jueves, marzo 28, 2024
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Un dirigente para exaltar

Germán Bernardo Aucu Escobar ha sido consecuente con sus actos, ha resistido el poder de la empresa, ha sabido guiar y explicar el conflicto a sus compañeros y organizaciones amigas, pero sobre todo entiende perfectamente el significado de la palabra solidaridad

Trabajadores de Falcón Farms en Cajibío (Cauca)
Trabajadores de Falcón Farms en Cajibío (Cauca)

Martha Vargas
Derechos Humanos-ONOF

Aunque su vida sindical es de escasos dos años, el ejemplo que el compañero Germán Bernardo Aucu Escobar les ha dado a todos los trabajadores y comunidad en general de Cajibío es de destacar. Presidente de la subdirectiva ONOF-Cauca, tiene claro qué es Falcón Farms en Cajibío, en Colombia y a nivel internacional. Una multinacional que tiene fincas en Ecuador, México y Colombia, donde cuenta con más de 2.600 trabajadores en Antioquia, Cundinamarca y Cauca, este último con 300 trabajadores en el punto de Cajibío, de los cuales hoy hacen resistencia aproximadamente 80 trabajadores.

Germán no tenía la mirada del resto de los trabajadores, era ya inquieto y se daba cuenta cómo otras empresas ya habían estado en su municipio explotando la fuerza de trabajo y se habían ido sin reconocerles a los trabajadores los derechos laborales contemplados en el Código Sustantivo del Trabajo.

Desde hace seis años Germán observaba que la empresa venía haciendo una serie de incumplimientos frente a temas como: salarios, salud, primas, dotaciones, subsidios familiares y subsidio de transporte; consecuencia de esto se inició un trabajo clandestino por parte de Germán junto con otros trabajadores para prepararse en función de la creación de la organización y en donde el compañero Húbert Ballesteros, vicepresidente de Fensuagro (hoy preso político, detenido por el establecimiento injustamente), jugó un papel importante en la creación de la subdirectiva de la ONOF-Cajibío (Cauca), el 27 de noviembre de 2011 con 54 personas.

Una dura prueba

De ahí en adelante el trabajo de Germán sería el de mantener la organización. La reacción de la empresa por la creación del sindicato fue de una arremetida total.

Para la empresa, que los trabajadores se hubieran organizado resultó un delito, e inició una persecución y violación sindical abierta a través de los mandos medios de la empresa, quienes desprestigiaban al sindicato cada día e invitaban a los trabajadores a desafiliarse.

En este camino el compañero Germán tuvo que pasar otra prueba. La empresa empezó a sancionar a los trabajadores, un primer grupo con ocho días de sanción y un segundo grupo con 45 días de sanción.

Germán pensaba que hasta ahí llegaría la organización. Pese a eso cumplieron su sanción. Cuál sería su sorpresa: al grupo que sancionaron por ocho días le tenían una nueva sanción por 45 días y a los que entraban de los 45 les tenían ahora una por 60 días. Se fueron nuevamente. En el camino algunos declinaron. Germán, mientras tanto, se ponía al frente dando a conocer, ante el Ministerio, todas las irregularidades que la empresa estaba cometiendo.

Sin mayor experiencia y con ayuda de organizaciones como la CUT en el Cauca, Germán ya se sentaba con los representantes legales de la empresa y la inspectora del trabajo, exigiendo la visita de inspección a la plantación, presentando derechos de petición, presentando derechos de tutela y cartas dirigidas al Ministerio y a la Territorial en Cundinamarca.

Revisión tramposa

Germán recuerda cómo en una oportunidad la empresa les trajo desde Antioquia un viaje de esqueje contaminado con roya blanca con el propósito de hacer revisar fitosanitariamente la empresa por el ICA (Instituto Colombiano Agropecuario), que efectivamente dio la orden de cerrarla. Para Germán esta ha sido una de las estocadas finales.

Cuando la empresa se sentó por fin a negociar el pliego de peticiones, la organización y Germán veían una luz. Sin embargo, entendió otra vez que no era tan fácil porque los más de 60 puntos planteados, muchos de ellos ya existentes en el pacto colectivo de la empresa, también los negaron. El único punto reconocido fue el de ser una organización sindical.

Mientras tanto Germán escuchaba las dolencias de todos los trabajadores; que ya no les fiaban en las tiendas, que estaban aguantando hambre, que les estaban pidiendo las casas por falta de pago, a quienes estaban pagando préstamos se los enviaron a cobro jurídico y, en fin, todas las inquietudes posibles. Siempre estaba enterado.

Pero la última decisión que les llegó a los trabajadores es acerca de la carta que radicó la empresa al Ministerio del Trabajo solicitando el despido de la totalidad de los trabajadores en Cajibío. De esto ya han pasado seis meses y aún no se pronuncian las autoridades competentes.

El único interés que busca Germán es hacer respetar el derecho al trabajo en su municipio y ahora también en su región. Este extraordinario líder que ha sido consecuente con sus actos, ha resistido el poder de la empresa, ha sabido guiar y explicar el conflicto a sus compañeros y organizaciones amigas, pero sobre todo entiende perfectamente el significado de la palabra solidaridad, lo que le permite ser hoy un dirigente reconocido no solo en Cajibío sino en el sector de la floricultura donde la ONOF tiene presencia y puede llevar el mensaje de organización.

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