Beatriz Hernández
La jornada electoral del 13 de marzo de 2022 será recordada como el día en que, la más amplia unidad, lograda por la coalición del Pacto Histórico, demostró el poder del voto popular, de los y las colombianas, en medio de un país convulsionado por la crisis del Estado Social de Derecho, del régimen autoritario y militarista de la derecha.
En Colombia, vivimos el fenómeno inconstitucional, como la depreciación de la vida, la criminalización de líderes y lideresas sociales, el asesinato de jóvenes, del maltrato a niños y niñas. El modelo neoliberal, la desigualdad económica y social, vulnera el acceso al goce de todas y todos a una vida digna y garantista.
Se ha entorpecido la implementación del Acuerdo de Paz, el cual debería proteger la vida y la paz en los territorios, a las comunidades que son y expresan la continuidad de la vida misma.
Por eso celebramos con profunda alegría, desde el feminismo de clase, el avance del resultado electoral paritario y el ascenso de líderes y lideresas en la construcción del cambio político. Triunfo que nos constituye como primera fuerza política de izquierda en el Congreso con potencial para construir alianzas que conlleven a trasformaciones democráticas. No es solo Petro, es la P de Proyecto colectivo, la P de la Paz y la P de Pacto, la que se abre paso.
La lista paritaria es una respuesta al avance del movimiento y a la decisión de las mujeres del Pacto, para asegurar, en la práctica política, nuestra participación política donde ejercemos liderazgos, con apoyo popular de muchas mujeres, movimientos sociales, y políticos, que reconocen nuestra experiencia y aportes para proteger la continuidad de la civilización y la vida misma. Enalteciendo las memorias colectivas y atávicas de nuestros pueblos.
Esto nos permitió reconocer a figuras de trayectoria, como la de Francia Márquez, Carmen Ramírez y Arelis Uriana, postulaciones al Senado y a la Cámara, las cuales conservan e inscriben en sus cuerpos, experiencias y las añoranzas acumuladas de las luchas de nuestras comunidades negras y étnicas en Colombia.
La conquista de las curules de paz como fruto del acuerdo, fueron instrumentalizadas por la ultraderecha y el paramilitarismo, por el manejo del actual gobierno, lo constatan las denuncias sobre algunos personajes electos, los cuales pretenden controlar el ámbito territorial, en alianza con las mafias y las maquinarias de los partidos tradicionales.
La unidad, el reconocimiento en la diferencia, entre quienes le apostamos a la vida y la paz, a la defensa de la naturaleza, a las memorias ancestrales, a un país donde la tierra sirva para vivir en equilibrio, con respeto sobre la casa grande. Avances en liderazgos nacidos desde las comunidades, reflejados en fuerza colectiva de organización popular. Por la desnaturalización y eliminación de las prácticas de violencia patriarcal en la política.
Francia Márquez, es sin duda alguna, la expresión más importante en esta elección histórica para las mujeres, para las mujeres diversas, tanto de los pueblos afros, étnicos y como ella lo ha mencionado, a los nadies. Su votación significativa expresa nuestro potencial para seguir tejiendo caminos para el logro de la democracia popular, desde un poder que exprese la unidad, para seguir construyendo liderazgos colectivos que nos representen cada vez más a las mujeres, a todas, todes y todos, a las comunidades y los territorios.