En septiembre se estrenará en salas de cine la primera película hablada en muisca. La obra relata la historia del cacique Tundama, héroe de los pueblos originarios que dirigió la resistencia a la conquista española. VOZ dialogó con Edison y Diego Yaya, productores y directores de la cinta
Óscar Sotelo Ortiz
@oscarsopos
En 1994 desapareció la clase de historia en el plan de formación de estudios básicos para unirse a la asignatura de Ciencias Sociales. Fueron casi 35 años, donde múltiples generaciones no pudieron conocer a profundidad los principales acontecimientos históricos que se han dado en el país.
Si bien una reciente Ley de la República establece la obligatoriedad del retorno de la asignatura en todas las aulas de los colegios, el desconocimiento de la historia en las nuevas generaciones es una realidad.
Esta ausencia se contrasta con el crecimiento exponencial que desde la década de los años noventa se tiene en el consumo de productos culturales audiovisuales que proporcionan la televisión y el cine, muchos de ellos extranjeros, posicionando relatos e historias que han sido fundamentales en la construcción reciente de la sociedad.
A lo anterior se debe agregar una realidad que agudiza la problemática. El olvido casi que general de la historia de nuestros pueblos originarios es una verdadera anomalía que como nación tenemos que afrontar. Es por ello que se viene posicionando en la agenda cultural el estreno de la película colombiana Tundama (2020), producción cinematográfica que recrea la resistencia del cacique y del pueblo muisca a la invasión española en el siglo XVI.
La primera película colombiana hablada en lengua muisca y animada en 3D es producida y dirigida por Edison y Diego Yaya, dos hermanos boyacenses que decidieron cumplir el sueño de hacer una película que resignifique la historia y cultura de los pueblos originarios. VOZ dialogó con ellos sobre la cinta.
¿Quiénes son Diego y Edison Yaya? ¿De dónde viene el amor por el cine?
Diego Yaya: Somos diseñadores gráficos, apasionados por los audiovisuales. Desde el inicio de nuestras carreras siempre nos gustó muchísimo todo lo que tenía que ver con el video, pero sobre todo con la animación. Personalmente también tengo mucho gusto por la música y por la tecnología. Entonces, siempre he tratado de complementar todas estas pasiones para poder crear cine.
Edison Yaya: Siempre me gustó el dibujo. Desde niño quise plasmar todo lo que pasaba a mi alrededor a partir de las caricaturas. Al entrar a la universidad, empecé a enamorarme de la novela gráfica y arranqué a narrar algunas historias que conocía de los pueblos originarios. Esas historias eran ficticias totalmente, pero ya se veía un interés por la creación audiovisual y la pasión por contar historias ancestrales.
¿Qué los motivó para hacer una película animada como la que ustedes están presentando?
EY: El hecho de tener tanto superhéroe y tanta historia foránea, nos hizo pensar en que aquí hay muchas historias interesantes que pueden ser contadas con un lenguaje universal para que se pueda ver en cualquier parte del mundo.
Tomamos como referencia un trabajo de Diego, el cortometraje El último Zaque (2009) y decidimos continuar por esa misma línea, pero tuvieron que pasar casi cuatro años para poder hacer la película, ya que no contábamos con la tecnología. Mientras tanto, estábamos haciendo escuela con cortometrajes y produciendo mensajes publicitarios animados.
En el 2013 hicimos un mediometraje animado de 45 minutos y ahí aprendimos muchas cosas, como organizar una producción grande que nos enriquecieron mucho y fueron fundamentales para hacer Tundama como largometraje.
La película
¿Cuál fue el camino financiero que Tundama tuvo que recorrer para pasar de ser un sueño a ser una realidad?
EY: Desde un principio, nosotros estuvimos empeñados en hacer la película. Hicimos un Teaser para que la gente que no está en el medio conociera la idea. Salimos a conseguir recursos, primero con las instituciones públicas (gobernaciones, alcaldías), luego con empresa privada, pero en realidad no se logró concretar nada.
Decidimos entonces hacer la película a como dé lugar, sin importar que no existiera dinero. Cancelamos toda la gestión financiera y nos encerrarnos en el estudio, porque en ese momento decíamos: “si no la hacemos nosotros, no va a pasar nunca. Si nos quemamos buscando financiación, pueden pasar cinco años y no la vamos hacer”. Para financiarla fue muy difícil, porque toda la ganancia que producíamos en nuestros comerciales la reinvertíamos en la película.
