Todo indica que los expresidentes Andrés Pastrana Arango (1998-2002) y Álvaro Uribe Vélez (2002-2006/2006-2010, el segundo periodo ilegal, como quedó demostrado por el cohecho comprobado y sancionado a excongresistas que recibieron y exministros que ofrecieron y dieron dádivas), pactaron y concertaron actividades para el exterior a fin de sabotear los procesos de paz en Colombia, adelantados por el presidente Juan Manuel Santos Calderón con las guerrillas colombianas, en especial con las FARC-EP.
Dichos pactos entre los dos exmandatarios, orientados a impedir el goce de un bien supremo constitucional como es la paz, ejecutados en el exterior en actos públicos, privados y cabildeo ante presidentes, jefes de gobiernos y congresos, bien pueden constituir el delito de traición a la patria en los términos consagrados en el Código Penal Colombiano y decretos reglamentarios. Con el agravante que es cometido a conciencia por dos ciudadanos que ocuparon la Presidencia de la República.
Según Andrés Pastrana y Álvaro Uribe Vélez, se reunieron en Semana Santa con Donald Trump, presidente de los Estados Unidos, en su residencia de Miami, durante unos pocos minutos, los suficientes para que el par de zánganos le reclamaran la intervención en Venezuela en favor de los golpistas de la derecha y en Colombia para impedir la implementación del Acuerdo Final de La Habana. Una solicitud antipatriótica, canalla y hasta criminal.
Sin embargo, según la cadena de televisión CNN no hubo la reunión, sino que Pastrana se encontró con Trump en un pasillo del club donde está la casa del mandatario gringo y este aprovechó para hablarle unos escasos minutos. No está confirmada la presencia de Uribe. Pero los dos ex mandatarios, como Pinocho, armaron la “mentira piadosa”.
No se sabe si la hubo o no la hubo. Las versiones de Pastrana y Uribe son distintas y la Casa Blanca no se pronuncia al respecto. De todas maneras el cabildeo de ambos es constante para promover el golpe contra el presidente Nicolás Maduro con el argumento del peligro “castrochavista” y suspender la ayuda para la implementación del Acuerdo de Paz en Colombia. Semejante plan antinacional. Desestabilizar las relaciones con el vecino país, ya deterioradas por el desatino de Santos, y ponerle cerco a la paz en Colombia.
El ahora senador Álvaro Uribe Vélez le envió una carta al Congreso de los Estados Unidos para obstaculizar la aprobación de los dineros con destino a la inversión que requiere la ejecución del Acuerdo y el respaldo a los procesos de paz en Colombia.
Una cosa es el debate de ideas y la polémica en torno al Acuerdo Final de Paz, otra es la campaña internacional a partir de las mentiras y de las falacias que levantaron desde la campaña del plebiscito que polarizó al país.
Uribe Vélez y Pastrana Arango son traidores a la patria, llenos de odio y de resentimiento, Uribe porque dice que a su padre lo mataron las FARC, pero hay testimonios de narcotraficantes y paramilitares que aseguran que lo ejecutaron las mafias de las drogas; Pastrana porque no pudo sacar adelante el proceso del Caguán por su incapacidad política y porque no pudo lograr el consenso en el establecimiento incluyendo el respaldo de los militares. Fracasó en el esfuerzo y no quiere que nadie lo logre. Es el colmo de la mezquindad, del interés personal al de toda la sociedad.
Hay que denunciarlos ante el país y el mundo, rodear de apoyo a la implementación del Acuerdo Final de La Habana y el diálogo con el ELN, respaldar la realización del Congreso Nacional de Paz al final del presente mes de abril.