viernes, abril 19, 2024
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Una JUCO para los nuevos tiempos

Kevin Siza Iglesias, secretario general de la Juventud Comunista Colombiana, JUCO, habla sobre los retos de la organización política juvenil en el actual contexto del país

Redacción Política

– El XVII Congreso de la Juventud Comunista se realizó en un momento particular en la historia política contemporánea del país, ¿cómo lo caracteriza?

– Se desarrolló al final de un periodo caracterizado por el agotamiento del modelo neoliberal, la profundización de los rasgos autoritarios del régimen político y la persistencia de la guerra, en un contexto de ascenso de las luchas juveniles y populares en Colombia que iniciaron con el exitoso Paro Nacional de estudiantes de 2018, donde la organización tuvo un papel determinante, y que tuvo un punto de inflexión en términos de movilización en noviembre del 2019, para llegar a su punto más álgido en la rebelión social y popular del año 2021, cuya principal potencia fue haber abierto las puertas a la emergencia de nuevas formas de resistencia y organización popular.

– ¿En el Congreso caracterizaron esas nuevas formas de resistencia?

– Son nuevas subjetividades rebeldes que han sido ampliamente analizadas y caracterizadas por el Congreso, con el ánimo de actualizar nuestros modos de comprensión del movimiento juvenil y nuestra acción política e iniciativas en todas sus dinámicas y sectores.

Estas condiciones fueron especialmente relevantes para el triunfo electoral de los sectores democráticos, progresistas y las izquierdas agrupadas en el Pacto Histórico que posibilitan una nueva situación política a partir de la instalación de un gobierno democrático de coalición liderado por Gustavo Petro. En este se abren grandes campos de posibilidades para la materialización de reformas sociales orientadas a recuperar derechos conculcados por el proyecto neoliberal. También para desvertebrar las columnas en que este se sustenta y construir la paz integral con justicia social por la que hemos luchado durante décadas, articulado a una perspectiva estratégica de construcción de poder popular y del socialismo.

Un horizonte estratégico

– ¿Cómo la JUCO ve el campo popular?

– Su signo característico, luego de la rebelión social y popular de 2021 y del triunfo electoral del 2022, ha sido la dispersión y la ausencia de iniciativas unitarias que le permitan un mayor nivel de protagonismo a sus organizaciones y procesos en la dinámica política nacional; sobre todo en la tarea de impulsar su propia agenda de movilización política, en medio del reconocimiento de su autonomía y la necesidad de un genuino diálogo con el Gobierno y la institucionalidad, en la perspectiva de consolidar un proyecto hegemónico que ubique como su horizonte estratégico el impulso de un nuevo poder en la sociedad y el Estado, el poder popular, nutrido de la tradición revolucionaria que ha construido nuestro pueblo junto a las y los comunistas, reivindicando la vigencia y necesidad del socialismo.

– Y en ese contexto, ¿el movimiento juvenil?

– No es ajeno, pues luego de haber sido el principal protagonista de las importantes movilizaciones populares del periodo, su actual etapa está ligada a la inexistencia de escenarios de unidad y coordinación política autónoma en clave de movimiento, siendo cada vez más evidente una tendencia a su corporativización e institucionalización en el marco de las lógicas envolventes creadas con la puesta en marcha de los mecanismos propios del Subsistema de Participación de Juventud, creados en el marco de la Ley 1622 del 2013.

Retos y tareas

– Entonces, ¿qué hay que hacer?

– Hay que desarrollar una política de unidad en el movimiento juvenil que, reconociendo su autonomía y la necesidad de participar en las instancias creadas por aquella para transformarlas y hacerlas decisorias, pueda cohesionarlo a todos los niveles territoriales, en torno a su propia agenda de reivindicaciones, sus iniciativas y la construcción de instrumentos organizativos unitarios, que puedan dirigir el desarrollo de las tareas que exige la actual del etapa del movimiento juvenil colombiano.

Estás están relacionadas con la construcción de una política pública de juventud que supere la impuesta en el CONPES 4040, la reforma estructural de la Ley 1622 de 2013, la construcción de una reforma integral al modelo de educación superior, el fortalecimiento del enfoque generacional de las reformas laboral y agraria, así como la reconstrucción del movimiento juvenil por la paz.

– Y cómo llega la JUCO para enfrentar esos retos?

– La actualización de la JUCO como organización revolucionaria pasa por ligarse y estrechar cada vez más sus vínculos con el movimiento juvenil colombiano, articulando la perspectiva de clase, propia de la tradición revolucionaria del marxismo – leninismo y las luchas identitarias, como las del movimiento feminista, LGBTIQ, antirracista, ambientalistas, pro canábicos y contraculturales, entre otros, que asumen una mayor relevancia.

El gran reto consiste en hacer de la JUCO una organización cada vez más fuerte, por su claridad y firmeza política en el movimiento juvenil, pero también por su cercanía a las preocupaciones y problemas cotidianos de las y los jóvenes.

Hay que tener una gran iniciativa que pueda incorporar en su discursividad y sobre todo, en su praxis política, los más amplios y diversos temas que interesan al movimiento real, en el marco de nuestra perspectiva revolucionaria de clase, haciendo de la organización un escenario atractivo y a la altura de las necesidades de las luchas juveniles durante la presente etapa, ganando mayor en autoridad con su constancia, consecuencia y ejemplo.

Jóvenes del Pacto

– ¿Cuál es la posición ante el Gobierno de Gustavo Petro?

– El Congreso de la JUCO reconoció la necesidad de rodear los esfuerzos del Gobierno nacional en torno a la política de Paz Total, cuyo curso exige la reconstrucción del movimiento juvenil por la paz. La persistencia del conflicto político y armado exige de las y los jóvenes comunistas asumir con claridad una posición política, que reconoce la legitimidad y la validez del ejercicio del derecho de los pueblos a la rebelión armada, pero a su vez ubica el fin de su ciclo y las imposibilidades de su triunfo estratégico en las actuales circunstancias políticas.

– ¿Qué otras tareas políticas se plantearon?

– Vamos a ser partícipes de la construcción del Pacto Histórico Juvenil, en lo territorial y en lo nacional, a partir de un proceso que logre cohesionar a las distintas fuerzas políticas y sus procesos juveniles, para darle más relevancia en la agenda legislativa a lo juvenil; desarrollar iniciativas de masas unitarias que potencien el papel político del Pacto y desarrollar tareas propias como la construcción de una agenda de movilización política que viabilice las apuestas del movimiento juvenil colombiano.

La perspectiva

– ¿Qué significado tiene la consigna que usaron en el Congreso de la JUCO, “Poder popular, paz y socialismo: Un cambio del tamaño de nuestras luchas”?

– Llama a las y los jóvenes comunistas del país a profundizar en el debate sobre la necesidad de darle un horizonte de sentido al proceso de cambios que transita Colombia, con contenido político e ideológico articulador de la perspectiva de clase y las luchas identitarias.

Lleva aparejada la necesidad de aportar a la construcción de poder popular en clave unitaria, para materializar el programa del Pacto Histórico y empujar su profundización; la concreción de la paz integral por medio de la solución política y negociada al conflicto social, político y armado en el que sigue inmerso el país; articulada a una perspectiva estratégica revolucionaria que reafirme el socialismo como proyecto vigente y necesario para Colombia.

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