Claudia Flórez Sepúlveda
@ClaudiaFlorezPC
El Semanario Voz lleva 67 años de existencia ininterrumpida, ha sido un transitar difícil por las condiciones políticas que se han desarrollado en la historia del país, y siempre se ha asumido como la voz del pueblo oprimido y explotado. Sus páginas son un claro testimonio de las luchas que la gente del común ha emprendido por la conquista de la paz y de una sociedad más justa y verdaderamente democrática.
Hoy, en pleno siglo XXI el periódico mantiene inclaudicable su compromiso con esas luchas, desafiando a los grandes monopolios mediáticos, carentes de cualquier ética y que no titubean ni un segundo para mentirle abiertamente al mundo con tal de proteger los privilegios de los más poderosos.
El primer Festival lo realizó “Voz Proletaria” el 15 de Julio de 1979 en el Coliseo el Campin, en la ciudad de Bogotá. El cual dedicó gran parte de su contenido político a la Paz en el mundo, ante la amenaza latente de una guerra nuclear que pusiera fin a la especie humana. El mundo viviente enfrentaba la barbarie del ultimátum que significaría una posible catástrofe nuclear.
Por eso la lucha por la paz era de primer orden. Hoy esa lucha sigue siendo más vigente que nunca. Nuevamente la guerra se cierne sobre la humanidad. Mediante esta, los grandes grupos financieros buscan seguir aumentando sus riquezas, que se han construido sobre la base del sufrimiento y la explotación de millones de personas a lo largo y ancho del planeta, seres humanos que trabajan en los campos y las ciudades sin las más mínimas garantías, en condiciones indignas.
La guerra es también la herramienta que las clases dirigentes de las así llamadas “democracias” occidentales, con los Estados Unidos a la cabeza, usan para impedir que su hegemonía sea puesta en tela juicio por naciones que durante décadas han sido sometidas y supeditadas a su poder.
La versión 36 del FestiVoz, haciendo prevalecer su tradición en defensa de la Paz, nos invita a no ser indiferentes ante el genocidio que el Estado de Israel está cometiendo contra el pueblo Palestino. Las masacres ordenadas sobre el territorio de Gaza, son una práctica de aniquilamiento semejantes a los realizado por los Nazi a los judíos en Polonia. El gobierno israelí ha descrito a los palestinos como animales y pretende arrasar con todos ellos, expresión que muestra la degradación de los poderes sionistas y el desprecio a la carta universal de los derechos humanos promulgada por las Naciones Unidas. El plan de limpieza étnica que impulsa Israel con su aliado complaciente U.S.A. es una tiranía de alcances genocidas.
Son 2.300.000 habitantes que viven en Gaza que se encuentran encerrados en lo que han bautizado como una cárcel al aire libre, no existen corredores humanitarios y no permiten que lleguen las ayudas. Los están matando ante las miradas del mundo. Israel busca apoderarse de lo poco que le queda al pueblo palestino en materia de territorio.
Es imprescindible buscar salidas que le pongan fin a la guerra y al genocidio. Estas salidas deben caminar sobre el reconocimiento de la constitución del Estado Palestino. Sumemos voces y fuerzas solidarias para evitar nuevamente el declive de la Humanidad. Trabajemos por la construcción de una nueva sociedad, bajo el criterio del respeto a la soberanía de los pueblos y a un mundo más igualitario.