La paridad

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Claudia Flórez Sepúlveda
@ClaudiaFlorezPC

¡Estamos listas para gobernar y legislar!, fue una de las frases que las comunistas escogimos para esta campaña electoral. Junto al liderazgo de Gloria Inés Ramírez, María Eugenia Londoño y las camaradas del Partido, e inspiradas en el feminismo marxista y en las batallas cotidianas de las mujeres colombianas, nos hemos propuesto desarrollar con potencia nuestra apuesta política.

Partiendo de la cruda realidad que vivimos en una sociedad patriarcal, es trascendental que busquemos cambiar radicalmente el lugar que ocupan las mujeres en la participación política y la administración del Estado.

En ese camino, identificamos que la paridad no es una concesión, sino una deuda estructural. Además de construir una necesaria representación equitativa, lo fundamental es entender que esta lucha fortalece los principios democráticos de nuestros proyectos revolucionarios.

Al respecto, es importante hacer una radiografía sobre el tema. La Ley 581 de 2000, estableció la paridad como un problema normativo de cuotas, donde el 30 por ciento de los cargos públicos tienen que ser ocupados por mujeres. Sobre este punto, es interesante analizar como la realidad ha desbordado las normas.

Según Función Pública, en 2024 cerca del 48 por ciento de mujeres ocupan altos cargos directivos del Estado. Este avance se explica no solo por los cambios de época, sino por una decidida política del Gobierno del cambio que ha depositado en los liderazgos del movimiento feminista y de mujeres varios lugares estratégicos de la política nacional.

Sin embargo, en cuanto a la participación política, la paridad sigue siendo una deuda. En la actual composición del Congreso, las mujeres representan el 29 por ciento de los escaños en el Senado y el 28 por ciento de los asientos en Cámara. Una cifra aceptable, considerando que los números subieron gracias las listas cerradas y paritarias que presentó el Pacto Histórico en las elecciones de 2022.

De hecho, nuestro Partido Comunista Colombiano también tiene autoridad sobre el tema. Los últimos dos congresos nacionales de nuestra colectividad han elegido democráticamente al Comité Central con un enfoque de paridad. Cambios cualitativos que se ajustan a los debates del feminismo marxista, la renovación de cuadros y la participación de las diversidades.

En ese contexto es que hemos promovido el debate al interior del Pacto Histórico. Además de considerar como un triunfo al hecho que más de dos millones de personas participaran en nuestra consulta interna, valoramos como altamente positivo que la confección de nuestras listas al Senado de la República y Cámara de Representantes se hagan desde una visión paritaria. Una pequeña revolución dentro de la revolución.

En la campaña electoral que viene tendremos los liderazgos de María Eugenia Londoño y Aída Avella, dos mujeres revolucionarias que representan con vigor nuestra propuesta por las reformas sociales y las transformaciones estructurales. Lo ha dicho Gloria Inés, “cuando una mujer avanza, ningún hombre retrocede”.

Reflexiones que les compartimos a esos personajes que quizás aún no entienden la magnitud del debate.

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