta los reclamos de las madres sustitutas y comunitarias del país que entraron en cese de actividades. Los profesores y trabajadores de las universidades públicas pancarta en mano reclamaron el cumplimiento de lo acordado en pasadas movilizaciones.
La Mesa Amplia Nacional Estudiantil, presentó su pliego ante el Ministerio de Educación Nacional y lo socializaron ante miles de estudiantes venidos de todos los puntos de la ciudad. Los voceros del movimiento por la salud también reclamaron atención y señalaron al gobierno nacional como responsable de la crisis que vive ese sector.
Todas las demandas se escucharon desde la Plaza de Bolívar. Justo a la hora de llegar el mayor número de manifestantes, estruendos en los alrededores alteraron la normalidad y de inmediato se hizo efectivo lo que muchos temieron, la represión. Contingentes policiales dieron rienda suelta a la brutalidad y arremetieron con todo aquel que consideran un típico rebelde.
En cercanías de Bogotá, Soacha, también se presentaron bloqueos luego de haberse decretado toque de queda y ley seca en la idea de calmar los ánimos de los marchantes. Helicópteros acosan el despeje de la Autopista Sur, una de las principales entradas a Bogotá, por los manifestantes que la ocuparon desde las primeras horas de la mañana.
El trato militar de la manifestación y sostuvieron duros enfrentamientos a lo largo de toda la tarde y las tardes que precedieron la jornada. Analistas nacionales piden la cabeza del jefe de la cartera de Defensa Juan Carlos Pinzón. Decenas de heridos dejan la desbandada policial.
El sur
En el departamento de Caquetá, solo por nombrar uno de esos olvidos estatales, hoy tiene en su capital, Florencia la no despreciables cifra de 17 mil, indignados y menospreciados campesinos que se sumaron al pliego nacional de peticiones presentado por la Mesa Nacional Agropecuaria y Popular de Interlocución y Acuerdo, MIA y que tienen en a sus autoridades locales tan bloqueadas como las entradas a esa capital.
La realidad social del Caquetá la comparte su vecino, el Huila, departamento de generoso territorio cuya vocación agropecuaria hoy toca su crisis más profunda a la que el Ejecutivo responde con su aparto de represión.
Nada que hacer, el país se moviliza, los excluidos protestan y departamentos enteros siente ésta movilización como la oportunidad de oro para desafiar a quienes los han subyugado en la historia. Los cierres en ese departamento se ubican en la vía que comunica los municipios de Campoalegre y Hobo, en Vega de Oriente, Campoalegre y las vías que conducen a los municipios de Tello, Baraya y Villavieja.
El departamento de Tolima, también se encuentra en protesta continúa y con la “moral arriba”, relata un manifestante, campesino él, venido de Coello, municipio del centro del departamento, quien logró, junto a miles de coterráneos romper el cerco policial que no los dejaba protestar y se ubicaron en la carretera central en varios puntos para presionar ser visibles. “Se anuncia que por lo menos 5 mil campesinos lograron llegar al perímetro urbano de Cajamarca y taponan la principal arteria en este lugar, lo mismo hacia la inspección de Anaime” reporta la prensa alternativa.
Esos mismos reportes de prensa locales dan cuenta de una agitación social que madura con el pasar de los días: “Los campesinos concentrados en la inspección de Castilla, municipio de Coyaima, no dan el brazo a torcer. Se ha indicado que en el municipio de Natagaima, también se viene concentrando campesinos y campesinas. Mientras esto sucede, los auténticos líderes campesinos y populares, llaman a los demás campesinos y citadinos a salir copiosamente. El pueblo se viene desbordando y con qué ímpetu.”
No obstante, allí mismo se reportó que tras e día de mayor movilización, la Policía desmantelo las instalaciones improvisadas de la concentración con fuerza desmedida con un panorama desalentador: dos asesinatos y la detención del presidente de la organización campesina de la zona, Astracatol, Jailer Gonzalez.
Oriente
Y siguiendo con el sur, el departamento de Putumayo, ese no menos olvida que los anteriores, se moviliza. Puerto Asís, municipio a 88 kilómetros de la capital, Mocoa, está ubicado sobre el margen izquierda del río Putumayo, en donde dos mil campesinos siguen concentrados a la espera de ser los interlocutores del gobierno nacional. Pliego local en mano dicen que no se levantarán hasta que alguna autoridad con poder de decisión llegue a esas comunidades hablar “de frente de nuestros problemas”.
En el departamento de Arauca no escapa a la ebullición social y agraria. Diez días de constantes seguimientos y hostigamientos, casi militares, son víctimas los protestantes llaneros que son también campesinos. Bloqueos en principales carreteras del departamento y centenares de personas concentradas en las plazas públicas de algunos municipios es el balance del natural ejercicio a la protesta.
Una de las entradas del Amazonas se moviliza. Puerto Inirida, es epicentro de la concentración pacífica campesina e indígena desde el día cero del paro llevando consigo, las peticiones sectoriales del agro, las demandas mineros, y los problemas de la línea fronteriza y el pliego de peticiones de la, MIA.
Occidente
La capital caucana, Popayan, se movilizó en apoyo al paro agrario campesino, la multitudinaria presencia de manifestantes fue características de los sectores que reclaman demandas al menos 7 mil personas entre estudiantes, sindicatos, madres comunitarias, profesores, moto taxistas reclamaron la debida atención y respaldaron las peticiones nacionales.
Magdalena medio
Sendas caminatas recorren los campesinos del Magdalena Medio para llegar al Refugio Humanitario instalado en Barbosa, Antioquia. Allí sesionan cuatro mil campesinos desde el pasado lunes 19 de agosto, en la idea de construir un pliego departamental agrario que se articule con el petitorio nacional de la MIA, y las respectivas peticiones locales de las organizaciones sociales y populares que tiene asiento en el Refugio “El campesino de Antioquia existe y está excluido, por eso esta acá”, señalaron los voceros.
Sin embrago, a primeras horas de a mañana de la gran connotaría nacional en respaldo a los campesinos se realizo un desalojo del refugio Humanitario en un ataque desproporcionado del que resulto buena parte de los manifestantes heridos, sus carpas quemadas y saqueada la comida de los campesinos. E gobierno departamental en cabeza de Sergio Fajardo es también responsable del desalojo. A eso se suma el cierre de la carretera que comunica a Barrancabermeja con Puerto Wilches.
El “cacerolazo” ya es deporte nacional de multitudes. La respuesta de quienes no son campesino, pero comparten en pleno las peticiones se hicieron sentir en las capitales de departamento, donde un sartén y una cuchara desfogaron la indignación nacional a un gobierno de oídos sordos. Miope social. Hay vamos y sigue sumando, mientras la MIA, le insiste al gobierno que la salida es el Diálogo, Santos.
