Manuel Antonio Velandia Mora
La población en general conoce muy poco sobre las transmasculinidades, sin embargo, dicho desconocimiento también se tiene al interior de los sectores LGB e incluso de las transfeminidades. Si bien no se sabe mucho sobre el tema mucho menos se conoce sobre cómo se construyen las masculinidades trans y evidentemente se sabe menos sobre la salud sexual y reproductiva de estas personas.
Las personas que suelen investigar sobre las sexualidades en Colombia y en el mundo parecen estar muy poco interesadas sobre las transmasculinidades, algo semejante sucede con la sexualidad de las personas en la vejez. Es por ello por lo que las mismas personas transmasculinas se han visto obligadas a investigar sobre su salud sexual reproductiva o no reproductiva, de ahí que Revoltura Trans, un colectivo transmasculino con sede en Colombia, que surgió en 2022, ha trazado como su objetivo primordial “poner en relieve las múltiples problemáticas que enfrentan las personas con experiencias de vida transmasculina”. Su iniciativa inicial se manifestó a través de un podcast disponible en Spotify, brindando una plataforma para compartir experiencias, generar diálogo y promover la sensibilización sobre las realidades transmasculinas.
Actualmente, el colectivo se encuentra inmerso en su segundo proyecto: una investigación dedicada a explorar la construcción de masculinidades trans en contextos de salud sexual y reproductiva. Este esfuerzo surge como su compromiso con la generación de conocimiento de las personas transmasculinas para las diversas transmasculinidades. Es importante destacar que Revoltura Trans opera de manera autogestionada, sin respaldo financiero externo.
Actualmente han dado a conocer su Informe preliminar: Construcción de masculinidades trans en entornos de salud sexual y reproductiva, el cual profundiza en la comprensión de la experiencia transmasculina en la salud sexual y reproductiva, un área que ha sido históricamente marginada en la investigación y discusión pública.
En general hablar del tema sexual en general y de la genitalidad en particular es complicado, y por supuesto no deja de serlo para las personas trans. Un aspecto crítico de la salud sexual de todo ser humano es la comunicación. Para las transmasculinidades, hablar de su sexualidad puede ser un acto vulnerable, especialmente cuando se en obligados/es a enfrentarse con la incomprensión y el prejuicio existente en la sociedad. La diferencia con otras masculinidades normativas y binarias se incrementa cuando interactúan con hombres cisgénero; el 37% reporta un aumento en la incomodidad al discutir estos temas con ellos. Además, el 15,5% se sienten incómodos hablando de su sexualidad.
Como bien lo firma Revoltura Trans, este hallazgo subraya la importancia de entornos comunicativos seguros y el desarrollo de habilidades comunicativas que promuevan un diálogo abierto y sin juicios sobre las sexualidades.
La educación sexual en Colombia
Se inició en las instituciones educativas por presión de la Corte Constitucional. La Ley General de Educación (Ley 115 de 1994) garantiza la educación sexual integral, cuando establece que, es objetivo primordial de todos y cada uno de los niveles educativos el desarrollo integral de los educandos mediante acciones estructuradas encaminadas a […] Desarrollar una sana sexualidad que promueva el conocimiento de sí mismo y la autoestima, la construcción de la identidad sexual dentro del respeto por la equidad de los sexos, la afectividad, el respeto mutuo y prepararse para una vida familiar responsable y armónica.
La Ley de Convivencia Escolar (Ley 1620 de 2013) definió la “educación para el ejercicio de los derechos humanos, sexuales y reproductivos” como […] aquella orientada a formar personas capaces de reconocerse como sujetos activos titulares de derechos humanos sexuales y reproductivos con la cual desarrollarán competencias para relacionarse consigo mismo y con los demás, con criterios de respeto por sí mismo, por el otro y por el entorno, con el fin de poder alcanzar un estado de bienestar físico, mental y social que les posibilite tomar decisiones asertivas, informadas y autónomas para ejercer una sexualidad libre, satisfactoria, responsable y sana en torno a la construcción de su proyecto de vida y a la transformación de las dinámicas sociales, hacia el establecimiento de relaciones más justas democráticas y responsables .
Todos estos principios fueron recogidos en la Política de Sexualidad, Derechos Sexuales y Derechos Reproductivos del país (PNSDSR), actualizada en 2014 consolidando la educación sexual integral como una parte esencial de los currículos escolares, incluso a pesar de que no exista una asignatura específica para este tema. En 2021 terminó la vigencia de la PNSDSR creada en 2014. En agosto de 2022 se presentó un Proyecto de ley estatutaria “Por medio del cual se regulan los derechos sexuales y reproductivos y se dictan otras disposiciones”, el cual hasta el momento no ha logrado su discusión.
