Manuel Antonio Velandia Mora
Las personas pueden hablar desde su miedo; evidentemente las emociones van mucho más adelante de los saberes y de la misma experiencia de vida. Entre el desconocimiento y el miedo las personas pueden terminar diciendo una serie de ideas que se salen del marco de la lógica, para entrar en el sentido común y de paso crear condiciones para la vulneración de derechos. Esto es lo que le ha sucedido al artista José Miel, quien, en una publicación Tictok del Canal RCN, ha dicho:
“Estoy en total desacuerdo con las marchas gais, no estoy de acuerdo con los términos que ahora utilizan, que es el elle, nosotres… Para mí existen dos géneros: el masculino y el femenino. No estoy de acuerdo con que las parejas gais se cojan de la mano o se besen por un centro comercial. Yo detesto el término trans, me parece inmundo; ¡Para mí son mujeres¡ Entonces, si yo veo a Isabela Santiago con pelo, con sus uñas largas, con sus tetas, entonces cómo le voy a decir él.
Isabella le responde: ¿Sabes cuántas personas incluso han dado su vida para que nosotros estemos hoy aquí?
JM: Entonces yo también me pongo a pensar de tantos chicos que han asesinado, por ser femeninos en el Transmilenio, yo no quiero que eso a mí me pase; desde ahí es mi temor.
Isabella: Siento que me hablas como desde el miedo…
Sí mi vida yo te hablo desde mi miedo.
Para quienes hemos sufrido amenazados de muerte, para quienes hemos sido víctimas de un atentado en contra de nuestra vida, para quienes nos hemos visto obligados al exilio por años, evidentemente los argumentos de Miel parecen ir en contra de toda la lucha que hemos llevado a cabo desde 1977 para lograr la equidad, el respeto, la solidaridad y los derechos que ahora tenemos.
El miedo no puede ser una excusa para vulnerar
Tampoco para desconocer la historia, mucho menos para olvidar que nos costó mucho ser invitados a un canal de televisión, algo que incluso para él tampoco ha sido fácil. Tal vez el personaje desconoce el trabajo que nos significó en 1980 la despenalización de la homosexualidad; que tuvimos que esperar casi 3 años para hacer una primera marcha en 1983; que por mi primera aparición en 1984 hablando del sida en “Enviado especial”, un programa de opinión de RTI televisión dirigido por Germán Castro Caicedo, se incrementaron las amenazas de muerte en contra mío; que en el 2002 fui víctima de un atentado con Granada por ser el primer candidato marica al Congreso de la República; que las amenazas de muerte se ampliaron a mi familia en el 2006; que, las demostraciones afectivas en público no están penalizadas en nuestro país y por tanto las personas se pueden tomar de la mano y dar un beso con aquella a quien aman; y que, gracias a la Corte Constitucional tenemos todos los derechos.
Desgraciadamente también parece ignorar que gracias a dichas luchas Endry Cardeño pudo ser co-protagonista de un programa de televisión, Isabela Santiago pudo venir a Colombia para protagonizar un seriado y a él mismo se le abrieron las puertas para llegar a un programa de televisión y así poder mejorar su propia calidad de vida.
Cualquiera de nosotros/æs evidentemente ha sentido miedo, pero gracias a la vida el miedo no nos ha paralizado, no nos ha conducido a comunicar en un medio de opinión en contra de nuestros propios derechos.
Algunas personas han llamado a su discurso desde la “Casa de los famosos” una manifestación de su doble moral, pero yo prefiero creer que lo suyo es desconocimiento, falta de criterio e información política, temor a perder lo alcanzado, pavor a no ser aceptado y por supuesto, alguna que otra cucaracha judeocristiana instalada en su cerebro.
A mí realmente no me importa si José Miel se piensa o se asume un él, una ella o une elle. Nuestra lucha como sectores sociales LGTBI y de las diversidades del género y el cuerpo es por aquellos/æs que nunca han tenido derechos, para que personas como él/ella/elle tengan derecho a la educación, al trabajo, al libre desarrollo de la personalidad, a la no discriminación y para que su vida no corra peligro.
Lamento que esta persona prefiere considerarse en una ciudadanía de segunda clase, se asuma un sujeto sin derechos y en su grito de auxilio pretenda dar al traste con los desarrollos que nos han sido tan difíciles de obtener.
Que él/ella/elle sienta miedo es comprensible, lo que sí es verdaderamente incomprensible es su falta de solidaridad y el irrespeto por quienes hemos decidido vivir la vida en contra del prejuicio y en pro de nuestra propia existencia, así ello les haya significado que les cortaran su propia existencia.
Escribo para decirle que hay que ponerle freno a la lengua cuando de ignorancia se trata. Yo hablo como víctima del conflicto armado y me tomo la vocería de las 5.662 personas que nos auto reconocemos en Colombia como pertenecientes a los sectores LGBTIQ+ y hemos sido objeto de desplazamiento forzado, amenazas, delitos sexuales y homicidios que son, según el Registro Único de Víctimas, los hechos victimizantes que hemos sufrido con más recurrencia.
Por si no lo sabe José Miel, le cuento que Colombia Diversa registró 148 homicidios contra personas de nuestros sectores durante 2022, siendo los hombres gais (66) y las mujeres trans (35), las dos poblaciones que concentran el 68,2% de los casos. Igualmente, la entidad registró 426 casos de violencia homicida, abuso policial y amenazas. La mayoría de estos casos ejemplifican las constantes de violencia contra nosotros/ æs. Estas dinámicas se inscriben en un contexto generalizado de violencia, es decir, las víctimas registradas fueron afectadas por otras violencias previa y posteriormente.
A través de la producción de conocimiento sobre estos temas, buscamos no sólo evidenciar las afectaciones particulares que experimentamos en escenarios de LGBTIfobia, y lo hacemos para que personas como tú, José Miel, tengan criterio político y un sentido ético de responsabilidad social.
Con la solidaridad y el respeto que me mereces,
Manuel Antonio Velandia Mora.