Mujeres huilenses por el cambio

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Regional PCC Ramón Tovar Andrade

Ser mujer en Colombia trae consigo la carga cultural y patriarcal heredada por siglos, que se expresa en las diversas violencias físicas y simbólicas que tornean la cotidianidad y los espacios en los que vivimos como sociedad.

El departamento del Huila, según cifras del DANE, cuenta con una población aproximada de 1.009.548 habitantes de los cuales el 559.677 son hombres, equivalente al 49.9% y 562.945 son mujeres, correspondiente al 50,1%, estadísticas que muestran unas cercanías numéricas porcentuales, sin embargo, nada próximas en el plano de derechos y garantías de buen vivir para nosotras en el territorio.

En ese orden de ideas y de acuerdo al reporte de la Oficina de Mujeres, Infancia, Adolescencia y Asuntos Sociales de la Gobernación del Huila, en el primer semestre del 2022 se presentaron 2.558 casos de violencia física, sexual y psicológica, dentro de las cuales 1.287 fueron ejercidas en contra de las niñas, 1.271 a mujeres adultas y uno de los datos más alarmantes es que se ha identificado a 1.320 mujeres que a pesar de esta realidad conviven con su agresor.

No obstante, estos datos estadísticos oficiales ocultan el verdadero drama que se experimenta, pues muchas mujeres no denuncian la vulneración de derechos. La razón es que se enfrentan a sus miedos y a la baja efectividad de las políticas públicas que ejecutan el gobierno departamental y sus entes descentralizados para proteger nuestra integridad en el territorio.

Dicha problemática evidencia que el actual modelo de familia está diseñado culturalmente para permitir y alimentar todas las formas de violencia en contra de las mujeres, las cuales se manifiestan en aspectos físicos, emocionales, patrimoniales, sexuales, así como la negligencia y el abandono. En este contexto, las mujeres desde nuestras distintas identidades, tejemos caminos unitarios y juntanzas en resistencia para vencer al silencio y todas las formas de opresión. Se trata de activar nuevos micrófonos, gritar hasta la saciedad para alcanzar condiciones de equidad que todas merecemos desde nuestra condición humana.

En ese orden de ideas las huilenses conscientes, hoy aguerridas y en resistencia, expresamos la necesidad del empoderamiento de las mujeres en nuestro departamento, comprender nuestra condición de clase y asumir una decisiva participación en las luchas sociales que están en ascenso en Colombia.

Es por esa razón que la subjetivación de estas comunidades se ha ido transformando en procesos actuantes, llevando a muchas mujeres a participar en la primera línea en contra de las violencias que motiva el capitalismo a través de sus múltiples máscaras. Las mujeres en el Huila defendemos el derecho de nuestro género y el de las diversidades sexuales, expresamos nuestro rechazo a las políticas nocivas contra la educación y salud pública, protegemos a la madre tierra rechazando más centrales hidroeléctricas y toda forma de explotación minero energética.

No es tarea fácil para las hermanas que aún están marginadas y sometidas, de allí la importancia de visibilizar y estar siempre en solidaridad con las luchas de todas en la región.

Con la alegría que puede ser motivada por la esperanza, las mujeres huilenses expresamos nuestro compromiso frente a los cambios políticos, sociales, culturales y ambientales del nuevo gobierno. Siempre dispuestas a defender y a cuidar la vida digna para que la consigna de vivir sabroso sea una realidad inminente.