¿Cuál es el balance de ese hacer cine de animación en Colombia?
DY: Yo creo que es algo muy complejo por todas las limitaciones técnicas y económicas que tenemos en el país. De hecho, a nosotros nos funcionó el hecho de buscar la forma de bajar los costos con programas de software libre. Sin embargo, en el proceso nos dimos cuenta que hay mucho talento, mucha gente que se dedica hoy en día al 3D. En Colombia hay muchas producciones cortas que son muy buenas y esto irá creciendo. De alguna forma, Tundama demuestra que sí se pueden hacer las cosas para los nuevos talentos que quieran elaborar producciones grandes de animación.
La historia
¿Por qué hacer una película sobre esta historia desconocida de la resistencia muisca?
EY: Se nos enseñó una versión de la historia ofensiva y cruel con los pueblos originarios. Ese fue uno de los motivos en contar una historia local, de un héroe que no conocemos. Es importante contarles a las nuevas generaciones que hay personajes importantes en la historia de los pueblos originarios, cuyo relato no fue narrado con la misma veracidad con la que nos cuentan el paso de los europeos y sus aventuras por América.
Aparte de entretener, nosotros estamos dejando un mensaje de reflexión porque la película no es solo batallas, sino también tiene un propósito de mostrar la cultura, la conexión con la naturaleza y exponer la magnitud de la organización sociopolítica del pueblo muisca.
Hay que destacar que en los pueblos originarios existían conflictos, pues no eran perfectos ni divinos, y eso intentamos retratarlo en la película. También resaltamos como nuestros antepasados enfrentaron las dificultades de una manera heroica. Creemos que eso hay que contárselo al mundo.
¿Podríamos identificar a la película como una ficción histórica?
DY: La película no es un documental, porque desde el inicio en que decidimos hacer animación, alteramos muchas cosas. Lo que hicimos fue hacer varios estudios sobre la historia, basarnos lo más cercano posible, pero también creamos una historia alterna que es ficción para darle un toque llamativo. La pieza es una invitación a las nuevas generaciones para que se interesen por el tema cultural y puedan aumentar su capacidad investigativa, que se interesen por buscar quien fue Tundama y que ellos mismos saquen sus conclusiones. La animación se presta muchísimo para eso, para llamar la atención.
¿Por qué se interesaron en esta historia particular del cacique Tundama?
EY: En Colombia tenemos un problema y es pensar que todo lo de afuera es mejor. Algún día pensábamos en ponernos en la tarea de tratar de cambiar en algunos niños ese pensamiento y decidimos que un héroe nativo, que tuvo tremenda valentía y gallardía no solo merecía, sino que necesitaba salir al mundo y tener un homenaje.
Queremos que las nuevas generaciones, sobre todo las personas pequeñas, acojan a este cacique muisca como su héroe. Si de aquí a mañana, un niño se disfraza un 31 de octubre como Tundama y no de Supermán, estará hecha la tarea. Por supuesto, sin animo de ir en contra de los superhéroes porque son mundos fantásticos, es ficción que la gente disfruta y está bien, pero desde nuestra perspectiva es fundamental rescatar a nuestros propios héroes y heroínas.
DY: En alguna oportunidad fuimos a escuelas donde no tienen acceso al cine y les mostramos la película a los niños, y fue maravilloso ver como ellos acogían como propio a ese héroe que venían en la pantalla y que era Tundama. Fue muy bonito hacer ese ejercicio.
Es muy atractivo que la mayoría de diálogos sean en lenguaje muisca. ¿Cómo lograron esa hazaña?
DY: Es un activo que tiene la película porque culturalmente llama la atención. Cuando iniciamos ya teníamos el cortometraje hecho en 2019 como precedente y en ese momento nos encontramos ante ese cuestionamiento: “¿Cómo van a hablar nuestros personajes indígenas?”. Decidimos que hablaran en muisca.
En Tundama nos encontramos con personas que ya venían con un largo recorrido en la investigación. Hay una persona clave en el proceso, que se llama Facundo Saravia, lingüista y estudioso de la lengua muisca. Él nos hizo la traducción del guion, les proporcionó talleres a los actores, elaboró guías grabadas de voz y todo esto permitió que el proyecto tuviera una seriedad con el “revivir” de la lengua muisca.
