José Ramón Llanos
“Bombardear Moscú hasta la sumisión”, fue la propuesta de Churchill a Estados Unidos para acabar con el socialismo, al costo de miles de vidas. Para bien de la humanidad en esos momentos no contaban con los medios de transportes para llegar a la capital de la Unión Soviética. Toda la histeria guerrerista desatada por la potencia nórdica tiene como objetivo situar los disparos de sus misiles nucleares a 8 minutos de Moscú.
Para no caer en la trampa de la manipulación que hace el gobierno norteamericano de la opinión pública mundial en relación con el supuesto conflicto ruso-ucraniano, debemos tener en cuenta algunos hechos, relacionados con la actual situación política de los Estados Unidos. Debemos evaluar el bajo nivel de aprobación de su política que tiene Biden, también se debe inventariar la proximidad de las elecciones parlamentarias. Perder esas elecciones le da a los republicanos el poder para sabotear la gestión del presidente.
Lógicamente, también debemos tener en cuenta la naturaleza de la política exterior norteamericana desde el siglo XIX, la cual se fundamenta en la mentira, en la violencia y en la manipulación de la opinión pública para justificar sus agresiones a los países poseedores de los recursos naturales generalmente minería, petróleo, oro, estaño, uranio y, por supuesto, el posicionamiento geopolítico.
Para demostrar que la política exterior norte americana se fundamenta en la mentira y la violencia, basta recordar algunos hechos: los pretextos utilizados para expropiar una gran parte del territorio mejicano, o el entramado para justificar el robo de Panamá. Hasta los años sesenta Latinoamérica fue víctima de la violencia utilizada por estados Unidos para conseguir sus objetivos de la política exterior. Las últimas de las agresiones imperialistas se consumaron en República Dominicana en 1965 y los bombardeos a Panamá para derrocar a Manuel Noriega en 1989.
Sin embargo, no obstantes esos antecedentes Estados Unidos ha logrado manipular con los medios de comunicación al mundo y ha montado la gran farsa de que Rusia pretende invadir a Ucrania porque está haciendo maniobras militares en la fronteras de ese país. Esto es tan absurdo como si los movimientos de tropas por la armada norteamericana en Texas, fueran utilizados por Cuba para decir que los Estados Unidos están preparando una invasión a México.
Es tan ilógica la situación que el presidente de Ucrania ha llamado a los Estados Unidos a que deje de alarmar el mundo con los supuestos preparativos rusos para invadirla. Zelensky, incluso bajo la presión de los Estados Unidos para que no haga declaraciones de ese tenor, ha dicho: “Efectivamente hay maniobras de las fuerzas armadas rusas de aproximadamente 100 mil hombres, pero no son suficientes para intentar una invasión, por eso pedimos a los medios estadounidenses que no sigan hablando de invasión rusa a nuestro país”.
Sin embargo, Antony Blinken Secretario de Estado de USA sigue atemorizando a la opinión pública del mundo: “Nadie debería sorprenderse si Rusia instiga una provocación”, declaró a la prensa del orbe. La verdad es que Estados Unidos urden ese pánico de guerra, incluso con posibilidades de empleo de armas nucleares, para justificar sus intentos de continuar extendiendo hacia el este la OTAN, aparato bélico creado para hostilizar el comunismo y ahora al servicio del expansionismo imperialista. La ONU deber exigirle a Estados Unidos que deje de utilizar el terror para lograr sus objetivos imperiales.