Jorge Gómez
A pocos días de que el pueblo colombiano conozca la decisión de las fuerzas que integran el Pacto Histórico de constituirse como un proyecto unitario, y de validar su existencia ante el cuestionado mecanismo electoral colombiano mediante la obtención de la personería jurídica, se asumen los retos inherentes a ser el núcleo político-electoral de la más amplia unidad.
Esta unidad será la base para potenciar un nuevo poder que, en la coyuntura actual, pueda liderar las tareas inaplazables de apoyar, defender y ampliar el proceso de cambio, incluyendo la obtención de un triunfo electoral incuestionable en las próximas elecciones.
El evento que formalizará esta decisión será profundamente representativo, entusiasta y comprometido con las necesidades históricas del pueblo colombiano, en un contexto de transformaciones que enfrentan la resistencia de sectores tradicionales y retardatarios. Estos sectores, guiados por intereses de clase, ideológicos, políticos y económicos, buscan perpetuar el statu quo.
Definir los alcances programáticos de este proyecto unitario será un desafío complejo que demandará generosidad, entendimiento y una interpretación realista del momento político. Este proceso, ya en marcha, sentará las bases de una unidad que permita materializar el cambio necesario.
En el ámbito organizativo, el Pacto Histórico, como una sola persona jurídica, deberá estructurarse mediante un estatuto que promueva la democracia interna en su forma más amplia. Esto implicará establecer mecanismos de decisión adecuados, como el consenso y otras alternativas, para asegurar la representación y legitimidad de los acuerdos.
La integración de formas organizativas tradicionales con propuestas de modelos más ágiles y flexibles, que respondan a las exigencias del contexto actual, será un gran desafío. Este equilibrio no será fácil, pero es imprescindible para consolidar el compromiso con responsabilidad. El estatuto abordará cuestiones clave como la duración de la organización, la participación de afiliados individuales, colectivos, los movimientos sociales, la participación de los jóvenes, definir aspectos financieros que garanticen la sostenibilidad de la organización.
Es esencial definir cómo organizar el Pacto Histórico en los territorios, las estructuras de dirección y las formas de conducción que aseguren una representación legítima y efectiva. Los mecanismos de control interno y disciplina deben garantizar un funcionamiento transparente y coherente con los principios de unidad a largo plazo.
Esta unidad deberá comprender las particularidades del sistema político colombiano, las tensiones entre las organizaciones fundadoras y las que carecen de personería jurídica, así como las dinámicas propias de un movimiento de tendencias. Será necesario definir cómo se incorporarán figuras como las escisiones y establecer los mecanismos para conformar los equipos de dirección y la participación de quienes resultaron elegidos en escenarios de voto popular.
Este ejercicio complejo será un paso imprescindible para avanzar hacia la construcción de un proyecto que refleje las políticas y aspiraciones de cambio y transformación del pueblo colombiano.
El debate está abierto. Esta discusión resulta fundamental para construir un proyecto sólido y representativo del momento histórico que vivimos.