Jaime Caycedo Turriago
Las y los comunistas saludamos a nuestros compatriotas que conmemoran el rito religioso de la Semana Santa y a quienes asumen estos días como un período de descanso en las duras faenas de la producción y la existencia.
Coincide con un momento mundial de estremecimientos en que el poder imperialista de Estados Unidos pretende imponer un nuevo reparto del mundo, el establecimiento de un proteccionismo de gran potencia, deportaciones masivas, con violación de los derechos humanos y métodos autoritarios y humillantes, compra de votos y de gobiernos para favorecer el enriquecimiento de los más ricos y poderosos del planeta.
En Colombia, el pueblo se apresta a reclamar el derecho a las reformas sociales y, en particular, la reforma laboral por la que votaron las mayorías en 2022 mediante su participación en una consulta ciudadana. A ella se oponen: los dueños del capital, la derecha tradicional dominante y sectores de las Altas cortes. Todo indica que el “gobierno permanente” siente pánico ante la consulta popular planteada por el presidente de la República.
El cardenal primado, Luis José Rueda, manifiesta la inconveniencia de que la consulta transcurra en un período preelectoral, aunque reconoce que la “reforma laboral es necesaria y urgente” (El Tiempo, abril 13 de 2025). En sano rigor, también debe reconocer en sus reflexiones de esta Semana Santa que millones de compatriotas católicos apoyan y se han movilizado en estos últimos dos años en defensa del derecho a que la democracia sea reconocida y opere ejecutivamente en pro de los derechos laborales que proclama la Constitución.
No se trata de desconocer al Congreso ni de confrontarlo. Se trata de hacer respetar la voluntad popular que eligió un programa de gobierno que incluía, no solo el nombre de las reformas, sino propuestas sobre sus contenidos en favor de las mayorías precarizadas, empobrecidas, excluidas, sometidas a las prácticas del terrorismo de Estado.
Llamamos a hacer de esta Semana una ocasión para el examen tranquilo, sereno, independiente, responsable, por parte del movimiento popular, para trabajar conjuntamente por el cambio democrático, por fortalecer la lucha popular por las reformas sociales, por la solución política, por una paz integral, democrática y justa, a la par que por el proceso unitario del Pacto Histórico y el Frente amplio.
Llamamos a participar en la gran movilización obrera, campesina, universitaria, juvenil, magisterial y cultural del Primero de mayo. Así mismo, a tomar parte de la Semana Antifascista por la Victoria de la Vida, entre el 5 y el 9 de mayo próximo. Elevaremos la solidaridad con el pueblo palestino, con el pueblo de Argentina; con los miles de latinoamericanos deportados como “falsos positivos delincuentes”; con el hermano pueblo ecuatoriano sometido ahora al fraude, la violencia y la intervención militar de Estados Unidos.
La libertad política es un derecho de cada ser humano. La paz, el bienestar, la dignidad y la felicidad de las mayorías son banderas comunes del cambio democrático y de la lucha revolucionaria por una Humanidad Social.
* Presidente del Partido Comunista