Enrique Peñalosa en el ejercicio de sus dos períodos de alcalde, ha demostrado que gobierna de acuerdo con los intereses de los sectores políticos y económicos que financiaron y promovieron sus alcaldías. Sus planes y acciones se desarrollan en contra de los intereses y deseos de la mayoría del pueblo bogotano. A continuación se identificará a la política peñalosista de arrasar con el medio ambiente, concretamente en extender el cemento por toda la ciudad eliminando los bosques y zonas verdes que oxigenan la urbe y mejoran el medio ambiente y la calidad del aire que respiramos. El alcalde no tiene en cuenta que Medellín y Bogotá son las ciudades con el aire más contaminado del país.
En toda la ciudad encontramos los vestigios de la acción depredadora y arboricida de la actual administración. En los primeros días del año se eliminaron 29 árboles del parque El Virrey; ya se sabe que se ha planeado la tala parcial de más de cien árboles del parque El Japón, del barrio La Cabrera, el pretexto es construir canchas sintéticas. En realidad lo que sucede es que el sector económico que está detrás del alcalde Peñalosa, tiene como objetivo prioritario la cementación de las áreas verdes.
Su acción depredadora tiene en la mira la urbanización del bosque del norte y la construcción de vías, aunque haya que alterar, en algunos casos arrasar, la vegetación y los bosques que han sobrevivido a la acción irracional de las políticas contra el medio ambiente.
Este propósito implica, eliminar la Reserva Van Der Hammen, para ello se propone ampliar los terrenos urbanizables del cinturón norte de la ciudad. Eso explica el rechazo que la administración de la ciudad hiciera del obsequio ciudadano de 2.339 árboles para ser plantados en la reserva.
Es grave la decisión del alcalde, la cual significa alterar negativamente el gran pulmón oxigenador y purificador del aire citadino. ¿Qué representa la Reserva Van der Hammen? Enrique Peñalosa ni siquiera ha valorado la caracterización que hiciera una misión de expertos en el año 2000: “El extremo norte del Distrito Capital, anotan los expertos, constituye un área importante y única del patrimonio ecológico histórico y cultural. El ecosistema Torca-Conejera, contiene características geológicas, climáticas, edafológicas, de vegetación y fauna que no existen en el resto del territorio del Distrito y que son muy escasas en el resto de la Sabana”.
La alcaldía ni siquiera tiene en cuenta el llamado de atención de la ONU: “Colombia es uno de los 11 países con mayor pérdida de superficie forestal en los últimos 25 años”. Ni tampoco le ha interesado la alerta amarilla reciente por los peligrosos niveles de contaminación del aire bogotano.
Frente de esta deforestación peñalosista, Petro propone convertir la Van Der Hammen “en el bosque urbano más grande del mundo”.