La belleza de Gloria Inés

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María Arango Valdés

El mundo occidental, patriarcal, capitalista, que es el que conozco, ha asignado un rol específico a las mujeres, además de su quehacer subordinado en todos los aspectos de la vida: social, económico y político. Les ha impuesto patrones de belleza regidos por el mercado de la moda, en el que su cuerpo, sus medidas, su peso y estatura deben ajustarse a un modelo consumista, tanto en su forma de vestir como en su forma de pensar. Una mayoría de mujeres, en especial urbanas, aspiran a ser delgadas; la esbeltez se ha convertido en su objetivo de belleza.

Gladys Arguës, cubana especialista en imagen personal, nos dice que “el concepto de belleza cambia con los tiempos para ocupar su justo lugar, que incluye tradiciones culturales, hábitos, concepciones de vida, clima, ya que las transformaciones necesarias de la época modifican y enriquecen. Asegura que se puede ser la mujer más bella y hermosa del mundo o del universo, pero si no tiene una buena educación y mejor formación en sus acciones, jamás irradiará encantos”.

Y agrega Arguës: “Si no brinda una cuota de respeto en su gesticulación, con una buena dicción y, por supuesto, algo (inteligente) que decir en el momento de expresarse, demostrando argumentos adecuados para sí en su compostura, no tendrá nunca un don particular que las destaque o resalte”.

Cada persona encierra su propia belleza, que se manifiesta cuando come sano, hace ejercicio, duerme lo suficiente, se rodea de personas que la aprecien. Además, encare las adversidades con buen sentido del humor y como decía el comandante Fidel Castro, tengan la actitud de convertir el revés en victoria!

Al enfrentar los problemas con inteligencia y valentía, seguras de sí mismas, escuchando música, leyendo un buen libro, educándose políticamente, entusiasmándose con las tareas que el cambio requiere, para alcanzar las metas que el pueblo colombiano se ha propuesto. Así, lograrán ser la Mujer Feliz, aquella que refleja la verdadera belleza.

Cada mujer es como es y debe ir por la vida de acuerdo con su aspiración, sin tristeza ni malestares, convencida que hace parte importante de la humanidad, de su país, de su territorio, de su familia. Convencida que cada una de sus acciones interviene en la vida de los suyos, que su quehacer político ayuda a transformar la vida para hacerla más cálida, más amable para todos y todas. Visto así nuestro quehacer, en Colombia existen mujeres maravillosas que no solo empujan el cambio, sino que, con pasos firmes, también hacen el cambio.

Por ello, digo gracias, querida Gloria Inés, la bella ministra del Trabajo, quien nos ha enseñado, con su firme compromiso, lo bello que son las mujeres luchadoras, de convicciones firmes, de talante indestructible. Ella cumplió su misión de gobernanza al representar los intereses del pueblo trabajador y ganando derechos para las mayorías del país. La verdadera belleza de la mujer radica en su compromiso amoroso con su patria, tal como lo ha hecho Gloria Inés Ramírez.

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