Aída Avella
@AidaAvellaE
Desde el Gobierno del Cambio, en cabeza de la ministra del Trabajo Gloria Inés Ramírez, se ha venido velando por prevenir y eliminar las violencias basadas en género, en especial en el mundo del trabajo. Para esto se han realizado encuentros amplios con la sociedad civil, mujeres sindicalistas, organizaciones y colectividades de mujeres; y por medio de diálogos sociales y mesas de trabajo se ha socializado, discutido y nutrido todo lo relacionado con el Convenio 190 de la OIT.
En este Convenio se agrupan elementos alrededor de la igualdad y la no discriminación con la seguridad y la salud en el trabajo, teniendo como centro la dignidad humana y reconociendo que las violencias y acosos constituyen una vulneración a los derechos humanos.
Dentro del Convenio se realiza por primera vez la definición de un concepto único de la violencia y el acoso en el mundo del trabajo. Se especifica que tanto las amenazas como los comportamientos y prácticas inaceptables que causen o puedan causar daño físico, psicológico sexual o económico de forma repetitiva, y si se realiza una sola vez a razón de su género constituyen violencia o acoso.
Se reconoce que dichos comportamientos, aunque sean realizados solo una vez, deben ser sancionados, entendiendo que no se debe tener ningún tipo de agresión sin respuesta.
También se avanza en el reconocimiento de las violencias a razón de su género, en la cual se amplía el ámbito de aplicación y tiene en cuenta las históricas luchas, tanto de las mujeres como de las diversidades sexuales, recalcando la importancia de realizar un refuerzo jurídico para garantizar que se cumplan sus plenos derechos.
Es por esto que además se regula las violencias domésticas y su impacto en la vida laboral, cambiando la falsa idea de que estas son cuestiones privadas, por lo que se reconoce desde la convención el impacto que dicha violencia tiene en relación con el empleo, la productividad, la seguridad y la salud.
Es menester continuar abanderando la importancia de la economía del cuidado para el país, exigiendo el reconocimiento, redistribución, reducción y remuneración de los trabajos del cuidado, que por los roles de género fueron asignados por el modelo patriarcal y los realizan mayoritariamente las mujeres.
Este convenio tiene un ámbito de protección amplio, dado que garantiza la protección de los sectores de la economía formal y no formal, así como las personas trabajadoras del sector público, pero también del sector privado. Puntualiza que es necesario que esto pueda ir en vías al Plan Nacional de Desarrollo en lo pertinente a la importancia y el impulso que se debe dar a la economía popular.
Es por esto que desde el Congreso apoyaremos e impulsaremos la ratificación de la Convención 190 de la OIT, entendiendo que el marco normativo sobre violencias y acoso laboral y sexual en el ámbito laboral es basado en la Ley 1010 de 2006, la cual ha quedado limitada para prevenir y garantizar espacios de trabajo seguros y libres de violencias basadas en género. Como se dijo desde el Ministerio del Trabajo, debemos seguir avanzando hacia un trabajo digno y sin violencias porque cuando una mujer avanza ningún hombre retrocede.
*Senadora de la República.