Virajes de la política exterior colombiana

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Kevin Siza Iglesias
@KevinSizaI

La política de Relaciones Exteriores del Estado colombiano, ha venido asumiendo virajes sin precedentes en la historia de la diplomacia nacional, que pueden sintetizarse en 5 grandes ejes: Una nueva relación con los EEUU que supere el tradicional sometimiento a sus intereses en la región y el mundo; el impulso de la transición energética y la acción contra el cambio climático; la reforma del sistema financiero internacional y de las ineficaces organizaciones internacionales heredadas de la segunda posguerra; el impulso de la unidad y la integración regional de América Latina y el Caribe; y la superación de la guerra contra las drogas, en la vía de construir una política de regulación y descriminalización.

Con el inicio de la ofensiva de Hamas en la Franja de Gaza y la respuesta militar desproporcionada y criminal de Israel contra el pueblo Palestino, se desató un nuevo escalamiento de un conflicto que arriba a más de 75 años. Desde la partición territorial de Palestina estimulada por Inglaterra y la creación del Estado de Israel por parte de la ONU, en 1948, los imperialistas, colonialistas y capitalistas han impulsado la ocupación israelí de territorio Palestino, la expulsión y el desplazamiento forzado de millones de sus ciudadanos, desatando de una grave crisis humanitaria que persiste, se prolonga y agrava hasta hoy, teniendo como correlato los constantes impedimentos para el reconocimiento de Palestina como un Estado Nación en el concierto internacional.

Israel ha ejercido el Terrorismo de Estado a lo largo del conflicto y especialmente durante la presente escalada de acciones militares, que lo hacen responsable de la comisión de crímenes de lesa humanidad, genocidio y crímenes de guerra, enmarcados en sus ataques sistemáticos contra la población civil, a la que ha sometido a bombardeos con fósforo blanco, destruyendo miles de hogares e infraestructuras hospitalarias, imponiendo el bloqueo de suministros de luz, agua y alimentos a Palestina, acciones que dejan más de 2000 palestinos asesinados, en medio de un régimen de Apartheid sólo comparable al de los Nazis, ante la pasmosa inacción de la ONU, cuyo Consejo de Seguridad no logró adoptar un proyecto de resolución para materializar un cese al fuego y medidas humanitarias, que se tornan urgentes.

El Estado Colombiano, a través del presidente Petro, ha dado un importante viraje a su política de relaciones exteriores frente al conflicto entre Israel y Palestina, pues ha roto con su histórica tradición de sometimiento a los Estados Unidos, de alineamiento legitimante del Terrorismo Israelí y de desconocimiento de los derechos del pueblo Palestino, incluido el reconocimiento de su Estado. El logro de un Acuerdo de Paz, que a la luz del derecho internacional parta del reconocimiento del principio “dos pueblos, dos Estados”, se sustente en el respeto de la soberanía, la autodeterminación y a las fronteras establecidas en 1967, así como el cese definitivo de la ocupación de los territorios Palestinos, son las únicas vías posibles para detener el genocidio en curso.

El valiente y enérgico rechazo de Petro al genocidio israelí contra el pueblo palestino, ha enfurecido al sionismo de Tel Aviv, que decidió suspender exportaciones de seguridad a Colombia, ante lo que el mandatario asumió con coherencia todas las consecuencias, incluso una posible suspensión de relaciones bilaterales. Dignidad y decoro nunca antes vistas en nuestras relaciones exteriores. ¡Adelante, presidente!