Una personería jurídica en pro del pueblo y la revolución

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Foto archivo

No es una dádiva del Establecimiento. Ni un show de prestidigitación del Consejo Nacional Electoral (CNE). Si bien es cierto que el Partido Comunista Colombiano venía exigiendo el restablecimiento de sus merecidos derechos políticos, esta restitución de sus derechos no corresponde a una decisión democrática. No.

El PCC ha participado de la lucha electoral desde 1933 cuando presentamos listas a los concejos municipales, conquistando escaños en Medellín, Bogotá y Viotá. En 1934 lanzamos al primer candidato indígena a la presidencia, Eutiquio Timoté. En esa época el sistema electoral no exigía personería jurídica para participar en los procesos electorales.

A mediados del siglo XX la situación cambió. La élite bipartidista se valió de la violencia para suspender las libertades civiles, y en el marco de la dictadura de Rojas Pinilla, se ilegalizó el comunismo en Colombia. En 1958 la dictadura terminó, pero fue reemplazada por una hegemonía donde solo liberales y conservadores podían detentar del poder.

Por eso, aunque el Partido Comunista retornó a la legalidad, hasta 1974 no pudo participar a título propio en las elecciones. En ese momento comenzó el desmonte del Frente Nacional, y los comunistas logramos representación en el Congreso y los concejos municipales. Además, promovimos movimientos de coalición como la UNO y la UP, que también lograron importantes victorias electorales.

Sin embargo, a mediados de la década de 1980 se comenzó a modificar el sistema. Apareció la exigencia de la personería jurídica, la cual, tras las reformas que impuso la constitución de 1991, convirtió a los partidos políticos en entes electorales, los cuales debían asegurar su existencia cumpliendo un umbral mínimo de votos. El Partido Comunista logró la personería en 1986, en el marco del Acuerdo de La Uribe, mediante una recolección de firmas que justificó esa personería.

La medida se fundamenta en restricciones excluyentes, que responden a un proceso de condicionalidad de la democracia para eliminar la oposición, vía “legalidad” o con la violencia paraestatal. En 1998 los comunistas afrontábamos algo más de una década de agresiones criminales, que agotaron la vida de dirigentes y de numerosos militantes de base.

El restablecimiento de la personería es producto de varias acciones, como la petición presentada en el 2015 a la mesa de negociación de La Habana, en la cual en sus principales puntos políticos se referían a la reparación política, entre ellos se mencionaba la forma injusta en que se había suspendido la Personería jurídica del partido.

También el partido planteó ante la Unidad de Víctimas, una serie de reclamaciones, -a pesar de nuestra crítica y denuncia sobre la ley 1448- fundamentadas en la reparación política. La decisión de continuar haciendo la gestión condujo a que la Unidad de Víctimas reconociera las condiciones de victimización colectiva del partido.

Además, presentamos en el 2020 el informe al Sistema Integral de Verdad, Justicia, Reparación y Garantías de no repetición (Banderas Rojas en Vuelo Libertario), el documento profundiza las denuncias de 1.200 asesinados, dentro de los periodos contemplados por el sistema, hasta el muy reciente asesinato del compañero Guillermo Rivera Fúquene.

Este año la Jurisdicción Especial para la Paz reconoció el derecho del partido a presentar alegatos sobre la victimización de sus militantes y la persecución política, en el marco del caso 06 atribuido genéricamente a la Unión Patriótica y en donde se están elaborando informes y denuncias sobre la persecución, victimización y genocidio de varias organizaciones políticas y sociales.

Estos elementos fueron agregados y presentados con ocasión de la decisión de la Corte Constitucional sobre el caso del Nuevo Liberalismo, y conectando el asunto aportado por el Consejo de Estado en relación con la Unión Patriótica.

El Consejo Nacional Electoral ha tenido que aceptar en el curso del Litigio Estratégico, los argumentos y las razones para restablecer al Partido Comunista sus derechos y sus garantías. Es un hecho político importante, nuestra personería debe utilizarse para fortalecer la unidad, la convergencia y el proceso del Pacto Histórico.

Nosotros aprendimos de la enseñanza leninista y de la escuela de Gilberto Vieira y Álvaro Vázquez, que no debemos actuar ingenuamente, debemos asumir las responsabilidades políticas del momento, nos corresponde actuar y aprovechar el más mínimo resquicio democrático para avanzar en la construcción de un país realmente democrático y con plena soberanía y gestor racional de la naturaleza.

La restitución de la personería jurídica se da en medio de la campaña electoral del 2022 y del impulso al Pacto Histórico como un instrumento de coalición y de unidad de los sectores políticos y sociales que buscan el cambio democrático que exige el pueblo y la inclusión social y el desarrollo que el país necesita. ¡Ofrendamos esta personería a los que dieron su vida por la causa comunista! Y también en apoyo a las candidaturas de Aída Avella, Gabriel Becerra y del poeta Fernando Rendón. La acción decidida y unitaria garantizan la victoria de estas candidaturas.