Las mujeres exigimos garantías

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María Eugenia Londoño

La violencia política en Colombia da cuenta de múltiples hechos qué se configuran entre, atentados contra la vida, la integridad y la libertad personal, amenazas, hostigamientos, producidos por abuso de agentes del estado, sectores armados, o contradictores políticos y de clase, han provocado innumerables daños y pérdidas en los proyectos de vida de hombres y mujeres, que han optado por la carrera política.

El año 2026, transversalizado por el calendario electoral, enfrentamos un escenario político marcado por el recrudecimiento de la violencia, una creciente polarización que deriva en múltiples agresiones, especialmente descalificaciones, persecuciones y lo que es muy grave la falta de garantías para el ejercicio democrático. Enfrentamos un déficit de garantías para las candidaturas presidenciales, especialmente para las de izquierda, que históricamente se han querido excluir. La violencia política revive viejas heridas y produce efectos devastadores en el sistema democrático- El panorama electoral del 2026 empezó con gran incertidumbre, por razón de los múltiples hechos de violencia política registrados, pero también por la continua obstrucción por parte del Consejo Nacional Electoral hacia el Pacto Histórico, para la participación en los escenarios políticos de presidencia y congreso.

Hoy más que nunca es necesario derrotar la violencia para avanzar en democracia, porque socava la confianza en las instituciones, obstaculiza el desarrollo económico y social, y ataca los derechos humanos. Se requiere promover la educación y la conciencia ciudadana, las reformas institucionales, fortalecer el sistema judicial, para que sean efectivos y transparentes, fomentar la participación ciudadana, para la toma de decisiones, la vigilancia de la gestión pública, la solución política a los conflictos y las políticas de igualdad que promuevan la inclusión social.

Me anima con mayor fuerza y esperanza a trabajar la campaña por la verdad, para que termine la barbarie y construir un país democrático, donde ejercer la política no sea un riesgo para la vida, para que nunca más se repita un genocidio como el que sufrió la Unión Patriótica, para que jamás se agreda tanto aun presidente, para que el CNE, no cercene los derechos a la participación política.

Valoramos la decisión del Pacto Histórico de consolidar las listas cerradas y paritarias en cremallera para el congreso de la república, lo cual me permitió ubicarme en el renglón 13 de la lista al senado. Hemos dado un primer paso importante pero nos queda la segunda fase para el próximo 8 de marzo hacer realidad nuestra presencia en el senado y desde allí mi compromiso será seguir trabajando por la justicia social para ponerle fin a todas las formas de violencia.

En este 25 de noviembre en que se conmemora la no violencia contra las mujeres, quiero rendir homenaje, aquellas mujeres que han sufrido violencia y han tenido que salir del país, por ejercer la justicia con dignidad, rectitud y transparencia.

¡Nunca más el olvido, estamos despertando!

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