El Vaticano y el gato encerrado

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Manuel Antonio Velandia Mora

No me refiero exactamente a que en el Vaticano hayan encerrado un gato, auncuando los hay muchos”, sino a la trampa en las bendiciones a parejas del mismo sexo. Por supuesto todos hemos escuchado sobre las bendiciones que se hacen a las armas por sacerdotes castrenses y de las bendiciones que se hacen a las posibles cosechas y también a las mascotas.

Lo que parece ser un gran avance y se volvió noticia internacional, en lo que va corrido de la semana, es quesegún ha dicho el Papa, a las parejas del mismo sexo las pueden bendecir sacerdotes católicos siempre que las tales bendiciones no formen parte de los rituales eclesiásticos habituales; por tanto, en opinión de la Iglesia, dichas bendiciones no legitiman estas relaciones y mucho menos se asemejan al rito matrimonial.

Lo que dice el “Santo Padre” allá en Roma

 No, no le están degollando la Paloma. La oficina doctrinal del Vaticano, en una publicación titulada ‘Sobre el significado pastoral de las bendiciones’, afirmó que los sacerdotes «no deben impedir o prohibir la cercanía de la Iglesia a las personas en cualquier situación en la que puedan buscar la ayuda de Dios a través de una simple bendición”; sí leyó bien, es una “simple bendición”, como esas que usted mismo, si es creyente, se hecha en una iglesia o en cualquier parte, así no sea con ese agua que más que “bendita”, es un foco de contaminación.

El citado documento, que ha caído como un baldado de agua fría, dice: «En una breve oración que preceda a esta bendición espontánea, el ministro ordenado podría pedir que las personas tengan paz, salud, espíritu de paciencia, diálogo y ayuda mutua, pero también la luz y la fuerza de Dios para poder cumplir su voluntad por completo». Así que ni modo que se nombre el amor y mucho menos la genitalidad.

Por ello han aclarado rápidamente que, “los sacerdotes deben decidir sobre las bendiciones caso por caso” y que para «evitar cualquier forma de confusión o escándalo» las bendiciones «nunca deben impartirse en concurrencia con las ceremonias de una unión civil, y ni siquiera en conexión con ellas». A lo que añade la declaración vaticana: «Tampoco puede realizarse con vestimentas, gestos o palabras propias de una boda. Lo mismo se aplica cuando la bendición es solicitada por una pareja del mismo sexo».

En septiembre cinco cardenales le preguntaron al Papa sobre sus intenciones de bendecir las uniones entre personas del mismo sexo, éste respondió que “la Iglesia sigue reconociendo el matrimonio como la unión entre un hombre y una mujer, pero que las uniones entre personas del mismo sexo deben tener la oportunidad de ser bendecidas”. No se puede negar que Don Francisco ha intentado que la religión católica sea más inclusiva con las personas de los sectores LGB, sin alterar la doctrina moral sobre la actividad sexual entre personas del mismo sexo. En otras palabras, que por lo menos no les expulsen a patadas de la Iglesia o les terminen haciendo exorcismos como en otras iglesias cristianas.

Por supuesto otra cosa son los derechos en la iglesia católica para los sectores “T” y de las diversidades de géneros y cuerpos. El Vaticano igualmente aprobó que las personas transexuales “puedan ser bautizados y apadrinar bodas”. El ya citado “documento doctrinal” certificó que los hijos de parejas homosexuales reciban el sacramento porque la Iglesia, lo dice textualmente, “no es una aduana sino una casa paterna donde hay lugar para todos”. La Congregación de la Doctrina de la Fe también especificó que podrán hacerlo, pero “con condiciones”.

El documento titulado «Hembra y varón los creó» (en referencia al Génesis) habla de una «crisis educativa» en la sociedad actual y asegura que los debates sobre género pueden «aniquilar el concepto de naturaleza» (…) «Esta oscilación entre lo masculino y lo femenino se convierte, a fin de cuentas, en solo una exhibición ‘provocativa’ contra los llamados ‘marcos tradicionales'». Cabe señalar que, la Iglesia católica lo consideró así en junio de 2019, al considerar que los debates actuales sobre la identidad de género no solo son «ambiguos», sino que pueden «desestabilizar la institución familiar».

Si por allí llovizna…

En un hecho sin precedentes, a partir del pasado domingo 17 de diciembre, las parejas del mismo sexo pueden recibir la bendición en las iglesias anglicanas, aunque aún no está permitido el matrimonio religioso.  La bendición se aprobó luego de un intenso debate interno de la congregación religiosa, lo que ha provocado división en el anglicanismo en torno al matrimonio igualitario.

Los obispos anglicanos anunciaron que los clérigos podrían usar voluntariamente “oraciones de amor y fe” especiales. Por su parte, los sectores conservadores seguirán insistiendo en la enseñanza bíblica tradicional del matrimonio en la iglesia católica.