La recuperación de derechos conquistados

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Nelcy Contreras

Hay que reconocer la persistencia del presidente Gustavo Petro en su lucha por la aprobación de las reformas. Cuando la inmensa mayoría de colombianos se concienticen de que la reforma laboral no es capricho, sino una medida para corregir las injusticias generadas contra la clase trabajadora por los gobiernos neoliberales, el cambio será posible.

Los colombianos no debemos olvidar que, desde 1990, se implementó la flexibilización laboral, una estrategia de los gobiernos anteriores destinada a eliminar las conquistas que los trabajadores habían ganado en las calles del país. En el año 2002, en el gobierno de Álvaro Uribe Vélez, el Congreso de la República aprobó la Ley 789, una norma engañosa y tramposa que, de forma descarada, hizo creer a los colombianos que generaría más empleo.

Esta normativa cambió las restricciones para los contratos a término fijo, lo que permitió que, si una persona llevaba varios años de forma consecutiva, su derecho a ser contratado de manera indefinida pudiera ser interrumpido por el empleador con un solo breve preaviso. Además, la ley impuso la obligación de liquidar anualmente las cesantías, con el único propósito de eliminar la retroactividad, lo que resultó en un detrimento para la economía del trabajador.

Esta misma ley autorizó la creación de los fondos privados para la administración de las cesantías de los trabajadores, con el único objetivo de fortalecer los bolsillos de los banqueros. Además, se pactó que los trabajadores debían pagar a estos fondos una cuota de administración si decidían retirar parcialmente sus cesantías. El trabajador colombiano perdió la oportunidad de pactar los contratos a tiempo indefinido y la posibilidad de ser reintegrado en caso de despido.

El engaño de la Ley 789 fue mayúsculo: aquellos trabajadores que tenían derechos adquiridos gracias a su estabilidad laboral cayeron en la trampa de negociar con el empleador y terminaron siendo “arreglados a lo cerdo”. El patrono comenzó a ofrecer dadivas. La historia recuerda esto como una masacre laboral consentida entre ambas partes. No olvidemos que esta controversial ley también acabó con los recargos nocturnos, empeorando todavía más las condiciones laborales.

El Gobierno para defender el proyecto de reforma laboral ante el Congreso sostiene que es necesario que los trabajadores recuperen los derechos conquistados en las calles. Por otro lado, el Ministerio del Trabajo insiste en la urgente reforma para devolverle al trabajador su estabilidad laboral, el contrato a término indefinido, entre otros.

Colombia está en mora de cambiar el régimen laboral, ya que el Código Sustantivo del Trabajo debe ser actualizado para adaptarse a las nuevas dinámicas de trabajo. Cabe recordar que, según el artículo 53 de la Constitución, existe el mandato de expedir un nuevo Estatuto del trabajo.

No cabe duda de que existe un amplio consenso sobre la necesidad de la reforma laboral, pero el desafío es poner de acuerdo a quienes tienen las facultades legales para ejecutarla.

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