Con la dirección de Wes Archer y escrito por Frank Mula, el capítulo de 1992 de la popular serie animada, Los Simpsons, construye una radiografía social en torno a los valores occidentales y muestra cómo se maquilla con fechas comerciales la fealdad de la propia sociedad norteamericana
Jorge Garavito
@il_yorx
El día de San Valentín, fecha que varía según cada país, donde el mundo occidental celebra el día del amor y la amistad, está hecho para presionar a la sociedad a maquillar su propia fealdad. Lo aprendí de Los Simpsons, como muchas otras cosas valiosas de la vida. Que todos somos feos sin importar nuestras caras. No importa lo linda que te parezca una persona, será terriblemente fea si pasas el tiempo suficiente con ella. Solo es cuestión de tiempo para que nos dejen mostrar nuestro monstruo interior.
Wes Archer, aclamado director de televisión, es lo más parecido a un genio de la comedia que se pueda referir. Ha sido partícipe de los mejores capítulos de Los Simpsons y ha participado en los mejores enlatados gringos que se han construido en los últimos tiempos en producciones como Rick y Morty, Bojack Horseman, Los Reyes de la colina, entre otros. Seguro es un tipo feo, pero bueno en lo que hace.
Somos monstruos
Comenzando la década, en el capítulo 15 de la cuarta temporada de Los Simpsons, dirigido por Archer y escrito por Frank Mula, este se encarga de demostrarnos que es humano ser un monstruo, y no se trata de solo un juego de palabras.
La profesora Hoover utiliza de excusa una festividad para poner a los alumnos a hacer una tarea inútil y ella no dar una clase. Lisa lo hace evidente, pero la profesora utiliza el cinismo y arrogancia de su poder para continuar. Es muy interesante el uso de la canción de rock clásico Monster Mash de Bobby Pickett en el episodio.
Aunque aparece como una equivocación del presentador, hecho cómico que también cierra el capítulo y lo hace doblemente hilarante, en el fondo es la reflexión sobre el comportamiento de Lisa Simpson; todos somos monstruos en algún momento. Las presiones sociales que terminan ejerciendo fuerza sobre los individuos se materializan en el capítulo sobre las festividades, como el día de San Valentín, delatando, de manera cruel, la soledad e incomprensión en la que un jovencito algo tonto pero muy tierno se ve envuelto.
Lisa, que es muy sensible socialmente, cae en la terrible compasión y le da una tarjeta que estaba pensada para otra persona, hecho que se hace evidente al verla borrar el nombre y poner el de Rafa Gorgory, el jovencito solitario que recibe el regalo de amor y amistad.
Sátira social
Pero el capítulo no solo va en ello, sino que utiliza los otros personajes para hacer más evidente el hecho de nuestra fealdad: Bart disfruta con sus sátiras, que en este capítulo son particularmente políticas, como el imitar el rostro de Nixon con sus nalgas; Homero, dando muestras de una estupidez adaptativa, da pésimos consejos a Lisa sobre cómo comportarse, además de demostrar una vez más ser un pésimo esposo; Apu, el indio migrante trabajador del supermercado, demuestra toda la avaricia y astucia que le exige el negocio, inflando los precios de productos viejos que están pensados para esposos olvidadizos; y el jefe de policía Gorgori, del que el capítulo nos hace reír mostrando su estupidez, su gordura y agresividad, demuestra cómo utiliza su poder de manera corrupta para beneficios personales.
Las autoridades escolares también demuestran su monstruo: la profesora se deja presionar por la policía para darle el papel de teatro a Rafa; el director, del que también nos reímos por estúpido, revela su avaricia alterando las limonadas con agua.
Todos en algún momento nos vemos obligados a mostrar nuestra fea cara de monstruo. ¿Qué tan conscientes somos de nuestro monstruo interior? Lisa, que accede a una cita con Rafa por el interés de asistir al evento de Krusty, le rompe el corazón en público declarando que siente lástima por él y que está ahí solo por interés egoísta. Es el vestido manchado, es la inocencia y ternura de Rafa, lo menospreciado que es socialmente, detalle que cobra valor y enriquece la experiencia del capítulo cuando demuestra ser un excelente actor.
El monstruo nacional
Todo de fondo con una celebración del día de los presidentes. Ignoro si esa festividad existe, pero es brillante el uso que le da Archer. De fondo está la personificación de los valores éticos estadounidenses, los que en la vida cotidiana están siendo violados.
El monstruo nacional que ha aumentado los cañones en oriente. El monstruo nacional que toma cara en las nalgas satíricas de Bart y asusta a las niñas. El monstruo nacional que altera los precios en el mercado como herramienta válida para el éxito comercial. El monstruo nacional que utiliza el poder público para beneficio privado. Es gracioso el chiste del presentador de radio equivocándose con la canción, pero es brillante el uso semántico que consigue el capítulo. Toda una lección de composición.
Adenda
Y para cerrar quiero preguntar algo ¿Qué tan acertado es pensar que Matt Groening utilizó el apellido Simpson como juego de palabras para decir hijos de simios y al tiempo de simulaciones de personas? Siempre termino hilando muy finito, ya ustedes me sabrán disculpar, es parte de lo feo que soy.