Carolina Castro
@carolinacaxtro
Las y los colombianos acudirán a las urnas el próximo 29 de octubre para elegir Juntas Administradoras Locales, Concejos municipales, Alcaldías, Gobernaciones y Asambleas departamentales, lo cual implica un importante desafío para quienes asuman estos cargos y los partidos que representan, en el entendido que el país atraviesa por un momento histórico donde por primera vez el máximo mandatario es un líder de oposición que llegó al poder producto del descontento de millones de colombianos y colombianas con la política tradicional que históricamente se ha dedicado a la corrupción, a beneficiar a la clase privilegiada y a imponer el modelo neoliberal para fortalecer e incrementar los capitales privados de la burguesía.
Hoy el Gobierno nacional representa el cambio, la transición política que permita avanzar en cambios estructurales de la sociedad, para garantizar equidad, igualdad y justicia social. Sin embargo, es importante comprender que los cambios no se reflejan de inmediato, más aún cuando este ejecutivo recibió un país quebrado, puesto que el gobierno anterior justificado en la pandemia y haciendo uso de la emergencia sanitaria dejó las peores condiciones económicas desde los últimos 115 años.
Según el Banco de la Republica, el país alcanzó una deuda externa de más de 175 mil millones de dólares (49,4% del PIB) y un déficit fiscal de aproximadamente 75 billones (5,6% del PIB), entre otros. Además, es necesario mencionar que según el último informe del Dane con respecto a la pobreza, para el 2022 hubo 18.331.941 de personas en condición de pobreza monetaria y 6.904.501 en pobreza monetaria extrema. Por lo que es importante recordar que de la estabilidad económica del país depende el cumplimiento de los programas y proyectos planteados en el Plan Nacional de Desarrollo, por ende, los esfuerzos en estas condiciones se han tenido que multiplicar.
Es así que, para cumplir con los propósitos del Gobierno del cambio, resulta necesaria una articulación permanente con los territorios donde la soberanía alimentaria, la generación de ingresos y la equidad de género sean constantes en los programas a desarrollar.
Por lo tanto, el Pacto Histórico recoge estas apuestas nacionales y de cara a este momento electoral las aterriza en las ciudades y departamentos con los programas propuestos.
En Bogotá el Pacto Histórico hoy le apuesta a la candidatura a la Alcaldía de Gustavo Bolívar, a una lista cerrada al Concejo en cabeza de la hoy concejala y militante de la Unión Patriótica Heidy Sánchez y a listas cerradas para la JAL en las diferentes localidades.
Estas candidaturas tienen como principales banderas el trabajo digno que incluya políticas públicas para las y los trabajadores informales; el reconocimiento y la inclusión de la economía popular; la defensa de la educación pública y de calidad; la defensa de los derechos de las mujeres y su inclusión con equidad de género, principalmente con el fortalecimiento del Sistema Distrital de Cuidado que sea más que la sumatoria de servicios ya existentes, que funcione con base en una oferta de acuerdo a las necesidades territoriales de las mujeres, es así que este involucre no únicamente a las mujeres que se dedican 100% al cuidado, sino también a las personas que cumplen doble y triple jornada laboral asumiendo la jefatura del hogar; entre otros.
El cambio es imparable y para cumplir con los propósitos hay que ganar en las urnas. Por eso el próximo 29 de octubre vota Pacto Histórico.