Mujeres al frente

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María Eugenia Ramírez Brisneda (*)

El Plan Nacional de Desarrollo 2022-2026 de Colombia, bajo el lema “Potencia Mundial de la Vida”, ha dado pasos importantes hacia el reconocimiento de los derechos económicos, sociales y laborales de las mujeres. Sin embargo, aún queda mucho por hacer, especialmente en la construcción de una vida libre de violencias para todas las mujeres.

En este contexto, preocupa la falta de liderazgo del Ministerio de la Igualdad y su Viceministerio de las Mujeres, que fueron creados para implementar políticas que superen las brechas de discriminación y desigualdad.

A propósito del 8 de marzo, Día Internacional de las Mujeres Trabajadoras, el proyecto de reforma laboral que actualmente se discute en el Congreso se presenta como una oportunidad histórica. Esta reforma busca garantizar el acceso de las mujeres al trabajo decente, la estabilidad laboral, la eliminación del acoso y la violencia sexual en el ámbito laboral y el reconocimiento del trabajo de cuidado, que recae mayoritariamente sobre ellas.

Liderada por la exministra Gloria Inés Ramírez, esta reforma es clave, aunque aún persisten importantes desafíos. La reforma pensional (Ley 2381 de 2024) también constituye un avance significativo, pues busca reconocer a las mujeres que, pese a trabajar toda su vida, no han podido acceder a una pensión. En Colombia, solo el 12,1% de las mujeres tienen pensión, frente al 22,5% de los hombres, reflejando una brecha alarmante que esta reforma intenta reducir, especialmente al reconocer el trabajo de cuidado no remunerado que muchas mujeres realizan.

Además, la Política Exterior Feminista y el Plan de Acción de la Resolución 1325 del Consejo de Seguridad de la ONU son avances que reflejan el compromiso del Estado con los derechos de las mujeres. Sin embargo, los feminicidios y otras formas de violencia, más de 600 en el año anterior, siguen siendo una realidad que requiere de respuesta por parte del Gobierno y las instituciones responsables.

Es crucial que el Gobierno refuerce el marco legislativo y continúe con el impulso de reformas clave como la Reforma laboral y el Proyecto de Ley para la Igualdad de Derechos de las Mujeres y Niñas. Estas deben ser acompañadas por un fortalecimiento real del Ministerio de Igualdad y Equidad, encabezado por la vicepresidenta Francia Elena Márquez. Aunque algunos sectores del movimiento feminista buscan una institución más robusta, este es un paso importante para diseñar políticas que combatan las desigualdades históricas.

Este 8 de marzo, las mujeres colombianas seguiremos luchando por los derechos laborales, la dignidad y una vida libre de violencias. El camino hacia la igualdad es urgente y la lucha continúa. ¡Nos vemos en las calles!

(*) Activista feminista. Directora de ILSA, integrante del Movimiento de Mujeres por la Paz

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