Bajan las tasas de interés

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Sede principal del emisor, en Bogotá

La esperada decisión del Banco de la República es tan solo una de las medidas necesarias para reactivar a los sectores estancados

Carolina Castro

Según el Banco de la República, la tasa de intervención o tasa de referencia es la tasa de interés mínima que el Emisor cobra a las entidades financieras por la liquidez que les suministra mediante las Operaciones de Mercado Abierto, OMA. Esta tasa es el principal instrumento de intervención de política monetaria utilizado por el Banco de la República para afectar la cantidad de dinero que circula en la economía.

Importante decisión

Desde mayo de 2023, el Banco de la República mantuvo la tasa de interés en 13,25 por ciento, siendo esta la tasa más alta en los últimos treinta años. Sin embargo, en la primera reunión de la junta directiva del Banco de la República de 2024 se decidió reducirla de 13 a 12,75 por ciento, un alivio para los usuarios del crédito, tanto para personas naturales como para empresas ─Gráfico 1─.

Esta tasa de interés del 12,75 por ciento, que no se presentaba desde enero de 2023, será la tasa con la que las entidades financieras calcularán, en adelante, sus respectivas tasas y esto tendrá un efecto positivo en la reactivación económica, la inversión, la generación de empleo y el consumo de los hogares.

Esta decisión fue motivada principalmente por la reducción de la inflación durante nueve meses consecutivos, cerrando en diciembre de 2023 en 9,28 por ciento. No obstante, esta tasa sigue siendo una de las más altas en América Latina, por lo cual es necesario adoptar medidas adicionales para continuar por el camino de la reducción inflacionaria, para lograr el objetivo trazado por el Emisor de llegar a una tasa de tres por ciento para 2025.

Necesidad de la decisión

Desde la presidencia de la República se venía insistiendo en que parte del Acuerdo Nacional es pasar a construir una economía basada en incrementar la productividad del trabajo y en la utilización racional de los recursos y que, con referencia a los últimos datos del empleo en el país, era pertinente la rebaja de los intereses.

Incluso, el ministro de Hacienda, Ricardo Bonilla, miembro de dicha junta como representante del gobierno ─participa con el objetivo que haya coordinación entre las decisiones del Banco de la República y la política económica general del ejecutivo─, votó a favor de reducir las tasas en 0,50 por ciento, sin embargo, dicha propuesta no fue acogida. Las centrales obreras, por su parte, se habían manifestado a favor de la reducción de estas como una medida necesaria para reactivar el consumo de las familias.

Hay que recordar que, durante la pandemia, los trabajadores fueron los más golpeados por la crisis generada con pérdida de empleos, reducción de salarios, etc. y aún hoy día persisten estas secuelas.

Los gremios económicos, entre ellos la ANDI, también se habían pronunciado a favor de la reducción de dichas tasas, pero claro, pensando en sus intereses particulares, es decir, la inversión de sus recursos para no perder los márgenes de rentabilidad.

Otras motivaciones de la decisión

Para adoptar la reducción de las tasas, el Emisor consideró, aparte de la reducción de la inflación, los siguientes factores: primero, las expectativas del crecimiento económico, que se espera pasen de uno por ciento en 2023 a 1,8 por ciento en 2024; segundo, el déficit de la cuenta corriente como proporción del PIB que disminuiría desde 6,2 por ciento en 2022 a 2,8 por ciento en 2023, y se situaría en 2,9 por ciento en 2024. La corrección del desbalance externo hace que la economía sea menos vulnerable ante eventuales deterioros en el contexto global.

En tercera instancia, existen mejores condiciones financieras externas ─deuda externa─. En 2023, la prima de riesgo soberano de Colombia se redujo y el peso colombiano se apreció en mayor proporción que los países comparables de la región. Lo cuarto es que el aumento del salario mínimo para 2024 fue superior a lo previsto por el Banco de la República.

Y, finalmente, la expectativa por los riesgos derivados del fenómeno de El Niño que pueden impactar la agricultura y la ganadería y su reflejo en el incremento de los precios de los alimentos perecederos, en la leche y carne, en las tarifas de la energía eléctrica, agua y gas. Aunque es prematuro ya se está calculando en cuánto van a incidir las pérdidas por este fenómeno en el PIB de 2024.

En adelante

En primer lugar, es necesario que esta reducción se vea reflejada en las tasas de interés del consumidor final y no se quede únicamente en un beneficio para las entidades financieras como los bancos, de ahí que las familias destinen menos recursos al pago de créditos ya adquiridos, o tengan más posibilidad de tomar algún crédito en correspondencia con su capacidad de pago.

Por otro lado, la siguiente reunión de la junta directiva del Banco de la República será a finales de marzo, en la que se espera que la reducción de las tasas de interés sea más significativa y quede en 11,75 por ciento y así, a medida que va cediendo la inflación, finalice 2024 con una tasa de ocho por ciento.

Mantener bajas las tasas de inflación es tan solo una de las medidas que adoptan las autoridades monetarias de los países para lograr una economía sana, es decir, un equilibrio entre los indicadores económicos como tasa de desempleo e inflación, gasto público, inversión, etc., para lograr un crecimiento económico importante.

En el caso particular, de lograr reducir la tasa de interés, la inflación y el desempleo y si adoptan las medidas pertinentes para reactivar los sectores que presentan rezago, se espera que el crecimiento de la economía, el PIB, para 2024, esté alrededor de dos por ciento, con bastante probabilidad que para 2025 sea aún mucho mayor.