Clara López Obregón
La Internacional Progresista, CLACSO y Transform Europa inauguraron en Buenos Aires un observatorio de la Internacional Reaccionaria, nueva versión de la extrema derecha que recorre como un fantasma a Europa, Estados Unidos y América Latina,
El concepto está en una entrevista a Juan Gabriel Tokatlian en El Clarín de Argentina en la que se refiere a un artículo académico de los politólogos Joseph Mackay y Christopher David Laroche publicado en el International Studies Quarterly (2018) donde se cuestionan por qué nadie está seriamente estudiando este fenómeno que se viene extendiendo a nivel global durante más de un cuarto de siglo.
El común denominador de las distintas expresiones reaccionarios, desde Trump en Estados Unidos, Bolsonaro en Brasil, Milei en Argentina, Erdogan en Turquía, Duterte en Filipinas u Orbán en Hungría, es la nostalgia de un pasado mejor, de una Arcadia perdida debido a los avances seculares y cosmopolitas, tanto del comunismo como del liberalismo, a los que atribuyen la pérdida de valores morales y los males económicos de las sociedades actuales, claro, no asumen su cuota de responsabilidad por el modelo fundamentalista de mercado que suscriben.
Los apoyan viejos y nuevos actores como trabajadores impactados por la desindustrialización y las iglesias evangélicas que aportan un fuerte ingrediente moralista que captura la tradicional religiosidad de los pueblos. En una encuesta en Brasil se interrogó por la aceptación de los programas sociales del Partido de los Trabajadores y a quién se le atribuían. La respuesta fue abrumadora: los programas se debían a Dios y no al humanismo de sus gobiernos.
En España, América Latina y Colombia, en 2020 empezó a funcionar el Foro de Madrid que ha realizado dos encuentros regionales, el primero en Bogotá (2022) y el segundo en Lima (2023). Estos han culminado con declaraciones agresivas contra toda manifestación de progresismo. En la primera se lee: “Impulsar proyectos que sirvan para difundir y consolidar la cultura judeocristiana occidental a ambos lados del Atlántico, frente al embate de la guerra cultural marxista”. En la segunda, “Desde Lima decimos a todos los pueblos del mundo que haremos retroceder la mancha roja que cubre nuestra región, que defenderemos las libertades y derechos allí donde todavía disfrutamos de ellos” como si fueran ellos los objetivos de las persecuciones realizadas contra el progresismo latinoamericano, víctimas del lawfare por ellos impulsado.
El contenido fundacional de la Carta de Madrid suscrita por la nueva derecha de la llamada Iberosfera el 26 de octubre de 2020 llama a una cruzada en contra de las ideas y gobiernos progresistas, calificándolos de “proyecto ideológico y criminal que está subyugando las libertades y derechos de las naciones”.
La internacional reaccionaria no es un chiste. Firman el documento, parlamentarios dirigentes empresariales, políticos e inclusive académicos que no deben ser subestimados. Semejante señalamiento exige conocimiento, acción inteligente y coordinada del progresismo.
