El reto del Pacifico Nariñense

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Ivonne Quiñonez Chaves

En el día de ayer, se inició una semana de “Gobierno con el pueblo” en una de las regiones más duramente golpeadas por la violencia. El presidente Gustavo Petro con todo su gabinete ministerial despacharán desde Tumaco. El mandatario también visitará otros municipios del Pacífico Nariñense, entre ellos Barbacoas en el Triángulo del Telembí y El Charco en el Sanquianga,

Sin lugar a duda, es un hecho transcendental en la historia de estas comunidades negras e indígenas del Pacífico Nariñense, históricamente invisibilizadas y sin representación real del Estado colombiano. Algo que ha colmado de alegría, orgullo y esperanza a los habitantes de este territorio.

Justamente este mutismo e indiferencia que desde siempre hubo por parte del gobierno central, sentaron las bases para la configuración de una de las regiones de Colombia, más empobrecidas, atrasadas, oprimidas y saqueadas por los gobiernos locales y milimétricamente disputada por grupos armados ilegales de distintos orígenes y tendencias alrededor del narcotráfico y otras economías ilícitas, con sus nefastas consecuencias, entre ellas, el incesante desangre.

Las fuerzas vivas de los distintos municipios del Pacífico Nariñense, en estos momentos hacen presencia en Tumaco, esperan ser escuchadas de viva voz, deseosas que el gobierno central pueda observar y comprender las dinámicas de las distintas violencias y carencias que diariamente sufren y se comprometan con sus comunidades.

Para el gobierno en cabeza del presidente Petro, hay desde hace varias semanas, un panorama especialmente sombrío en torno al que es su proyecto más ambicioso: La Paz total. Esto debido a un inicio de año violento que deja más de 500 familias desplazadas del municipio Olaya Herrera, al igual que a miles de campesinos en situación de confinamiento debido a enfrentamientos entre grupos armados ilegales. entre otros hechos generadores de tensión y crisis humanitaria.

A lo anterior, se suma la grave situación de violencia que vive la hermana república de Ecuador, cuya zona limítrofe es de las más afectadas por el crimen organizado transnacional, de la cual hacen parte disidencias y narcotraficantes de este territorio, que por las nuevas dinámicas del tráfico de drogas, se establecieron en dicho país. Muchos están de regreso y así mismo, han empezado a llegar a Tumaco y a otros municipios del litoral, víctimas de la violencia que años atrás buscaran refugio en este país, de la misma manera que, ahora, refugiados ecuatorianos huyendo del conflicto de su país.

Si bien el gobierno del cambio viene desarrollando políticas sociales y económicas esperanzadoras y que alivianan la vida del colombiano de a pie. El caso de la Costa Nariñense es extremo. Es precisamente en este territorio donde los retos para el logro de la Paz Total, son enormes y deben iniciar sin lugar a dudas, por superar todas las graves situaciones de injusticia social y de carencias que hicieron que un territorio históricamente pacífico, se convirtiera en una de las zonas más violentas de Colombia. Algo que sin lugar a dudas, el gobierno del cambio, está dispuesto a hacer.

La presencia del gobierno del cambio, gobernar desde el pacífico nariñense, vallecaucano y chocoano, más allá de lo simbólico e histórico, debe convertirse en un ejercicio permanente y continuo que incida realmente en el cambio de vida de comunidades negras, indígenas y campesinas. Pasar de una vida marcada por la violencia y la exclusión a una vida digna y con derechos, es el reto.