Shakira, China y Channel

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Renata Cabrales

Quizás no conozcan la canción “Nada” de Shakira. En su letra, la cantante barranquillera señala algo que ya sospechábamos, pero no habíamos confirmado: las grandes marcas son fabricadas en China. “Tiro mi bolso Chanel del barrio chino”, canta. ¿Es esto una muestra de humildad o pura casualidad?

Shakira no tiene necesidad de demostrar prestigio ante el mundo usando marcas de lujo, porque ella misma es una gran firma: lo es por lo que hace, no por lo que lleva puesto. Del mismo modo, China demuestra que será la próxima gran potencia no por vender marcas de lujo, sino por sus avances en las industrias manufacturera y tecnológica.

Muchas personas se definen de acuerdo con las marcas que usan y mientras más costosas, más prestigio ante la sociedad. No es que esté mal, salvo cuando ese prestigio se convierte en una excusa para sentirse superiores. Entonces, la noticia bomba sobre China y la manufactura de las grandes marcas, seguro no les ha caído bien, al notar que el prestigio obtenido por el dinero invertido no ha sido más que una estafa.

Grandes firmas de lujo como Hermès, Louis Vuitton, Chanel, Prada, Gucci, han aparecido en vídeos virales publicados en TikTok y X. En estas, empresarios chinos que trabajan en la industria manufacturera salen explicando que las marcas occidentales de lujo se fabrican en masa en su país. Así se benefician de la experiencia de los trabajadores locales y obtienen grandes márgenes con la reventa de sus productos. Afirman también que alrededor de 60 por ciento de sus productos se maquila en China, ya sea terminados para venta al público o en fabricación intermedia para pasar a un proceso final en Europa.

Otros vídeos, en los que se mencionan directamente los aranceles del 145 por ciento impuestos a China por el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, apelan a los compradores en línea a apoyar a las fábricas chinas y comprar directamente en ellas.  Rebelión silenciosa o venganza pública de los fabricantes que muestran sus precios reales, por ejemplo, un bolso de Hermès que se vende hasta en 38.000 dólares, en realidad cuesta 1.250 dólares fabricarlo. “Ya no compres en altos costos, cómprame directamente”, parece ser la respuesta a la prepotencia de Trump, creen algunos cibernautas.

Todo esto empezó gracias a la necesidad del capitalismo de producir más en menos tiempo, por lo cual este trabajo de manufactura en China se realiza a través de las conocidas maquilas o fábricas de manufactura china, que son empresas que realizan productos para empresas extranjeras, en lugar de venderlos bajo su propia marca.

Fábricas que alguna vez tuvieron mala fama por la supuesta explotación de sus trabajadores, actualmente no difieren tanto en el grado de “esclavitud”. La precariedad no es exclusiva de los trabajadores chinos de maquilas, basta con mirar las condiciones de los trabajadores de almacenes europeos en Amazon, por ejemplo, y de los trabajadores inmigrantes en Estados Unidos.

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