A pesar de la norma y que se sabe con plenitud que la educación sexual y para la sexualidad son fundamentales para el bienestar y la autodeterminación de las personas, una cantidad alarmante de transmasculinidades no las ha recibido en la escuela, y los que sí las han tenido, a menudo fue desde la perspectiva moralista judeocristiana cuya naturaleza es higienista, procreacionista, negada al placer y por supuesto binaria y cisgénero.
Este enfoque tradicional no solo es insuficiente para abarcar las realidades de las transmasculinidades, sino que también refuerza estigmas y deja vacíos importantes en conocimientos básicos que son críticos para la toma de decisiones informadas y seguras en salud sexual reproductiva y no reproductiva. El 42% de personas en las transmasculinidades no recibieron educación en y para la sexualidad en la escuela, y el 44% de aquellos que sí la recibieron la obtuvieron con enfoques limitados y anticuados que promueven prejuicios sobre las sexualidades y la reproducción.
Orientaciones sexuales diversas
Desde el sentido común, a menudo se asume que las personas trans tienen una orientación sexual heterosexual, pero las estadísticas muestran lo contrario. El 71% de las personas encuestadas reporta tener orientaciones sexuales distintas a la heterosexual, lo cual pone de manifiesto una amplia diversidad de orientaciones sexuales cuya vivencia es no normativa. No extraña, por lo anterior, que el 9.1% ha experimentado la gestación.
La educación para la sexualidad tampoco llega apropiadamente a los entornos médicos, a menudo las personas profesionales de la salud no están preparadas para abordar con competencia las necesidades de transmasculinidades gestantes, lo que puede llevar a experiencias violentas. Su educación y capacitación en esta área es fundamental para garantizar que todas las personas usuarias de los servicios de salud reciban el cuidado adecuado durante la gestación y el parto, tema que también afecta a personas gestantes en las transfeminidades, las lesbianidades y las intersexualidades.
Transmasculinidades cuerpos menstruantes
La atención inclusiva en salud sexual y reproductiva para personas transmasculinas es de suma importancia. El 48% de ellos/es experimentan la menstruación, mientras que el 39% dejan de menstruar al mantener la terapia de reemplazo hormonal. También enfrentan riesgo de desarrollar endometriosis y experimentar síntomas asociados a esta enfermedad. Alrededor del 3,6% de las personas encuestadas informaron sufrir esta situación en la que el tejido similar al revestimiento del útero crece fuera de este órgano, causando dolor y otros síntomas debilitantes. Además, el 26,8% de las personas transmasculinas experimentan síntomas asociados a esta enfermedad, como dolor pélvico crónico, dolor durante las relaciones sexuales y problemas gastrointestinales. Es fundamental que el equipo de salud brinde la información y servicios especializados para abordar las necesidades específicas de esta población.
Terapias de Conversión en la Salud Mental
Esta brutal agresión contra los sectores sociales transmasculinos, tiene como resultado daños severos y duraderos en su salud mental. La prevalencia de estos tratamientos refleja una falta de aceptación y entendimiento de las identidades trans.
El porcentaje que ha sido sometido a estas prácticas, una de cada tres personas, subraya una necesidad crítica de educación, legislación, y apoyo para erradicarlas. Estos tratamientos que están basados en pseudociencia y prejuicios, y su existencia afecta no solo a individuos, sino que también perpetúa un clima de intolerancia, violencia física, violencia emocional discriminación general un impacto profundamente negativo en la Salud Mental.
El 46.8% de ellos/es NO han sido víctima de terapias o esfuerzos de conversión (ECOSIEG). El 10,1% recibió terapias psicológicas o psiquiátricas, el 16.5% esfuerzos religiosos de conversión, el 26.6% sí las recibió, pero no discrimina de qué tipo de violencia fue víctima. A pesar de dichas violencias el 93,6% no vive ni ha sido habitante de calle.
Otros datos relevantes
Al interrogarles con relación a si en su pasado hicieron parte de alguna fuerza armada colombiana, el 0.9% informa que al ejército e igual cantidad a grupos armados disidentes del estado. El 11% es una persona víctima de desplazamiento forzado. El 9.2% es una persona víctima de conflicto armado.
Según su percepción personal a la masculinidad, el 24.8% asocia usar toallas higiénicas de tela como menos masculino, para el 74.3% No afecta su masculinidad; a igual porcentaje tampoco le afecta usar protectores diarios. En lo pertinente a la menstruación, no tenerla es más masculino para el 31,2%, al 67,9% no les afecta tenerla. Por otra parte, llorar por cambios emocionales relacionados a la menstruación le tiene sin cuidado al 88.1%.
En lo pertinente a condones el 69,7% NO ha tenido acceso a los femeninos y el 6,4% no sabe qué son; en lo relativo a dediles No saben qué son el 8.3% y el 79.8% NO ha tenido acceso a ellos; el 94,5% sabe cómo funcionan y cómo utilizar el condón masculino.