Deisy Aparicio
@DeiAparicio
La más grande elaboración de las mujeres, frente al reconocimiento y creación de los derechos de las humanas, es la concepción de la ciudadanía; son nuestros derechos los que la viabilizan. Unos de ellos son los derechos políticos, ligados a las dinámicas de participación, esta vista como actividad que permite influir, incidir, interpelar a las comunidades, el gobierno, los procesos políticos en definitiva a tener voz en lo público.
Siendo así es central reconocer que los cambios que se presentan actualmente, son el resultado de esa apuesta integral por la participación de las mujeres, vista hoy en proyectos de acto legislativo como el radicado el día lunes 08 de agosto que consagra como fundamento la paridad en la política, iniciativa de la senadora María José Pizarro y al cual se suma la bancada de mujeres del Pacto Histórico, así como diversas organizaciones de mujeres y feministas del país.
Ya la Plataforma de Acción de Beijing nos planteaba que: “La participación igualitaria de la mujer en la adopción de decisiones no sólo es una exigencia básica de justicia o democracia, sino que puede considerarse una condición necesaria para que se tengan en cuenta los intereses de la mujer. Sin la participación activa de la mujer y la incorporación del punto de vista de la mujer a todos los niveles del proceso de adopción de decisiones no se podrán conseguir los objetivos de igualdad, desarrollo y paz”.
Este proyecto de ley se consagra como una oportunidad para garantizar listas únicas, cerradas y con alternancia de género, que permita con ello la reglamentación del articulo 262 de la Constitución Política y su reforma en función de lograr la paridad, alternancia y universalidad; lo que en definitiva garantizara una participación igualitaria en función de la libertad democrática y como medida que permita reversar la brecha de representación entre hombres y mujeres existente, dado que pese a que la participación de las mujeres es cada vez más activa y creciente en los procesos electorales y los partidos políticos, esto no se refleja en su representación.
La iniciativa legislativa pone de presente que la ley de cuotas existente hasta ahora no ha permitido asegurar la participación igualitaria, lo cual demanda que el Estado brinde garantías para que las mujeres participen en la construcción del debate político y democrático.
Marcela Llano investigadora en asuntos de género y reforma política nos plantea que: “ La paridad no puede ser entendida únicamente como un porcentaje de participación del 50% sino que debe ir acompañado de medidas adicionales que fortalezcan la ley de cuotas como el mandato de posición en las listas, el uso de cremalleras y lo más importante la financiación estatal que ayude a quitar obstáculos de partida que tienen las mujeres a la hora de participar en política” y que fueron por ejemplo evidentes en los pasados comicios electorales, sobre todo en el caso de las circunscripciones especiales de paz.
La participación política de las mujeres permite mejorar las condiciones de comunidades y territorios, es su voz y representación la que logra ubicar nuevos elementos en las agendas publicas y evidenciar las demandas de mas de la mitad de la población.
Ahora bien, estas medidas de orden legislativo deberán estar acompañadas y reforzadas por agendas que permitan romper los obstáculos de entrada, permanencia y partida de las mujeres, garantizando irrumpir en los estereotipos de genero imperantes, las dinámicas patriarcales de la política y las brechas sociales y desigualdades estructurales que sufren las mujeres. Este es un paso mas para seguir insistiendo en que el cambio por la vida y la paz con las mujeres SÍ va.