Una convocatoria y dos encuentros

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Encuentro social en la Universidad Nacional. Foto Laura Sophia Martínez.

Nixon Padilla Rodríguez
@nixonpadilla

Los eventos sucedidos alrededor del II Encuentro Nacional Sindical, Social, Popular y Étnico que terminó con dos reuniones distintas, deben llamarnos la atención en varios sentidos.

En primer lugar, las direcciones institucionalizadas del movimiento sindical aún no comprenden que su representación es insuficiente ante la emergencia de agendas y sectores que exigen espacios que no sean meramente formales, y comprenden menos que los sectores políticos que tienen la hegemonía en dichas direcciones no pueden simplemente hacer ejercicio de sus mayorías para imponer su punto de vista sobre el proceso del paro.

La fotografía de la mesa que pretendía presidir el encuentro en el Teatro Jorge Eliécer Gaitán reflejó la representación simbólica de la exclusión. La gente que salió a la movilización, al cacerolazo, a los actos performativos, a la pelea callejera, las mujeres, los jóvenes, sectores sociales Lgbti, y un largo etcétera, estaban por fuera de dicha imagen.

Los métodos para discutir, deliberar, representar, simbolizar, movilizar y decidir deben también ser repensados, pues entre más se refleje el estado de ánimo de la gente en movilización, más legitimidad podrá tener el proceso de conducción y orientación. Los hacedores reales del paro deben estar representados en la dirección e interlocución, del mismo.

No se trata de sacar a las direcciones sindicales de la conducción del paro, pues sería torpe pretender excluir a quienes aportan un componente orgánico indispensable para la orientación y el logro de los objetivos del paro. De lo que se trata es de dar un tratamiento de reconocimiento, representación y de participación efectiva a quienes han jugado un papel vital en este proceso de movilización.

De otra parte, no todos aquellos que dicen ostentar la vocería de los sectores excluidos tienen algún grado de representación. Ya conocemos las viejas prácticas de entorpecer, bloquear y dividir cualquier proceso unitario con discursos pseudo radicales, que a la postre esconden intereses infiltrados contrarios al paro. Garantizar la amplitud de la conducción del movimiento, minimiza el rango de acción de estos malsanos intereses.

Un elemento que orbitó negativamente en la realización del evento es la prevención alrededor de las posibles candidaturas presidenciales que desde la izquierda se van abriendo camino y la posible utilización del paro para su beneficio particular. Es necesario establecer un método y reglas de juego para que, sin pretender la apoliticidad de la movilización, la disputa por la orientación del movimiento no esté en función de las campañas presidenciales.

Sin intentar posar de ingenuo, es necesario afirmar que hoy el centro de nuestra atención debe estar en la movilización y no en las elecciones, sabiendo de antemano que no es posible separarlas de manera mecánica.

Lo central es garantizar un pliego único para la negociación, una interlocución legítima con el Gobierno nacional y un plan de acción y movilización unificado.  Todos los esfuerzos de vincular a la diversidad de expresiones e intereses populares y ciudadanos que se encuentran hoy en movilización deben girar alrededor de estos propósitos.

Adenda: La Coalición Internacional de Sitios de Conciencia, con más de 275 miembros en 65 países, agrupa a decenas de lugares que construyen memoria en el mundo. Esta organización ha decidido suspender la membresía del Centro Nacional de Memoria Histórica. La razón de esta decisión es la falta de compromiso por parte del CNMH y su director, Darío Acevedo, con el reconocimiento del conflicto armado y sus víctimas. Otra metida de pata del extremismo uribista.