
La CUT propone un 12% de incremento salarial para 2019, con base en cuatro componentes: inflación, productividad laboral, la brecha de inflación entre los sectores de menos recursos con la inflación media y la brecha de productividad laboral que se ha medido mal durante 12 años
Juan Carlos Hurtado Fonseca
@Aurelianolatino
Como todos los años, en las festividades decembrinas se discuten los puntos a reajustar en el salario mínimo para el siguiente periodo de 12 meses, en el espacio denominado Comisión Permanente de Concertación de Políticas Salariales y Laborales.
En esta, trabajadores, por un lado, y empresarios y Gobierno, por otro, presentan sus análisis de la situación económica actual y en proyección al siguiente año, y con base en ello hacen propuestas para acordar los puntos a reajustar.
El eufemismo del nombre de la mesa se evidencia cuando los empresarios imponen la cifra a través del Gobierno, mediante decreto presidencial, y se presenta un descontento generalizado en la población y en las centrales obreras, que ven burladas sus propuestas y necesidades.
Una de las críticas al espacio es que no se permite el debate sobre otros temas que tienen una relación directa con el salario, como los millones de colombianos que devengan menos del mínimo, los empleadores que evaden la norma, la persecución sindical, la violación a derechos humanos, incumplimientos gubernamentales, el creciente desempleo, la informalidad, el control a los precios de productos de la canasta familiar, las formas desregularizadas de contratación y en general, medidas económicas gubernamentales que afectan la capacidad adquisitiva de las mesadas.
Se ha llegado al punto en que los empresarios se burlan de las propuestas de discusión de las centrales obreras, diciéndoles que ellos solo hablan del mínimo, que los otros temas hacen parte de “los adornos de un arbolito de navidad” que no entrarán a negociar.
Los datos oficiales
No obstante, las centrales siguen asistiendo al espacio, porque aunque conocen sus limitaciones, expresan que es un momento en el que pueden confrontar y argumentar para develar las posiciones antidemocráticas de la contraparte. Y por otra parte, desde el mismo movimiento sindical se critica la asistencia al espacio y que este no se dé en otro mes del año para que esté acompañado de masivas movilizaciones en las calles.
La primera reunión de este año se dio el 6 de diciembre, fue la oportunidad para que el Departamento Nacional de Planeación expusiera “el cálculo de la productividad total de los factores, que para el 2018 presentó un crecimiento de 0,52%, insumo que hace parte de los parámetros con los que se fijará la remuneración mínima de los colombianos para el próximo año”, explicó el Ministerio de Trabajo.
En esta misma sesión, el DANE dijo que en el país quienes reciben como remuneración hasta un salario mínimo mensual pueden representar un 44% de los ocupados. Así mismo, manifestó que la tasa de desempleo a nivel nacional entre agosto y octubre de 2018, se situó en 9,2%.
Por su parte, el director de Programación e Inflación del Banco de la República, Carlos Huertas, en su intervención, indicó que la inflación de los últimos 12 meses a noviembre de 2018, estaría en 3.27%. Para 2019, identificó como riesgos inflacionarios el Fenómeno del Niño y las fluctuaciones del precio del petróleo. Así mismo, planteó que el crecimiento para el 2019, según los ejercicios de estimación del Banco de la República, podría llegar al 3.5%.
Una propuesta sindical
Luego del primer encuentro, el negociador por la Central Unitaria de Trabajadores, CUT, Fabio Arias, comentó que según pronósticos, el Producto Interno Bruto, PIB, será de 2,7; y la inflación de 3,3.
Pero, el primer desencuentro entre las partes es el factor de la productividad que se debe tener en cuenta para establecer el nuevo salario. El Gobierno recurre a la productividad total, es decir, la que suma todos los factores, y los trabajadores argumentan que la que se debe tener en cuenta es la productividad laboral, porque se está tratando de establecer es el valor del trabajo.
“Para ellos la productividad total es de 0,5% y la productividad laboral es de 1,69. Y al tener en cuenta la diferencia de los últimos 16 años, entre la total y la laboral, que es de 17%, reclamamos como CUT que nos paguen ese rezago, por lo que proponemos que el reajuste salarial sea del 12%. Es decir, se tiene que tener en cuenta el crecimiento del PIB, la inflación causada y la productividad laboral”, argumentó el dirigente sindical.
Para Arias, el dato presentado por el DANE, según el cual casi el 50% de los ocupados del país ganan el mínimo o menos, demuestra los niveles de pobreza y desigualdad creciente, que quedan confirmados en la Ley de financiamiento que se tramita en el Congreso de la República: “Menores impuestos para los grandes empresarios y más impuestos para los trabajadores y las clases medias vía impuesto a los ingresos o vía IVA a gaseosas y cervezas”.
Por su parte, Diógenes Orjuela, presidente de la CUT, anota que también debe ser resuelto el problema de la educación y que debe ser retirado del Congreso de la República el proyecto de Ley de Financiamiento: “Creemos en un alza general de salarios, que debe ir acompañada de un proceso de reconversión industrial que involucre al productor nacional, también en agricultura, para que haya equilibrio entre salarios y productores nacionales y de esta manera no se produzca inflación y no sea un negocio para los importadores”.
Al cierre de esta edición de VOZ, se presentaba una nueva reunión de la Comisión de Concertación, en la que centrales obreras y organizaciones de pensionados presentaban sus análisis con los que argumentarían los puntos exigidos para el reajuste salarial de 2019.
Por su parte, la ministra de Trabajo, Alicia Arango, había expresado su deseo de concertar el mínimo antes del 15 de diciembre, fecha en que se cumple el primer vencimiento legal para esta negociación. Sin embargo, las diferencias en las posiciones iniciales permiten avizorar que no se llegará a un acuerdo, que el ejercicio de negociación volverá a fracasar y que el Gobierno volverá a decretar el reajuste, como lo ha hecho en los últimos años.
