Un adiós para Rigo

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Rigoberto Jiménez. Foto cortesía

Redacción VOZ

El fallecimiento del compañero y camarada Rigoberto Jiménez pasó en Supía, Caldas, después de diversos quebrantos de salud, le sobrevino un infarto cardíaco.

“Fue el mejor padre del mundo, un ejemplo, siempre estuvo para sus hijos, procuro que no le faltara lo material pero tampoco el amor y la atención”, dice Luz Evelia Rivera Parra, su esposa. Rigo dejó a tres hijos, dos de ellos con Luz Evelia, la primera es María del Pilar de 15 años y David de seis años.

Destacado defensor de los derechos humanos

“Llevo más de 40 años en el Partido y he visto caer muchos”, le decía Rigo a su esposa, desde los 18 años estaba presente en las luchas por justicia social, estuvo en la parte sindical de las bananeras, siempre estuvo comprometido con el Partido, con todos los procesos de víctimas, un defensor de derechos humanos en su esplendor. “Estuvo tan dedicado al cambio en la sociedad, que no le importaba sacrificar noches, domingos o festivos, estaba presente en cada marcha, en cada evento”, comenta Luz Evelia.

Rigoberto Jiménez fue directivo en el Sindicato Nacional de Trabajadores de la Agroindustria, Sintrainagro, seccional Chigorodó, en la región de Urabá antioqueño. “Para él no existía un no, nunca lo escuché decir que no a una reunión, o a organizar algo, siempre estuvo presente, proponía y solucionaba cualquier problema”.

Rigo, como le decían sus amigos, le gustaba enseñar a las personas sobre los procesos políticos, en Supía, Caldas, donde estuvo los últimos años hasta su deceso, se le veía con varios jóvenes, decía que uno de los aspectos más importantes de la vida política era la formación, por eso siempre estaba presente en los procesos de formación.

Rigo creía indudablemente en las nuevas generaciones, en las generaciones que seguirán el cambio, “los jóvenes lo llamaban, le preguntaban cómo hacer para aportar en el movimiento estudiantil, y él siempre contestaba, siempre presente, siempre adelante”, dice Luz Evelia.

Siempre fue primordial para el compañero Rigoberto, que las comunidades estuvieran al tanto de cómo defender sus derechos, sus ideas, esa era su bandera, la educación como salida del conflicto en el país; se volvió rápidamente querido por los jóvenes.

La defensa de los derechos humanos parte desde la base de la educación, desde preparar a las personas políticamente.

Sobreviviente

Sus ideas llevaron a que tuviera problemas de seguridad en muchas partes del país, se desplazó forzadamente para sobrevivir al genocidio contra el Partido Comunista Colombiano y la Unión Patriótica.

“Estuvo en Cartagena, pero tuvo que salir porque su seguridad estaba en riesgo, después estuvo en Bogotá, donde también estuvo amenazado por su labor de defensa de los derechos humanos de las personas. En Caldas tuvo esquema de seguridad de la Unidad Nacional de Protección, sin embargo, le quitaron el esquema, y él, con valentía, decidió seguir sus trabajos con la sociedad”, dice su esposa.

“Si me va a pasar algo, pasará, ya no voy a pelear más con eso, voy a seguir con la defensa y la formación” le decía Rigo a su esposa.

Asimismo, estuvo en la dirección de la Unión Patriótica, estuvo es las pasadas elecciones como candidato a la Asamblea por el Pacto Histórico. Rigo será recordado como un camarada ejemplar, siempre en la defensa de los derechos humanos.

Desde el Semanario VOZ extendemos nuestras condolencias a sus familiares y amigos cercanos. Hasta siempre camarada Rigoberto.