jueves, abril 18, 2024
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Voces pereiranas le cantan a la paz

“Un plan de gobierno para el posconflicto debe hablar de la reconstrucción de un ser humano integral para una Colombia renovada, culta, educada, creativa, innovadora y transformadora. Una Colombia sanada. O al menos —y eso ya es enorme— una Colombia en vías de sanación”.

La cantante María José interviene en el concierto por la paz en Pereira
La cantante María José interviene en el concierto por la paz en Pereira

Patricia Zorro Arellano
patyzorro@hotmail.com

Hace poco me encontré con un texto de Álvaro Restrepo (Director del Colegio del Cuerpo) titulado: Cultura en la era del posconflicto. Restrepo toma como punto de partida la definición que hace la Unesco sobre Cultura y la cita textualmente para luego tratar de entenderla como a una persona con cuerpo y con alma.

“Cultura es el conjunto de los rasgos distintivos, espirituales y materiales, intelectuales y afectivos que caracterizan a una sociedad o un grupo social. Ella engloba, además de las artes y las letras, los modos de vida, los derechos fundamentales del ser humano, los sistemas de valores, las tradiciones y las creencias. La cultura da al hombre la capacidad de reflexionar sobre sí mismo. Es ella la que hace de nosotros seres específicamente humanos, racionales, críticos y éticamente comprometidos. A través de ella discernimos los valores y efectuamos opciones. A través de ella el hombre se expresa, toma conciencia de sí mismo, se reconoce como un proyecto inacabado, pone en cuestión sus propias realizaciones, busca incansablemente nuevas significaciones, y crea obras que lo trascienden”.

El ejercicio comparativo es muy interesante y además una manera adecuada de entender el concepto de cultura. Imagino entonces que las diferentes expresiones artísticas se asimilan al cuerpo y su contenido al alma. Esas expresiones como la danza, el teatro, la pintura, la escultura y la música, tienen el enorme poder de generar reflexión en torno a todos los temas que atañen al ser humano.

He tenido la feliz experiencia de ver los cambios positivos que se generan en torno a la música, con letras que hablan de lo que somos, de nuestros miedos, del perdón, de nuestra historia y de la enorme necesidad de sensibilizarnos frente al dolor humano.

Voces por la paz

Los conciertos “Voces Pereiranas le Cantan a la Paz”, realizados en la ciudad de Pereira, capital del departamento de Risaralda en Colombia y a través de nuestra Fundación “Colombia Visible”, han sido el punto de encuentro a través del cual muchos ciudadanos han reflexionado acerca de varias cosas: la música andina colombiana no es un asunto de abuelos. Ha evolucionado como todo en la vida y solo hay que darle la oportunidad para ser escuchada. Las nuevas generaciones se sorprenden positivamente. Por otro lado, muchas de las letras de esas canciones procuran la reflexión acerca de temas como la guerra y sus muertos, el desplazamiento, el perdón, la tierra y la voluntad que cada uno tiene para salir adelante y enfrentar el futuro.

Como periodista e hija de una mujer desplazada por la violencia de los años 50, soy testigo del dolor que ha acompañado a varias generaciones de colombianos. Aún faltan muchas generaciones más para que el alma de Colombia se sane, incluso serán varios años después de llegada la tan anhelada paz. Pero sólo nosotros tenemos el poder de cambiar un presente enfermo por un futuro donde el cuerpo y el alma no tengan tantas cicatrices. La reconciliación, el perdón y la tolerancia, unidos a la voluntad férrea de vivir en paz, serán los ejes transformadores del odio y el dolor, y la música entre otras manifestaciones artísticas, tiene el enorme poder de lograr una reflexión profunda acerca de ello. Conciertos con voces de niños y jóvenes, todos ganadores de premios nacionales por su excelencia artística, son los encargados de transmitir los mensajes, acompañados de las cuerdas típicas como el tiple, la guitarra y la bandola.

Reconocer talentos

Necesitamos reconocer a nuestros talentos, y a través de ellos, reconocer nuestra identidad y nuestra capacidad para transformar el mundo.

La compositora Luz Marina Posada, plasma en su bambuco “caminantes”, la dura realidad de quienes tienen que dejar su tierra, otro tema sobre el cual sensibilizarnos y reflexionar:

…Y día con día va creciendo el río
que no encuentra mares para refugiarse
el río de gente que va caminando
mientras se pregunta lo que nadie sabe
porque hoy nadie sabe de quién es la tierra
que ayer fue la suya, esa tierra madre
Si es de los fusiles o de las banderas
O de quien la sufra, la cuide y la labre…

Finalizo citando textualmente el final del artículo de Álvaro Restrepo:

“Un plan de gobierno para el posconflicto debe hablar de la reconstrucción de un ser humano integral para una Colombia renovada, culta, educada, creativa, innovadora y transformadora. Una Colombia sanada. O al menos —y eso ya es enorme— una Colombia en vías de sanación”.

* Periodista y especialista en Gerencia de la Comunicación. Gestora cultural.

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