Diana Carolina Alfonso
@DianaCaro_AP
El domingo 13 de agosto se llevarán adelante las Primarias Abiertas, Simultáneas y Obligatorias, PASO, en Argentina. La ciudadanía tendrá el deber de elegir a los candidatos únicos que representarán a las coaliciones en las elecciones presidenciales de octubre.
Las principales coaliciones que aspiran a la presidencia tendrán que asumir el importante reto de representar a una ciudadanía empobrecida y enojada. La crisis inflacionaria es probablemente el elemento definitorio en esta coyuntura electoral. La pregunta de cómo actuar ante el Fondo Monetario Internacional, FMI, divide las agendas partidarias.
La derecha encarnada en la coalición Juntos por el Cambio, JxC, a la cabeza con Patricia Bullrich y Horacio Rodríguez Larreta, y la coalición La Libertad Avanza representada por Javier Gerardo Milei, disputa una postura represiva, profascista, de ajuste y dolarización.
La exministra de seguridad del macrismo, Patricia Bullrich, fue ministra de Trabajo del expresidente Fernando de la Rúa durante el estallido de 2001. Durante el mismo lustro, Rodríguez Larreta, actual intendente de la ciudad de Buenos Aires, se desempeñó como interventor de la obra social para jubilados, Programa de Atención Médica Integral, PAMI, motivo por el cual los opositores de la izquierda asocian su lista al gobierno de los mercados que condujo a una explosión social sin precedentes en la historia argentina.
Por su parte el ultraderechista Javier Milei, no sólo reconoció haber asesorado al dictador y genocida tucumano Antonio Bussi, sino que incorporó a su hijo, Ricardo Bussi, como candidato a la gobernación de la provincia de Tucumán, recibiendo una tremenda paliza con tan solo el 4 por ciento de aprobación. El pésimo desempeño de los candidatos provinciales de Milei puede subestimar el potencial de su candidatura presidencial, ya que en la mayoría de encuestas este outsider “anticasta” ronda el 14 y 17 por ciento de aprobación.
Un escenario de alianza después del proceso de las PASO entre las diferentes fracciones de la derecha argentina les daría como ganadores en primera vuelta. Sin embargo, los referentes del peronismo en la lista de Unión por la Patria, UxP, se acercan bastante a sus competidores por derecha.
Sergio Massa, superministro de economía, designado por la embajada norteamericana y los bloques hegemónicos del peronismo, ronda en las encuestas entre el 17 y 20 por ciento de aprobación. Su némesis, el abogado, militante cristiano y marxista Juan Grabois, podría obtener entre 6 y 8 por ciento de las votaciones en las PASO.
Con todo, tanto Milei como Grabois contienen un importante potencial del “voto enojo”, lo que torna incierto el destino último de esos votantes al finalizar las PASO; puede que el voto indignado por la izquierda de Juan Grabois sea un aporte condicional para el triunfo de Massa, pero también puede que se funda con el eco abstencionista en ascenso o que se alinee al marginal 1 por ciento del trotskismo.
En el arco de la izquierda trotskista se evidencia una fragmentación inaudita, cargada de vanguardismos sin margen de acción. Se estima que el fenómeno Juan Grabois está acaparando la atención de sus votantes históricos. En consecuencia, tanto Myriam Bregman del Partido de Trabajadores Socialistas, PTS, como Manuela Castañeira del Movimiento al Socialismo, MAS, han cargado sus críticas contra este último, lo que puede entenderse como un desentendimiento táctico del enemigo, es decir, de la derecha que avanza entre el filofascismo y el ajuste neoliberal.
