martes, abril 16, 2024
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Un esperanzador apretón de manos

Lo más complicado del acuerdo fue debatir cuál sería el esquema de justicia más apropiado para el proceso, asegura Diego Martínez, secretario general del Comité Permanente de Derechos Humanos e integrante de la subcomisión jurídica para la mesa de conversaciones.

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Carolina Tejada

Diego Martínez es un reconocido abogado defensor de derechos humanos en Colombia. Es el secretario general del Comité Permanente de Derechos Humanos, CPDH, organización que a inicios de este año fue nombrada como consultora de la Organización de las Naciones Unidas, ONU, en Colombia.

Martínez hace parte de la subcomisión jurídica para la mesa de conversaciones de La Habana, junto al dirigente político conservador Álvaro Leyva. VOZ dialogó con él momentos antes de que abordara un vuelo de Cartagena a Bogotá, pues el avión de la Fuerza Aérea que los traería de regreso de Cuba a Bogotá tuvo que desviarse, según les informaron, producto de una tormenta.

El abogado contó que aunque la subcomisión logró un aporte muy importante y cuidadoso, al mismo tiempo fue difícil. Resaltó que lo más complicado del acuerdo fue debatir cuál sería el esquema de justicia más apropiado para el proceso: “Si sería un esquema de justicia retributiva, de justicia transicional de sometimiento o un esquema de justicia restaurativo, es decir, que base su desarrollo en temas como la reconstrucción social, el encuentro de una sociedad olvidada, para el reencuentro nacional. Este fue el debate más crucial”.

Este importante acontecimiento de la firma de un acuerdo sobre justicia y el apretón de manos entre el máximo Jefe de las FARC-EP, Timoleón Jiménez y el presidente de Colombia Juan Manuel Santos, marcan sin lugar a dudas una nueva etapa para la historia de Colombia. Martínez quien estuvo presente acompañando la firma del mismo menciona: “Hay que destacar el profundo esfuerzo de Raúl Castro y el Gobierno cubano por permitir este estrechón de manos, que significa nada más y nada menos la posibilidad de terminar largas épocas de guerra. Pero también nos preguntábamos, por qué no se hizo antes, por qué nunca antes fue posible un estrechón de manos”.

También comentó que hay un mensaje que el país debe tener muy presente después de este importante acuerd: “La posibilidad de terminar en menos de sesenta días un conflicto de más de más de cincuenta años”.

Finalmente comentó que para los sectores sociales también se abre una posibilidad muy relevante que hay que resaltar dentro del acuerdo. “El movimiento social va a tener grandes posibilidades y oportunidades, ya que el componente de justicia llama a varias reflexiones. Por ejemplo, el no criminalizar la protesta social y la posibilidad de extinguir la investigación y la acción penal de personas que han sido judicializadas de manera injusta y desproporcionada”.

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