María Arango Valdés
¿Por qué las mujeres pueden ser promotoras clave para lograr la unidad política popular? A menudo se les percibe erróneamente que son disociadoras, entorpecedoras, que obstaculizan las relaciones de los amigos del barrio con los vecinos. ¡Nada más lejos de la verdad!
Esta es una visión patriarcal, pues representa a las mujeres con dificultades para el liderazgo, sin la virtud para amalgamar, para unir los diferentes intereses que se presentan en la política.
La educación burguesa concibe que la mujer vino al mundo solamente para reproducir por su condición natural, para tener hijos y criarlos, formar una familia obediente, a fin de mantener la heredad, la acumulación de bienes, tierras, dinero, los que deben pasar a manos de familiares y no extrañas.
Pero esa condición natural de tener matriz también la hace ser un ser matriz, que a partir de ella puede desarrollarse todo un sistema de relacionamientos, que nos permiten ser pares con los hombres.
Las mujeres pueden unir más que los hombres porque tienen un sentido práctico para implementar la vida. Hay una visión en nosotras, para que, en la práctica, en la acción nos encontremos. La sororidad hace parte de esta forma de actuar, de sentir, de resolver.
Así vamos por la vida y de estos sentires pasamos pronto a la razón, y cuando tenemos el conocimiento, cuando comprendemos las razones, cuando llegamos al conocimiento, nos potenciamos y vamos convirtiéndonos en lideresas. “Saber que se sabe” es el resultado de este proceso.
No negamos el sentimiento del cuido, lo ejercemos día a día con niños, personas mayores, familiares, camaradas y amigos. Este sentimiento natural ha sido distorsionado por la ideología burguesa individualista. Lo que realmente impulsa nuestras acciones es lo que llamamos solidaridad, un valor permanente y que la gente siente profundamente. Todos y todas enfrentamos dificultades y solo unidos podemos superarlas.
De acuerdo con la declaración política aprobada por la Asamblea por las Reformas y los Cambios: “Llamamos a construir, en el marco de la Unidad, y como un eje del Frente Amplio Social y Político, este Movimiento Social por la Paz y las Transformaciones, para materializar una fuerza social transformadora y una propuesta de país que interprete a las mayorías históricamente excluidas para que podamos construir una paz real cimentada en la justicia social, la vida digna y la realización plena como nación colombiana”.
Los territorios tienen la palabra. Las plataformas y organizaciones políticas deben respetarla. La victoria popular implica necesariamente reconocer a los territorios, los liderazgos naturales de las organizaciones y tener procesos de participación amplios e incluyente para construir un proyecto de país más allá de lo electoral que fortalezca el proyecto social y popular.
Esta conducta militante, sorora y solidaria, juega un papel importante en la construcción de la unidad que necesitamos para avanzar en democracia.