Luydomin Atencia
Por fin, las justicias de Colombia, de los Estados Unidos y las internacionales ─en cabeza de la Corte Internacional de Justicia─ empiezan a ajustar cuentas con Uribe, Trump y el primer ministro Netanyahu. El expresidente colombiano es declarado como apto para ir a juicio, hecho histórico, ya que es la primera vez en Colombia que sucede esta situación.
Al segundo, un jurado lo declaró culpable por sobornar a una actriz porno durante la campaña electoral de 2016. Este también es un hecho histórico, ya que es la primera vez que un expresidente estadounidense es condenado penalmente. Pero así de inmoral es la justicia norteamericana, que Trump, condenado, puede seguir como candidato presidencial.
Y el tercero, con más de medio mundo humanista y democrático denunciándolo y movilizado en defensa de Palestina, varios países rompiendo relaciones diplomáticas, la Corte Internacional de Justicia y la Corte Penal Internacional lo acusaron y requirieron como criminal de guerra y responsable del genocidio contra el pueblo palestino.
El criminal “Bibi”, como apodan a Netanyahu en el bajo mundo, está acorralado entre la crisis de su gabinete, en la que el ministro de Seguridad Nacional, Itamar Ben Gvir, y otros importantes miembros de la coalición de ultraderecha sionista, amenazan con abandonar el gobierno si Netanyahu se ablanda ante la propuesta de Biden, de cese al fuego y poner fin a las operaciones militares (no incluye retirada de los territorios palestinos ocupados, el imperio no da puntada sin dedal).
Por ahora, Netanyahu se niega a poner fin al genocidio, según él “hasta que se elimine a Hamás”, imposible de lograr en este momento. Lo cierto es que Netanyahu está entre la espada y la pared: o acepta el cese al fuego o debe dejar el gobierno, antes que este se le diluya, bajo la presión interna de miles de sus gobernados semitas que no apoyan este genocidio. Joe Biden, que ve en peligro su reelección por el desgaste que le significa sostener a Israel, presiona.
Mientras todo esto sucede a los acusados criminales de guerra, al tiempo, se cuajaban esperanzas. Al lado del imperio del norte, el país mexicano daba una lección de coherencia histórica con un proceso que entrega Andrés López Obrador a Claudia Sheinbaum, para dar continuidad a la “cuarta transformación” del país. La presidenta Sheinbaum hace quince años había afirmado: “Ninguna razón justifica el asesinato de civiles palestinos”.
Al tiempo, el presidente Gustavo Petro es condecorado por parte del Estado palestino, por su compromiso con su causa como Estado libre y soberano. Al recibir esta, declaró “es la más valiosa que he recibido, por lo que significa en las historias de la resistencia y ahora en estos días aciagos que estamos viviendo (…), pero que también tiene que llenarse de esperanza”.
Nos quedamos con la esperanza de un mundo mejor, mientras juzgan y condenan a los criminales genocidas de aquí y de allá.