EL negocio de Air-e

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Gladis Oliveros

Al referirnos a Air-e, la empresa que comercializa el servicio de energía en el Atlántico, Magdalena y La Guajira, hablamos un negocio neoliberal. Este enfoque se impuso desde finales de la década del 80 por el expresidente César Gaviria. Este modelo ha permitido que el sector privado se beneficie a través de grandes negocios con empresas públicas.

El dueño de la empresa Air-e es Alberto Ríos Velilla. Este señor es, si recordamos, el mismo que demandó a Gustavo Petro cuando este era alcalde de Bogotá por el tema de las basuras. Ríos Velilla y sus hijos, unos banqueros panameños en contubernio con sectores de la bancada costeña en el Congreso, lograron rifarse la empresa Electricaribe, (Fundación Unión Fenosa) que unía la energía social y energía empresarial.

Alberto Ríos Velilla pasó de controlar 300 mil usuarios en Pereira, Manizales y Valle del Cauca, a tener un millón 500 mil usuarios, al comprar Electricaribe por la módica suma de 285 mil millones de pesos; obtuvo así la participación del 14 por ciento, del promedio nacional. El gobierno de Duque le asignó dos billones de pesos.

La pregunta es ¿por qué si tenía el dinero la vende por la irrisoria suma de 285 mil millones de pesos? A los usuarios les aplicaron las deudas del sector financiero: 1.8 billones de pesos, que era el compromiso de quien compraba.

Las comunidades en el Caribe sufren un dolor de cabeza por los altos costos del servicio de energía. Mientras el promedio nacional del kilovatio por hora es de $573 pesos, en el Caribe el precio asciende a $1122,67 pesos, casi el doble del costo nacional. A estos elevados precios se suman cargos adicionales por una supuesta seguridad, que no sabemos de qué, y cobros por pérdidas y conexiones ilegales. Como resultado, los estratos 1, 2 y 3 son los más estafados por los timadores de la energía en el Caribe.

El gobierno de Gustavo Petro le asignó dos billones de pesos a Air-e, completando cinco billones de inyección y una sobretasa del 20 por ciento. Ahora amenazan con irse a la quiebra. El solo activo de esta empresa está evaluado en doce billones de pesos. Intimidan con un apagón de una semana. La empresa ha sacado todo el efectivo de los bancos, supuestamente le jaquearon el sistema de su plataforma y le dicen al Gobierno que se la sanee, que ellos vuelven a administrarla. ¡Descarados!

La energía en la costa caribe se ha convertido en un cáncer para el retroceso de la economía. Los estratos 1, 2 y 3 se ven obligados a sacrificar gastos esenciales en alimentación para pagar los caros servicios. Los gremios no quieren invertir en la región, antes se han ido por el alto costo de los servicios. Los hospitales y clínicas enfrentan dificultades porque les cortan el servicio sin ninguna consideración humanitaria.

Si el Gobierno no soluciona pronto esta problemática, el descontento popular será un búmeran contra las reformas y los cambios.

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