Debo aclarar aquí que lo hablado en la película es una aproximación de la lengua muisca, porque esta fue extinta en el siglo XVIII, pues fue prohibida y nadie sabe con certeza como se hablaba exactamente en ese periodo de la historia.
El reestreno
¿Dónde han presentado la cinta? ¿Cómo les ha ido? ¿Qué críticas han recibido?
EY: La primera vez que salió la película fue en los autocines en el 2020. La gente la recibió con mucho cariño. El público ha estado muy conectado con la historia. Recibimos comentarios positivos, configurándose en una experiencia muy bonita e interesante, no solo por lo “novedoso” del formato sino también porque el mundo estaba encerrado y nosotros salíamos al ruedo con esta película.
Empezando el 2021, tomamos la decisión de hacer un recorrido por festivales con la intensión de exhibir Tundama y aplicar a premios nacionales e internacionales. El primer galardón que recibimos fue en el Festival de Cine de las Montañas en Salento, Quindío. Luego ganamos en el Festival de Cine Oniros de Nueva York y a mejor película de animación en el Festival River Atreyee en Calcuta, India. Y ahora estamos en la preselección de los Premios Platino en la categoría de mejor película de animación, espacio interesante porque premia lo mejor del cine iberoamericano.
¿Cómo va el proceso del estreno en cines comerciales?
EY: Mirando la nueva realidad del país, donde hay salas de cine abiertas y estrenos de películas, decidimos relanzar la película a partir del mes de septiembre. Ya hemos adelantado mucha tarea con medios de comunicación, con los exhibidores y con las salas. El propósito es reestrenar la película en septiembre en salas.
¿Qué sigue muchachos? ¿Cuál es el próximo proyecto cinematográfico?
DY: Ya nos encontramos en el desarrollo de nuestra segunda película. Es una historia distinta a Tundama, más alegre, cómica y caricaturesca, toma personajes de nuestra tierra, del campo boyacense y de otras regiones del país. Estamos en eso, ya tenemos el primer borrador de guion donde le estamos haciendo correcciones y alimentándolo un poco más, y también nos encontramos en la etapa de bocetos de personajes, en la búsqueda de un estilo para poder seguir con el teaser y por supuesto en el largo proceso al que se enfrenta cualquier película, conseguir recursos para poder lograrla. Nos tiene contentos que es una película bien colombiana.
Recomendaciones
¿Cuál es la película animada que más les gusta?
EY: A mi me gusta mucho lo que hace el Studio Ghibli. Recomiendo demasiado la película El increíble castillo vagabundo (2004), sobre todo por el increíble viaje visual que tiene, la ilustración y los colores en 2D es absolutamente increíble
DY: Desde que salieron las películas de Pixar, han sido un referente importante para todas las personas que nos gusta el cine de animación. Pero ya en términos de técnica de animación y cortometrajes, me gusta mucho lo que hace Blizzard, que es una empresa más de videojuegos, pero últimamente sacan unas cinemáticas que me dejan sorprendido por su calidad y también por la temática, por la acción.
¿Cuál es la película colombiana que más les gusta?
EY: Me gustó mucho la propuesta de Pequeñas Voces (2011), cine documental que relata historias de la violencia en Colombia contada a través de los niños, animando los dibujos que hacían. Fue una iniciativa muy novedosa.
DY: Me gusta muchísimo lo que se está haciendo en 2D. Hay una película relativamente reciente que es El Libro de Lila (2018), me parece que tiene una técnica bien interesante.
¿Cuál es la invitación a las lectoras y lectores del semanario VOZ?
EY: La primeros invitación es que en septiembre asistan a las salas de cine a ver Tundama con la familia y los amigos. Es muy importante que vayan al estreno o a los primeros días del lanzamiento, porque de eso dependerá también el tiempo en que estemos en cartelera. Lo segundo, es que nos sigan en las redes sociales como “Tundama película” y en la página web www.tundamapelicula.com. Y finalmente, a que se lancen a cumplir los sueños porque aunque el camino es difícil, esta película es la prueba que se pueden hacer realidad.
DY: Mi invitación es a que apoyemos lo nuestro. Todos sabemos que hay películas extranjeras y siempre las apoyamos porque son muy buenas, pero también hay que promocionar lo nuestro para que esto crezca, para que nuestros talentos y artistas sientan ese apoyo y pueda surgir esta empresa creativa para crecer como sociedad.