
Juan Carlos Hurtado Fonseca
@Aurelianolatino
“Colombia sigue siendo el país más peligroso del mundo para los trabajadores y sindicalistas, con 34 asesinatos registrados en 2018, 10 intentos de homicidio y 172 casos de amenazas de muerte. De los 34 asesinatos, 10 eran miembros de la Federación Nacional Sindical Unitaria Agropecuaria (Fensuagro) y 13 eran docentes. La mayor parte de los crímenes siguen sin resolver, ya que el Gobierno sigue sin asignar los medios necesarios para efectuar una investigación oportuna y el procesamiento de los responsables. Al no otorgarles la protección adecuada, las vidas de los sindicalistas y sus familias continúan permanentemente amenazadas”, dice en uno de sus apartes el informe de la Confederación Sindical Internacional, intitulado Los peores países del mundo para los trabajadores, publicado el pasado 19 de junio.
El mismo día, el presidente de la República, Iván Duque, hacía una alocución ante la Organización Internacional del Trabajo, OIT, en Ginebra, Suiza, en la que expresó: “Hoy vengo, como Presidente de Colombia, para mostrarles nuestro compromiso, para ratificar que en Colombia queremos adoptar las mejores prácticas (de empleo); que nuestro Plan de Desarrollo, que se llama ‘Pacto por Colombia, Pacto por la Equidad’ entendamos que las condiciones laborales hacen parte de cerrar las brechas y de alcanzar un mejor estado de desarrollo”.
Entre otros temas, tocó las políticas de su gobierno acerca del empleo juvenil, la erradicación del trabajo infantil, la informalidad laboral, la protección a la vejez y el trabajo decente. Sobre este último anotó: “…es otro de los pilares sobre los cuales se ha cimentado el reporte” y manifestó que “es armónico con los mecanismos de evaluación de los objetivos de desarrollo sostenible, porque el trabajo decente es el que permite la dignificación permanente del capital humano y que también asegura que ninguna persona se sienta discriminada o tratada en condiciones de inferioridad”.
No obstante, no dijo nada acerca de la sistemática violación de derechos laborales y sindicales, y violaciones a los derechos humanos de los trabajadores y sindicalistas del ámbito estatal y privado, tema del que han habido muchas quejas ante organismos internacionales, como la misma Conferencia ante la que se dirigió.
País irreal
Para Diógenes Orjuela, presidente de la Central Unitaria de Trabajadores, CUT, la central sindical que más ha sufrido persecución y asesinatos, resultan paradójicas las palabras de Duque. “En vez de hacer una intervención sobre lo que ocurre en el mundo, sobre el mundo del trabajo, sobre los 100 años de la OIT, hizo un informe muy parroquial sobre lo que no le estaban preguntando, sobre cosas que está haciendo en su gobierno, que ademas son inexactas en relación con la libertad sindical, en relación con el cumplimiento de los compromisos internacionales que se ha negado sistemáticamente a cumplir, presentando ante la comunidad internacional un país que no es real, con un informe maquillado. En contraste, la CSI, que agrupa a mas de 200 millones de trabajadores, en sesión plenaria de la OIT presenta el informe de los 10 peores países del mundo en materia de derechos humanos, libertad sindical en donde Colombia ocupa el cuarto lugar”.
Deshonroso puesto
En el informe de la CSI se cita un ejemplo de asesinato a un líder sindical: “Tan solo en Colombia, 34 sindicalistas fueron asesinados en 2018, además de registrarse otros 10 intentos de asesinato y 172 casos de amenazas de muerte. El 4 de noviembre de 2018, Edilberto Niño Cristancho, dirigente sindical de Sintraimagra, que estaba liderando una campaña de organización en las empresas palmeras, fue encontrado gravemente herido y trasladado de inmediato al hospital. Poco después fallecería a consecuencia de sus heridas. Antes de morir, Edilberto alcanzó a declarar ante la policía lo ocurrido. Fue atacado por dos individuos no identificados, que le propinaron 18 puñaladas en un taxi, en la ciudad de Villavicencio, provincia de Meta. La situación en Colombia y Guatemala se ve agravada con la total inacción por parte de las autoridades a la hora de investigar y castigar esos crímenes”.
Pero no solo eso. El informe expresa que en Colombia hay asesinatos, violencia extrema, ataques antisindicales y despidos, por lo que lo ubica como el cuarto más peligroso en el mundo para el ejercicio de derechos laborales y sindicales, acompañado de Argelia, Bangladesh, Brasil, Guatemala, Kazajstán, Filipinas, Arabia Saudita, Turquía y Zimbabwe.
Para el dirigente sindical, el Presidente de la República lo que debe hacer es una agenda tripartita para hacer las reformas necesarias pedidas por la comunidad internacional, que mejoren las condiciones de vida de los trabajadores.
“Se deben hacer las reformas laborales necesarias para que haya plena libertad sindical, respeto por los derechos de los trabajadores, los derechos humanos y las normas fundamentales del trabajo. Colombia se salvó esta vez por condiciones concretas en las que hicimos el esfuerzo para que quedara Brasil (en la lista definitiva de la Comisión de Aplicación de Normas de la Conferencia Internacional del Trabajo sobre trabajo forzoso y trata de personas), por la gran situación en la que están, pero creo que en la 1098 conferencia la situación para el Gobierno va a ser más complicada”, comentó el Presidente de la CUT.