Alberto Bermúdez Roa
La estigmatización y la revictimización vienen desde muchos años atrás. Antes de1930, la ultraderecha ya vociferaba que el Partido Comunista y, más tarde la Unión Patriótica, combinaban todas las formas de lucha. Solo por hablar de los últimos 100 años de la historia social, económica y política de nuestro país, es pertinente hacer mención a grandes rasgos de algunos acontecimientos.
En 1928 los obreros de una empresa bananera norteamericana que reclamaban, a través de una huelga, mejores condiciones laborales fueron brutalmente dispersados por el ejército al mando de Carlos Cortes Vargas. Miles de personas fueron asesinadas. En la década de los 50 los “chulavitas” de Boyacá y los pájaros del Valle desataron un largo periodo de violencia en Colombia.
En las décadas de los 60 y 70 se vivió el principio y final de un pacto bipartidista (el frente nacional) criticado por mantener el poder entre ellos mismo (liberales y conservadores) logrando conseguir la exclusión social, forzando el desplazamiento de las organizaciones populares a participar en política.
En 1986, el 30 de agosto, en Barrancabermeja es asesinado el representante a la Cámara por la UP Leonardo Posada, dos días después, el 1 de septiembre de ese mismo año, Pedro Nel Jiménez, senador de la República por la UP, también es asesinado en Villavicencio por elparamilitarismo en connivencia con el gobierno de la época. Estos asesinatos dieron inicio a la masacre de los miembros de la Unión Patriótica y el Partido Comunista.
Vale la pena recordar también quién crea las convivir en Antioquia, en 1994, quienes posteriormente ingresarían a las filas del paramilitarismo, autores de asesinatos, desapariciones y desplazamiento forzado, falsos procesos judiciales de miles de miembro del Partido Comunista, la Unión Patriótica y líderes sociales.
Esos mismos paramilitares combinaron sus atrocidades con el narcotráfico quienes se impregnaron en las actividades sociales, económicas y políticas de nuestro país, de tal manera que en aquella época de la historia política del Congreso de la República, un 40% de sus integrantes eran representantes del narcoparamilitarismo, algunos de esos congresistas condenados, con procesos jurídicos y otros prófugos de la justicia.
Podríamos decir que esa clase política que ha ostentado el poder enriqueciéndose con la explotación, con la corrupción, encubriendo el origen de dineros generados mediante actividades ilegales, son los que en realidad han combinado todas las formas de lucha.
La violencia en nuestro país es un producto histórico que ha echado raíces, impulsada por las derechas tradicionales, hoy desesperadas fomentado el miedo y el odio, por haber perdido todas las batallas para detener el ascenso del movimiento popular, conscientes que el camino es la verdad, la reconciliación, la paz y la unidad, para vivir en una Colombia grande y libre.