Revisando fuerzas

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Jaime Cedano Roldán
@Cedano85

Gilberto Vieira, histórico dirigente del Partido Comunista Colombiano, dijo alguna vez que el Primero de Mayo era el día en que el proletariado mundial pasaba revista de sus destacamentos y valoraba su fuerza para la tarea histórica de derrotar al capitalismo y avanzar hacia la conquista del socialismo.

Esto puede parecer anacrónico pues los tiempos han cambiado, la clase obrera se ha transformado, han surgido nuevos destacamentos sociales, y en términos generales hay una derrota ideológica innegable en sectores importantes del movimiento obrero y sectores revolucionarios, y ya no existe el poderoso campo socialista encabezado por la Unión Soviética como cuando Vieira pronunció aquellas palabras.

Pero si bien en el campo del movimiento obrero y de los sectores revolucionarios tradicionales y clásicos existen los problemas que se señalan, y pueden agregarse muchos más, hay también nuevos sectores sociales que con dinamismo empujan y lideran luchas no solo de resistencia sino también como alternativas de poder.

Una mirada muy por encima de las manifestaciones del Primero de Mayo de este pasado domingo nos muestra un panorama bastante variopinto con movilizaciones dispersas en algunos países, con consignas a la defensiva y desánimos en muchas partes. Pero también otros escenarios con manifestaciones multitudinarias, alegres, esperanzadoras y con profundos contenidos de clase, como la multitudinaria marcha realizada en La Habana.

Era apenas obvio que los discursos, con excepción de Cuba, no se caracterizaran por arengas en defensa del socialismo o del poder obrero y que en la mayoría de países tuvieran una dinámica defensiva, de reclamar derechos perdidos, o parte de ellos, exigir que paren los reajustes, reclamar por los salarios precarizados o las pensiones recortadas, al tiempo que se pronunciaban por la paz y la exigencias de que los inmensos costes de la guerra de Ucrania no recaigan sobre los trabajadores y el pueblo en general.

Podrán señalarse reparos y críticas a las marchas, distintas en cada sitio. Señalar que en muchas hubo notables ausencias e incluso con un poco de dogmatismo sentir las ganas de decir que esta fecha no era “el día del trabajo”, ni el día de los trabajadores, sino el día de la clase obrera, recordando machaconamente el discurso de Vieira.

Lo importante es que tras varias décadas de ofensivas ideológicas contra la clase obrera y de violencias y exterminios físicos como ha sucedido en muchos países, Colombia, uno de los más afectados, el Primero de Mayo sigue estando ahí y hubo banderas rojas y de mil colores en todos los pueblos y ciudades del mundo, y aún desde la distancia pudimos sentir la fuerza cargada de ilusiones de las marchas realizadas en Colombia y con las que oficialmente se daba inicio a una nueva fase de una ilusionante campaña para ganar la presidencia en la primera vuelta el 29 de mayo.

En Venezuela hay nuevos bríos y esperanzas; en Perú pese a desencantos y desilusiones el movimiento obrero le expresó a Pedro Castillo pleno apoyo a un proceso constituyente para enfrentar la crisis permanente; Lula anunció en Brasil que para que la clase obrera tenga futuro hay que derrotar a Bolsonaro en octubre; en Argentina la izquierda social que apoya al gobierno y la que lo combate marcharon unidas defendiendo sus derechos.

El Primero de Mayo ha sido en el mundo una gran batalla obrera, juvenil y popular. Y de clase.