Mientras se habla de resultados positivos en varias pruebas de vacunas y Rusia dice que comenzará a vacunar a su población, en algunos países hay rebrotes y el director de la OMS expresa que quizás nunca haya una solución contra la pandemia
Juan Carlos Hurtado Fonseca
@Aurelianolatino
No es una exageración decir que en la actual crisis sanitaria la esperanza de la humanidad está en encontrar rápidamente una vacuna contra la covid-19. Y no es un error pensarlo porque hasta el pasado 4 de agosto el Centro de Ciencia e Ingeniería de Sistemas de la Universidad Johns Hopkins en Estados Unidos, reportaba 18.387.725 contagios en el mundo con 696.586 decesos. A su vez, el mismo día el Ministerio de Salud de Colombia informaba que 334.979 personas estaban enfermas con covid-19 y 11.315 habían fallecido.
Como si fuera poco, el 3 de agosto, el director de la Organización Mundial de la Salud, OMS, Tedros Adhanom Ghebreyesus, expresó que quizás nunca haya una “solución simple” contra la pandemia de covid-19, incluso con la carrera en curso para obtener una vacuna. “No hay solución y quizás nunca la haya”.
Algunas razones
Sobre las palabras de Adhanom Ghebreyesus, el médico cirujano, magister en Administración en Salud y doctor en Administración y Políticas de Salud, Román Vega, le dijo a VOZ que se explican en que hasta el momento no hay ni tratamiento ni vacunas, y que son temas científicos en lo que no se puede especular. “Creo que lo que dice la OMS es que a corto plazo no tenemos una respuesta. Aunque hay muchos procesos en distintos países para producir una vacuna”.
En ese sentido, el tema del tiempo en la producción de una vacuna también se ha cuestionado, pero por su rapidez, pues en su producción puede tardar años en el recorrido de sus cinco fases: Preclínica, que consiste en hacer pruebas en animales para ver si hay respuesta inmune. Fase 1, se le aplica a un pequeño grupo de voluntarios. Fase 2, se le suministra a cientos de personas de diferentes edades para conocer la eficacia y con cuyos datos se establecen las dosis y se comprueba si estimula el sistema inmunológico; proceso que puede durar años. Y fase 3, se les da a miles de pacientes en varios grupos para luego hacer comparaciones de las reacciones entre quienes la recibieron y a quienes se les aplicó un placebo. Es una etapa de crucial importancia porque en esta se identifican reacciones y se comprueba su efectividad. Este periodo puede durar años. Luego de que se ha probado su efectividad, tiene el aval de la OMS para su uso y aplicación con seguridad a cualquier persona.
En los meses de la crisis global se han desarrollado alrededor de 160 proyectos de diferentes empresas que buscan una vacuna, y tres se han destacado: la de Oxford y AstraZeneca, la del Instituto Nacional de Alergias y Enfermedades Infecciosas de Estados Unidos, y la de Casino Biologics en China.
Sobre el mismo tema, el doctor Vega anotó que hay intentos por hacer una vacuna, aunque no hay una que haya sido aceptada por la comunidad científica: “Toda producción en el campo de la medicina requiere de un espaldarazo de los distintos pares investigadores en el mundo, que permita reconocer su efectividad”.
Según entendidos, obtener una inmunización contra una enfermedad tarda entre dos y ocho años, y contra el nuevo coronavirus solo han tardado pocos meses en las fases que han adelantado, lo que ha suscitado incertidumbre sobre su efectividad. Es más, algunas como la del dengue, que había sido efectiva en muchas partes, sufrió un revés en Filipinas en 2017, pues algunos de quienes la recibieron sufrieron la enfermedad de forma más severa.
La vacuna rusa
Por lo anterior, fue sorpresiva la declaración del ministro de Salud de Rusia, Mijail Murashko, cuando el pasado primero de agosto anunció al mundo que iniciarían una vacunación masiva en su país desde el mes de octubre, y que la vacuna, desarrollada por el Instituto de Epidemiología y Microbiología Gamalei sería gratis para sus connacionales, además, que los gastos adicionales serían cubiertos por el Estado.
No obstante, en el contexto de esta carrera los cuestionamientos no se hicieron esperar porque el Kremlin no ha publicado datos científicos sobre las pruebas realizadas, ni los detalles sobre las fases del proceso a cumplir.
Desde Estados Unidos, Anthony Fauci, el principal experto en enfermedades infecciosas de ese país cuestionó si los métodos utilizados en Rusia y China para probar las vacunas fueron correctos, justo por la rapidez con que se completaron: “Nosotros también podríamos tener una vacuna mañana. No sería segura o efectiva, pero podríamos tener una vacuna mañana”, expresó.
Por su parte, el director de la OMS dijo: “Varias vacunas se encuentran ahora en ensayos clínicos de fase tres, y todos esperamos tener varias efectivas que puedan ayudar a prevenir la infección de las personas. Sin embargo, no hay una solución inmediata en este momento y puede que nunca la haya”.
En defensa de la vacuna, el ministro de Defensa ruso, Ruslan Tsalikov, había expresado en junio: “En el momento del alta, todos los voluntarios sin excepción que recibieron inmunidad al coronavirus se sintieron bien. Por lo tanto, la primera vacuna doméstica contra la nueva infección por coronavirus está lista”.
Según la BBC, el funcionario indicó entonces que la producción masiva de la vacuna estaba programada para comenzar en agosto, cuando esperaban recibir la aprobación final.
Con pocos detalles o pormenores, el Ministerio de Defensa -entidad que trabajó junto con el Instituto Gamalei-, había hecho énfasis en que los resultados de la prueba mostraban inequívocamente el desarrollo de “una respuesta inmune en todos los voluntarios, sin efectos secundarios, complicaciones o reacciones no deseadas”.

La esperanza
Por otra parte, y mientras continúa la carrera por la vacuna, hay países que no han llegado al pico de la curva de contagios, aunque paulatinamente regresan a su vida productiva. A la vez, la OMS advierte que los infectados se han multiplicado por cinco en los últimos tres meses, y que a falta de vacuna hay que seguir buscando el control de los contagios con múltiples medidas que incluyen el rastreo de casos y contactos.
Disposiciones que deben incrementarse, más cuando en países de Europa se habla de rebrotes que de no ser controlados podrían convertirse en una segunda ola de contagios, pues España ya reportó 680 focos con más de 7.900 personas contaminadas con el coronavirus desde junio.
En Colombia, ante la falta de una renta básica y de una nueva cuarentena estricta como lo recomendó la comunidad médica y científica, millones de personas han tenido que salir al rebusque sin las suficientes medidas de protección, lo que ha provocado el crecimiento de la pandemia con las conocidas consecuencias.
“Tenemos un crecimiento progresivo y puede que en los meses de octubre y noviembre tengamos más del doble de infectados y muertos de los que hay, lo que sería una tragedia. Pero todo es el resultado de que el Gobierno Duque haya puesto los intereses de los empresarios por encima de la salud de los colombianos”, concluyó el doctor Román Vega.
Y en ese sálvese quien pueda al que el Gobierno nacional ha empujado a la sociedad, la vacuna se convierte en la única esperanza, en una luz al final de un largo túnel.
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