ACEU, Universidad Distrital, Sede La Macarena (*)
La protesta estudiantil representa un ejercicio de transformación. En relación con el acontecimiento ocurrido el pasado 27 de septiembre en las afueras de la Universidad Distrital, UD, sede La Macarena, diversas voces han surgido en el análisis del mismo.
Algunas voces hablan de violencia policial, mientras que otras critican la violencia por parte de encapuchados. Muchas de estas posturas se sustentan en imágenes que circulan en redes sociales y en los noticieros locales y nacionales. Pero más allá de lo mediático y las noticias descontextualizadas, ¿qué realmente conoce la sociedad sobre las dinámicas y reivindicaciones de la protesta estudiantil?
La movilización de las y los estudiantes de la UD obedece a la decisión colectiva de iniciar una Asamblea Permanente, impulsada por el inconformismo respecto a los dictámenes de la mayoría de los integrantes del Consejo Superior Universitario, CSU. Estos miembros del CSU dilatan la aprobación de la reforma al estatuto general. Esta reforma significa un cambio estructural en los asuntos administrativos, académicos y misionales de la UD, así como una oportunidad crucial para ampliar la democracia y participación en las decisiones más trascendentales de la institución. La comunidad universitaria debe ser la voz más importante en definir su propio rumbo.
No podemos ignorar el fenómeno del “Tropel”, que se convirtió en algo común dentro de las universidades públicas. Este ha perdido su esencia, que se concebía como el última recurso del ejercicio de presión estudiantil, en pro de la consecución de las consignas. Hoy en día, la acción directa se ha convertido en un fetiche que, lejos de ser coherente con las demandas de la comunidad universitaria, las desarticula en gran medida. Hay que ser claros, la motivación de este tipo de acciones nunca será puesta en duda por parte de los estudiantes, sin embargo, la manera en que desarrolla y la falta de entendimiento del momento siempre afectará la legitimidad de la misma.
La actuación de la Policía de Bogotá, al utilizar sus armas de dotación y apuntar de manera directa al interior de la institución educativa sin considerar que dentro se encontraban estudiantes ajenos a la confrontación, evidencia que su doctrina de seguridad sigue siendo la eliminación del contrario, sobre todo cuando se trata de jóvenes estudiantes.
Los estudiantes de la Universidad Distrital rechazan el uso desmedido de la fuerza y la violación de los protocolos de atención a la protesta. Además, condenan la violencia injustificada y orientan toda la movilización a la transformación de la universidad. Desde sus propias formas de lucha, avanzan hacia el cambio en la comunidad.
* Asociación Colombiana de Estudiantes Universitarios, La Macarena, Universidad Francisco José de Caldas, Bogotá